La Casa 106 es un proyecto que conjuga el legado de la arquitectura colonial con lo contemporáneo. Esto es palpable en el respeto y la puesta en valor de la fachada original, en la selección de materiales, el juego de volumetrías y el desarrollo de una espacialidad interior permeable. Se ubica en el corazón de la Ciudad Colonial con una espléndida vista al mar desde el portal.
Es una obra de renovación que expone una nueva interpretación del espacio para habitar.
En este antiguo domicilio de finales del siglo XVIII se destacan los elementos propios de las viviendas coloniales, tales como los arcos y portales de ladrillo, el patio central tipo español, así como la zonificación compuesta por la antesala y espacios continuos hacia el patio a lo largo del cual se suceden las demás dependencias. Propio de su tipología, en el primer nivel se ubica el traspatio. En el segundo nivel, la escalera se conecta con un pasillo que funciona a la vez como mirador.
En la intervención, los diseñadores respetaron las normativas en cuanto a uso, ocupación del suelo (no más de un 70 % de área de construcción) y los procesos de restauración. El retranqueo de los niveles superiores permite mantener la altura de la edificación por debajo de once metros, acorde con la normativa de la zona.
La organización de la vivienda responde a una familia grande con necesidad de vastas áreas sociales y búsqueda de privacidad. Los pisos de mosaicos hidráulicos de Aguayo con patrones abstractos, floreados y pintorescos, recuerdan a los de principios del siglo XX; además de adornar los espacios, cumplen la función de definir las diversas áreas durante el recorrido.
Una cocina abierta tipo europea abre hacia un gran patio de tipo español. Los revestimientos de piso, trabajados en madera cumarú, contrastan con el mobiliario blanco de estilo contemporáneo. En el comedor se destacan las vigas de acero que otorgan un toque industrial.
La escalera refleja elegancia y contemporaneidad gracias al uso de la madera cumarú en los peldaños y el pasamanos, lo que contrasta con la estructura de acero. La materialidad de piedra de las paredes otorga un toque cálido.
En el segundo nivel, un recibidor funciona como distribuidor de los dormitorios. Todo el nivel cuenta con un sistema automatizado que permite controlar las luces, puertas, aire acondicionado y sistema de sonido y vigilancia, desde una aplicación accionada a través de dispositivos electrónicos. Desde este nivel se puede apreciar aún más el patio y el jardín, sobre los cuales se desarrolla una estructura de hierro cubierta por vegetación en algunos tramos, que proporciona seguridad sin ofrecer la sensación de encerramiento.
En todos los dormitorios se utiliza el recurso del tragaluz en las paredes. Una de las habitaciones cuenta con balcón acompañado con paredes cubiertas de verdor y ventanales que abren al espacio de la escalera. Resulta interesante el tratamiento de los baños, que disfrutan de iluminación natural, paredes trabajadas en hormigón visto y luces empotradas.
El dormitorio principal, alejado de los demás, se encuentra sobre la terraza del primer nivel, y parece flotar sobre la estancia. Las aperturas hacia el jardín y la piscina llenan la atmósfera de luz, la cual es tamizada por amplias cortinas.
Una labor digna de un equipo de arquitectos que logra conservar la fachada, la espacialidad y otros elementos arquitectónicos con el respeto por el valor patrimonial del inmueble y su entorno, sin dejar de lado la impronta contemporánea que da testimonio de la época de su intervención.
La Casa 106 (2018)
- Ubicación: Ciudad Colonial, Santo Domingo
- Área total de construcción: 275 m2
- Área del lote: 380 m2
- Diseño arquitectónico y de interiores: Proyectos Integrales de Ingeniería Arquitectura y Urbanismo
- Consultores:
- Estructural: Ing. Antonio Taveras
- Eléctrico: Ing. José Román. Sanitario Ing. Alfredo Morillo
- Sanitario: Dager Espinosa (Dicelko)
- Sistemas de a/a: CJ Socias
- Contratista general: PIIAU