En la costa atlántica de la República Dominicana se encuentra este hotel boutique inspirado en la arquitectura victoriana de Puerto Plata.
Playa Grande Beach Club fue creado por un grupo de amigos y colaboradores en su mayoría de nacionalidad estadounidense enamorados de una de las más bellas playas de la región antillana, los espectaculares paisajes de la costa norte, y el encanto y la gracia de la cultura dominicana y su gente.
La inspiración del proyecto surgió cuando un amigo dominicano presentó la propiedad a la diseñadora neoyorquina Celerie Kemble, y su esposo el inversionista Boykin Curry, quien junto con veinte amigos inversionistas comenzó su desarrollo.
El concepto arquitectónico original del proyecto estuvo a cargo de la arquitecta Sarah García quien se inspiró en la gracia y encanto de las casa típicas de la zona, prestando especial atención al interacción de los edificios con la naturaleza. Playa Grande Beach Club está conformado por un conjunto de edificios y búngalos cuyo diseño está inspirado en la casa de plantación tradicional dominicana y la arquitectura victoriana de la cercana ciudad de Puerto Plata, que la diseñadora Celerie Kemble combina con elementos decorativos de época [vintage] o de Palm Beach en una mezcla de fantasía e informalidad.
En consonancia con la época victoriana de casas dominicanas, las paredes de los búngalos están revestidas con tablas machihembradas colocadas de forma horizontal.
Aunque los búngalos están pintados exteriormente de blanco de manera uniforme, los colores y detalles de las persianas, los calados y los pisos de baldosas son distintos. En todos los modelos, el revestimiento es de madera de palma envejecida y cepillada a mano y los techos son de cinc corrugado. Los más pequeños tienen techos inclinados, buhardillas y amplias terrazas.
Cada búngalo cuenta con mobiliario y decoración variados. Todos los elementos decorativos son de época [vintage] o fueron hechos por artesanos locales, por lo que todo tiene un toque individual.
Aunque el diseño interior de cada casa es único debido a una cuidadosa selección de los originales elementos decorativos, en todas predominan los espacios abiertos en contacto con el exterior. Los accesorios de decoración, los muebles y electrodomésticos fueron elegidos con el criterio de superponer colores brillantes sobre una paleta neutra de tonos naturales (madera en su color natural, elementos de hueso, cuerno o cristal, alfombras de fibras naturales, piedra coralina crema, madera de teca color gris degradado, cinc envejecido y mimbre natural y pintado). En la confección de los muebles se utilizó mimbre, ratán, bambú y Pino Amarillo Sureño Americano.
En la paleta de colores predominan los tonos pastel, rosa coral o azul agua. Los muebles son de estilo muy femenino o exageradamente excéntricos, muchos hacen referencia a las décadas del treinta al sesenta. Los materiales se prefirieron naturales.
La intención fue lograr una atmósfera cálida, con ambientes informales adecuados para el descanso y el entretenimiento: un conjunto de espacios que represente una casa de veraneo familiar con mucho valor sentimental que ha mantenido su carácter a través de los años. Se ha puesto especial atención a los accesorios clásicos para las cocinas y baños.