En el marco del segundo aniversario del Museo Fernando Peña Defilló, quedó inaugurada la segunda etapa del museo, Antológica 01, que albergará una exhibición permanente de las obras del maestro de la pintura dominicana. Una segunda exhibición denominada Otra Dimensión, en la que participan quince artistas dominicanos, resalta la nueva escultura dominicana.
El Museo Fernando Peña Defilló celebró su segundo aniversario con una actividad en la cual quedó inaugurada la ampliación de las instalaciones.
Con el fin de contar con una mayor superficie de exhibición, la Fundación Fernando Peña Defilló adquirió la casa adyacente al museo, en la calle José Reyes, una casa colonial del siglo XVII que se encontraba en un estado de franco deterioro. La intervención respetó las áreas originales, solamente añadiendo divisiones ligeras necesarias en los baños y reforzando las estructuras existentes. Se reacondicionaron los techos, se rescataron parcialmente los pisos del primer y segundo nivel y el barandal de hierro forjado del balcón del patio interior.
Para diferenciar cada inmueble, las fachadas se pintaron de diferentes colores.
Los nuevos espacios –dos grandes salas de exhibición correspondientes a las dos crujías de la vivienda original– están dedicados a albergar la colección permanente del artista.
Para mantener un mayor control de la iluminación, la humedad y la temperatura, las salas fueron climatizadas, haciendo ligeras modificaciones en los techos para colocar los equipos.
Como complemento de estas salas se creó una pequeña biblioteca para la consulta de documentos, libros y videos sobre el artista y sobre el arte en general. Las salas de la primera etapa –en las que se mantiene la ventilación natural– quedan reservadas para exhibiciones temporales.
La escultura y su evolución hasta el siglo XXI
El arte de la escultura, surgido a partir de necesidades utilitarias o mágico-religiosas de los primeros hombres, se mantuvo con pocas variaciones durante siglos.
En el siglo XX, la aparición de los nuevos materiales, las herramientas mecanizadas y el desarrollo de los medios de comunicación influyeron en la evolución y diversificación de los estilos. La tradición escultórica fue cuestionada. La obra Urinario (1917) de Marcel Duchamp sirvió de punta de lanza para que los escultores cubistas, futuristas, constructivistas, surrealistas y dadaístas empezaran a trabajar con materiales toscos y de desecho. En la segunda mitad del siglo XX se desarrollaron el minimal art, los móviles, el organicismo, la escultura cinética, el pop art, el arte povera italiana, el land art y el body art.
Hoy en día la escultura sigue sufriendo profundas transformaciones. La velocidad de las comunicaciones, la desaparición de las divisiones geográficas y el avance del capitalismo han alterado nuestra percepción del espacio y el tiempo y la manera de ver y entender las cosas y situaciones que nos rodean.
Otra Dimensión: Nueva Escultura Dominicana
En esta exposición colectiva con un título «tan corto como elocuente», según expresa su curadora, participaron quince artistas visuales: Tony Capellán, Guadalupe Casasnovas, Patricia Castillo, Engel Leonardo, Pascal Meccariello, Raquel Paiewonsky, Iris Pérez, Jorge Pineda, Belkis Ramírez, Melissa Roedán, Amaya Salazar, Ezequiel Taveras, Inés Tolentino, Fernando Varela y Limber Vilorio.
En las tres salas expositivas que ocupa la muestra coexisten instalaciones y esculturas de diferentes dimensiones y materiales y realizadas con diferentes técnicas, con un predominio de materiales reciclados.
Guadalupe Casasnovas presentó la obra Eight snake (mención de honor en el III Concurso Internacional de Esculturas de Taiwán, 2014). Iris Pérez presentó una escultura vertical, un tronco de madera con incrustaciones de barro cocido perteneciente a una serie del 2015. Melissa Roedán presentó Inocencia (2014), una exquisita pieza de materiales reciclados, y Ezequiel Taveras, Voices in the Silence (2013), una hermosa instalación de casitas para pájaros, ambos de cerámica, suspendidas del techo.
Antológica 01
-
Marianne de Tolentino, ADCA y AICA
Esta muestra antológica enfatiza el sentido de una creación en evolución constante, que solo se había presentado en “El eterno retorno” en el Centro León, en 2009, y en “Diálogo insular”, exposición homenaje durante la 28 Bienal Nacional de Artes Visuales, en 2015. Se centra en la conjugación de diversidad, unidad y singularidad que la obra propone. El objetivo, en el propio Museo Fernando Peña Defilló, es presentar un patrimonio pictórico como conjunto donde los elementos dialogan y se fecundan, sucesivamente, a la vez conceptuales y temáticos, formales y texturales. Se quiso ir avanzando en la evolución del quehacer pictórico, descartando una cronología estricta, del comienzo hasta el final, de Santo Domingo a Jarabacoa –donde el artista residía desde 1989–.
Así, nos percatamos de que el valor y ascendiente de las proposiciones estéticas de Peña Defilló corresponden a una de las trayectorias más independientes de galerías y circuitos, concursos y distinciones. Paralelamente, la antología pondera una riqueza conceptual que no pocos consideran como la mayor en la historia del arte dominicano.