El clásico y elegante museo Metropolitano de Nueva York, mejor conocido como el MET, ha presentado, desde el 2007, cuatro proyectos de arte contemporáneo en su techo-jardín. Artistas de la talla de Frank Stella, Jeff Koon y Roxy Paine desarrollaron sus ideas en la amplia terraza con una fantástica vista de Central Park y los lujosos edificios que la rodean. En el pasado año, 2010, el MET presentó el ambicioso proyecto de los hermanos Doug y Mike Starn: Big Bambú. A juzgar por la cantidad de publico que subió hasta la terraza, el proyecto de los gemelos Doug y Mike Starn fue un fenómeno de masas. Algunas advertencias previas fueron necesarias para preparar al público para el recorrido de esta enorme maraña de bambú. Los visitantes podíamos admirar esta escultura-instalación desde abajo, pero nunca se compararía con la experiencia de recorrerla. Valía la pena esperar y formar nuestra propia opinión. Para poder entender el trabajo de estos artistas, visitamos un proyecto de arte público que le encargó a los hermanos Starn el Programa de Artes del Sistema Metropolitano de Transporte de la Ciudad de Nueva York, MTA. La estación South Ferry Station, al sur de la Isla de Manhattan, fue intervenida por 5 años resultando completamente transformada.
Cerámicas parcamente coloreadas, planchas semitransparentes de vidrio templado y paneles de acero inoxidable, emulan los árboles y los elementos característicos del histórico y emblemático sector sur de la isla de Manhattan. Las líneas del sistema de transporte subterráneo (subway) y el entramado de las calles de la parte más antigua de la ciudad de Nueva York se entremezclan con fotografías de ramas y hojas. Estas diferentes capas son interrumpidas por los cuerpos y reflejos de los cientos de usuarios que utilizan esta estación terminal. Un trabajo limpio, elegante y austero que refleja la historia de la ciudad mas poblada de los Estados Unidos.
La idea de Big Bambú empezó a desarrollarse durante el proyecto del South Ferry Station. Querían explorar el tema del cambio y evolución, en el espacio y el tiempo, en la forma, en los colores y en las texturas. El contraste formal entre el proyecto de la estación (orden) y el Big Bambú (caos) fue evidente. Nuestro tour inició por debajo de la enorme estructura de unos tres mil metros cúbicos. Lo primero que observamos fueron tallos de bambú grueso dispersos, sin aparente orden, más o menos verticales, que sostenían una especie de nido con tallos de bambú y sus hojas secas, de diferentes espesores y diferentes tonos que iban desde el verde tierno hasta el marrón, en todas las direcciones. Nos recordaba vagamente raíces de manglares o un juego gigantesco de palitos chinos. A unos 12 metros de altura se balanceaban los constructores del proyecto: los artistas Doug y Mike Starn y un equipo de escaladores. El equipo amarraba las intersecciones de los troncos de bambú con coloridas sogas de nylon, bajo la atenta dirección de los artistas, que colocaban los troncos según su plan. Un plan difícil de entender al menos hasta que nuestra guía empezó el emocionante recorrido por el andamio, también de bambú, que permitía explorar el interior de esta estructura. La estructura era muy firme, y el estrecho andamio y el pasamanos (todo de bambú) ofrecían seguridad. Empezamos a observar la escultura-instalación con detenimiento. La guía explica: la escultura siempre está completa pero, al igual que un ser viviente, siempre se está transformando y creciendo, con sus variedades y sus contradicciones. La pieza representa que significa estar vivo, una ciudad, una sociedad, una cultura, con partes siempre interconectadas, siempre afectándose unas a las otras. Tres mil doscientas piezas de bambú, provenientes de Georgia y South Carolina, cada una entre 9 y 12 metros de longitud, y 50 kilómetros de nylon fueron los únicos elementos de la enorme estructura.