Academia de béisbol Orioles de Baltimore

JMF Arquitectos cuenta con dos décadas de experiencia en el diseño de academias de béisbol, y destaca la evolución de esta tipología arquitectónica en su proyecto para la academia de los Orioles.

Inspirado en elementos urbanos de Baltimore, logra que el diseño refleje la identidad del equipo y de esa dinámica ciudad. La organización del complejo va más allá de lo práctico, busca crear un ambiente armonioso. Detalles estéticos contemporáneos como la gestión de techos, alturas e inclinaciones, se integran de manera funcional. El diseño interior no solo cumple con las necesidades operativas, sino que se adapta a diversas funciones con eficiencia y versatilidad.

José Mella Febles comenzó en 2004 con una academia para Los Cardenales de San Luis, y desde entonces ha trabajado en proyectos para varios equipos y acumulado 20 años de experiencia en esta tipología arquitectónica. Ha participado en 16 academias de béisbol con diversas intervenciones, desde diseño y construcción hasta gestión de proyectos.

La arquitecta Amelia Mella se unió a la firma varios años después, y explica que las primeras academias eran precarias e informales, principalmente porque los equipos las alquilaban (con excepciones como las academias de Oakland y Nueva York, que fueron pioneras). La academia Las Palmas de los Dodgers de 1986 marcó el inicio.

Con los requisitos actuales no se trata solo de resolver la parte práctica y funcional: los equipos buscan algo más, quieren una academia state of the art. La competencia creciente en el béisbol ha sido marcada por dos factores clave en los últimos años. En primer lugar, las demandas educativas de la MLB han llevado a la incorporación de espacios educativos, como aulas, en las academias de béisbol de la República Dominicana. La MLB busca contrarrestar la alta deserción escolar de jóvenes dedicados al béisbol en el país, con solo un 2% de los prospectos que llega a las ligas mayores. Por otro lado, la competencia para atraer talentos ha impulsado un enfoque más integral del desarrollo de jugadores, con academias que se destacan por sus instalaciones y planes educativos para atraer a los peloteros deseados.

En el edificio principal, el vestíbulo y la recepción se destacan por su doble altura. Sin embargo, más allá de este punto, las áreas son privadas y el acceso al segundo piso (donde se encuentran oficinas adicionales) está restringido al personal administrativo. A pesar de las limitaciones presupuestarias y de espacio, se logró incorporar todas las áreas necesarias. La gestión de estas limitaciones hizo que se buscaran soluciones innovadoras, como una sala de conferencias que también funciona como oficina flotante y permite a varias personas trabajar simultáneamente con cabinas insonorizadas para videoconferencias.

En el primer nivel se encuentra el comedor con cocina industrial y áreas de descarga, mientras que en el segundo nivel se completa el programa administrativo y educativo. Cuatro aulas cuentan con particiones acústicas y mobiliario móvil para configuraciones flexibles, esto prioriza la adaptabilidad del espacio. La circulación perimetral del segundo piso funciona como una galería y proporciona acceso individual a cada aula. La fachada falsa no solo añade un elemento estético, sino que también actúa como protección solar y contribuye a crear una volumetría más abierta y dinámica.

El edificio residencial se divide en dos bloques distintos en función de la privacidad. En el bloque más público encontramos en el primer nivel los dormitorios del personal y de los jugadores no firmados, junto con las instalaciones de lavandería y área de servicio. En el segundo nivel se acomodó un área tranquila con una mesa de ping pong y videojuegos, con una vista panorámica de todo el proyecto, incluso de los campos de juego. Este volumen actúa como un filtro de las áreas más privadas del edificio residencial. El diseño se destaca por su apertura, con dos bloques que dan la bienvenida con techos abiertos.

En el segundo bloque se disponen diez habitaciones de jugadores en el primer nivel, que se repiten en el segundo nivel, lo que arroja un total de 80 jugadores con dos literas (camas superpuestas) por habitación. Además, en el extremo derecho del eje hay cuatro habitaciones para entrenadores y visitantes, cada una con baño privado, y una sala de entretenimiento que también se repite en el segundo nivel.

El diseño de la casa club representó el desafío de maximizar un programa de área ajustado. «A diferencia de otros proyectos similares, aquí tuvimos que equilibrar la generosidad de otros espacios, especialmente la llegada con doble altura», explica el arquitecto.

  • Edificio residencial. Planta arquitectónica del segundo nivel, elevación y sección
  • Planta y elevación de conjunto
Academia de Baseball Orioles de Baltimore (2024)
  • Ubicación: Cabreto, municipio de Guerra
  • Propietario: Brian Mejía
  • Área total de construcción: 4,360 m2
  • Área del lote: 95,000 m2
  • Diseño arquitectónico: José Mella Febles y Amelia Mella, JMF Arquitectos / Alex Martínez Suárez, Archipielago
  • Estructural: Oliver Guillen (Guillen Rosa y Asociados)
  • Eléctrico: Igor Ciccone
  • Sanitario: Coydisa
  • Diseño interiores: Amelia Mella, JMF Arquitectos
  • Diseño paisajístico: Grama del Jardín, Julio Florencio
  • Diseño gráfico: Project 13 (diseño) / Hirca Sign (ejecución)
  • Contratista general: Sialva
  • Supervisión: JMF Arquitectos
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