La iluminación artificial en la arquitectura nos permite destacar los elementos, jugar con la volumetría, las texturas y el color, y aportar sensaciones diversas al espacio. La infinidad de recursos disponibles en el mercado ofrece todo un mundo de posibilidades para lograr ambientes inspiradores y funcionales, lo que constituye a la vez un reto y un verdadero deleite para el diseñador. El ahorro de energía, el color y la intensidad de la luz, la elección de la luminaria adecuada, el control de la iluminación y la automatización de los sistemas de una edificación son tópicos con los que debe relacionarse el profesional para dominar el arte de iluminar.
Arquitectura y luz son dos conceptos que siempre van unidos. Al inicio de cualquier proyecto es importante evaluar las posibilidades de iluminar un espacio.
La luz produce un efecto imperceptible para la gran mayoría, pero nadie es ajeno a ella puesto que nos afecta sin que nos demos cuenta.
En la actualidad se cuenta con una amplia gama de opciones de luminarias que han revolucionado el mercado y ofrecen múltiples posibilidades de uso. En arquitectura interior, la luz puede complementar la espacialidad, la percepción y la lectura visual de un ambiente determinado.
Eficiencia y ahorro
Desde hace varios años, la opción ideal en luminarias por las ventajas que ofrece son las ledes (bajo consumo de energía, mayor rendimiento, tamaño reducido, no contienen mercurio, reducida emisión de calor, no crean campos magnéticos, tiempo de encendido muy corto, gran variedad de colores). Sin embargo, los temas relativos al presupuesto de la obra muchas veces limitan su uso. El costo del led –más alto que la bombilla incandescente tradicional– hace que la primera inversión sea mayor, sin embargo, el retorno de esta inversión se disfruta con el ahorro en la factura eléctrica.
Luz y color
Como regla general en iluminación, para que algo tenga color la luz debe contener ese color. En este sentido, los especialistas ofrecen las siguientes recomendaciones: utilizar colores cálidos para iluminar superficies donde hay mucho rojo, sepia, ámbar y amarillo; y fríos cuando se van a iluminar superficies de tonalidades azules o verdes.
Las combinaciones de colores de luz y su calidad tonal son principios básicos a tener en cuenta para hacer un buen trabajo de iluminación.
El arte de iluminar
Al igual que un diseño arquitectónico, el patrón de un atuendo o el detalle de un gráfico, el diseño de iluminación tiene una concepción y un porqué. Es esencial armonizarlo con el diseño arquitectónico y resaltar las áreas que se consideran más importantes, dejando con menos intensidad o sombra las que están en un segundo plano.
Los sistemas de control y automatización están basados en una red inteligente que permite la definición de diferentes atmósferas desde un dispositivo, además de proporcionar la cantidad de luz correcta y maximizar el ahorro de energía.