El deseo de explorar nuevos retos en el mundo del diseño contemporáneo nos impulsó a iniciar un proyecto experimental de imprimir tridimensionalmente objetos de uso cotidiano. Partimos de referencias arquitectónicas y urbanas reinterpretadas y trasladadas al detalle, lo que ofrece características particulares con el interés de desarrollar nuevas técnicas de diseño. La impresión tridimensional es una nueva forma de resolver problemas construyendo algo que ayer era totalmente imposible.
En 2011, Roberto Vitalini, fundador de la compañía suiza Bashiba, me invitó a participar como arquitecta y diseñadora asociada en un proyecto innovador y experimental donde objetos de uso cotidiano se imprimen tridimensionalmente. Bashiba me buscó para visualizar, diseñar y modelar joyería de carácter contemporáneo y urbano que es manufacturada usando una impresora tridimensional para metal.
Una impresora tridimensional para metal trabaja con un modelo CAD que es “rebanado” en sucesivas “lonjas”. Cada una de estas lonjas está constituida por sucesivas capas de polvo de metal que se imprimen una sobre la otra y luego se funden a altas temperaturas con lo que se completa el objeto tridimensional.
Dependiendo de cada material, el proceso y las características varían. Por ejemplo, para los objetos de plata se utiliza una impresora tridimensional de cera de alta resolución. El modelo impreso tridimensionalmente en cera se coloca en un contenedor donde se vierte yeso líquido para crear un molde. Cuando el yeso se seca, la cera se derrite y la plata fundida se vierte en el molde. Se retira el yeso para revelar la plata y el producto terminado es pulido para que tenga una superficie lisa y uniforme.
Para la impresión tridimensional en alúmide, material que es el resultado de una mezcla de nailon plástico y polvo de aluminio, se comienza con una mezcla de ambos materiales. Cada capa se calienta con un láser (sin llegar a la temperatura de fusión), lo que solidifica el polvo a medida que se avanza. Este material es perfecto para joyería de aspecto futurístico, pues proporciona un acabado metálico mate sin tener que pagar el precio del acero inoxidable o la plata.
Tomando como premisa que el principal objetivo de Bashiba es proporcionar experiencias de diseño y ambientes sensoriales donde la tecnología esté relacionada con la narración y el espacio, decidimos trabajar con ideas y conceptos contemporáneos para crear nuevos significados a través de lo real.
Reseña biográfica
Virginia Camilo (Santo Domingo, 1981). Arquitecta egresada de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña. Realizó estudios de posgrado en arte, arquitectura y diseño en la Universitat Politècnica de Catalunya. Fue premiada con una beca completa para el máster en Ordenación y Desarrollo Territorial de la Universidad Internacional de Andalucía, de Sevilla. En el 2007 fue seleccionada como finalista para el premio Medalla ADI-FAD de Diseño Industrial, en Barcelona. Actualmente trabaja como arquitecta asociada para la compañía Teconocivil y es diseñadora asociada en la firma suiza Bashiba en el proyecto de objetos impresos tridimensionalmente en metal. Fascinada por el detalle, disfruta los retos concernientes al diseño y la creación.
Roberto Vitalini (Lugano, Suiza, 1971).. Obtuvo un MBA de la Universidad de San Galo y se especializó en Medios y Comunicación en el Saint Mary’s College de California. Es fundador y director de Bashiba, una empresa creativa especializada en entretenimiento de inmersión (videos artísticos a gran escala, arte interactivo, escenografías digitales y esculturas de luz). Ha sido escenógrafo digital de óperas y espectáculos teatrales como Love from Afar (2009, 2010 y 2012) y Aida (2011, nominada a cuatro premios Máscara de Oro), Messa da Requiem de Giuseppe Verdi (2012), Donka-A Letter to Chekhov (2010) y La Verità (2013), todos dirigidos por Daniele Finzi Pasca. También ha sido diseñador de iluminación para el Splash e Spa (2013), el parque acuático más reciente de Europa.