El bar La Fábrica abrió recientemente sus puertas en la ciudad de Santo Domingo con el concepto de un speakeasy, una tipología de bar clandestino que estuvo muy de moda en la ciudad de Nueva York en las primeras décadas del siglo XX, cuando imperaba la ley seca.
El diseño de interiores combina espacios oscuros, mobiliario y accesorios de carácter industrial que recuerdan aquella época, con elementos contemporáneos.
El proyecto se desarrolla en la calle Max Henríquez Ureña del polígono central de la ciudad de Santo Domingo. De acuerdo con el concepto de speakeasy, el bar debía estar en un lugar anónimo y dar una sorpresa cuando se abriera la puerta de entrada al local. Por esta razón, en el exterior de la edificación no se hizo ninguna intervención. Un pasillo sin muchas pretensiones en la fachada principal lleva a la puerta de entrada del bar, que no se ve desde fuera.
En el diseño de La Fábrica, un bar que sigue la tendencia de los speakeasy, se ha dispuesto un primer espacio de recibimiento donde el usuario experimenta una primera sorpresa. Esta entrada se concibe como un pequeño lugar oscuro que recuerda al Nueva York de principios de siglo, cuando se construían los grandes rascacielos que hoy constituyen la silueta de la ciudad.
La segunda gran sorpresa del parroquiano se produce al llegar al espacio principal, que se divide en distintos ambientes. La impresión que causa este gran espacio es la de estar un ambiente neoyorquino de los “felices años veinte”: misterioso, oscuro y elegante. Dentro del gran espacio se definen diferentes ambientes: el área del bar y varios saloncitos [lounge].
El piso de porcelanato con diseño a rayas negras y blancas le aporta contemporaneidad al proyecto.
El techo se ha dejado en hormigón resanado y con los ductos vistos, y algunas paredes se revisten de ladrillos; todo esto imprime un carácter industrial al ambiente.
El mobiliario tipo cabina [booth] colocado en la periferia conforma un amplio espacio central que puede adaptarse a distintas actividades.
Unas estructuras de metal y madera separan los saloncitos y a la vez permiten colocar complementos decorativos alusivos al estilo neoyorquino de principios de siglo XX.
El baño, un objeto de creatividad y singularidad del arquitecto Hiraldo en todas sus obras, no se escapa en esta ocasión. El área de los lavamanos se coloca dentro del gran espacio común y, por consiguiente, ambos sexos lo utilizan indistintamente. Flanqueando el mueble que contiene las grandes piezas de latón que se utilizan como lavamanos, unas cortinas conducen a las áreas de los inodoros que sí se encuentran separadas por sexo.
El local incluye un área de terraza. Este ambiente exterior se concibe con un diseño cónsono con el área interior. Incluye un atractivo bar como punto focal, espejos y apliques, y ambientación con plantas naturales.
Proyecto La Fábrica (2016)
- Dirección: Calle Max Henríquez Ureña, Santo Domingo, República Dominicana
- Área de Construcción: 410 m2
- Diseño Interiores: Arquitecto César Hiraldo
- Colaboradores: Yarianna Arias
- Construcción: Ing. Marino Villanueva