La Bodega es una tienda de vinos con más de 20 años en el mercado dominicano. Su nueva tienda en el corazón del Polígono Central llega con un nuevo lema: “Vino la que faltaba”, y un nuevo concepto de disfrute de la experiencia de compra y cata de vinos.
El diseño del arquitecto Ramón Emilio Jiménez logra espacios amplios, elegantes y sobrios, en consonancia con la experiencia que se quiere brindar. La envolvente es una composición de carácter contemporáneo que combina diferentes volúmenes y materiales: muros cortina, muros verdes, celosías de madera, simulación de acero corten y ladrillos. Esta imagen resulta atractiva al transitar por la avenida Gustavo Mejía Ricart, una de las más concurridas de Santo Domingo.
La Bodega es una tienda de vinos que abrió sus puertas en 1999, perteneciente al consorcio Centro Cuesta Nacional (Manuel González Cuesta), un grupo empresarial que ha contribuido con el desarrollo de la República Dominicana por más de 85 años. La tienda provee a sus clientes un servicio especializado en el área de bebidas, al por mayor y al detalle. La Bodega ha desarrollado desde entonces un amplio portafolio de bebidas que incluye desde vinos de las principales regiones del mundo, destilados y licores, hasta finas confiterías, productos gourmet y accesorios para bebidas. Además, ofrece el servicio de degustación, cursos de vinos, regalos especializados y es un lugar en el que se pueden realizar eventos privados e institucionales.
La Bodega cuenta con una nueva tienda ubicada en la avenida Gustavo Mejía Ricart, en el polígono central de Santo Domingo, dentro del nuevo Distrito de Diseño (DiDi). Para el diseño de esta nueva tienda, el arquitecto Ramón Emilio Jiménez se inspiró en el concepto de las bibliotecas públicas de Estados Unidos y Europa, en las que los libros son ubicados en estanterías de gran escala y el espacio arquitectónico los destaca. El arquitecto ideó entonces una especie de “biblioteca” para vinos. Este proyecto fue conceptualizado como un homenaje al vino y todo lo que conlleva: su historia, su proceso de cosecha, de producción, su botella y etiqueta.
La propuesta quería alejarse del imaginario tradicional de la arquitectura de una tienda de vinos. Por ello presenta una envolvente con conexiones subliminales a la esencia del vino para producir en conjunto una abstracción de un barril contemporáneo. Se diseña un muro verde en homenaje al origen vegetal del vino. Las celosías de madera recuerdan los listones de madera que componen los barriles en los que se almacena. Se utilizan materiales cálidos como la imitación de acero corten y el ladrillo para el revestimiento de algunos elementos. El diseño del conjunto se destaca también por su carácter contemporáneo gracias al juego de la volumetría y otros materiales utilizados, como el muro cortina y los paneles de aluminio compuesto de color negro. En este proyecto se trabajan las cuatro fachadas de la edificación, dado el acceso de la tienda por el frente y por la parte posterior. Cabe destacar la sensible e inclusiva implantación urbana que prioriza al peatón, incluye una rampa y área verde en la llegada.
La tienda cuenta con tres niveles de aproximadamente setecientos metros cuadrados cada uno. Se trata de la remodelación de una edificación existente, por lo que la propuesta reacciona a la volumetría del espacio que encuentra tratando de sacarle el mayor provecho. En el primer nivel se dispone el espacio de exhibición. Se aprovecha la doble altura existente para lograr una escala majestuosa que permite desarrollar muebles modulares como escenario de exhibición, en los que se rinde homenaje a la botella, las etiquetas y todo el proceso. La entrada principal nos abre paso a este elegante espacio de gran altura. Se respeta la ubicación de la escalera existente al acompañarla con el mostrador de recibimiento y pago. Este mostrador se concibe como un divertido bar en referencia al uso del producto que aquí se expende.
El diseño de interiores hace referencia al estilo art déco con repeticiones de patrones geométricos y elementos decorativos que buscan crear interés visual. El piso de porcelanato se diseñó con un patrón geométrico en espiga [chevron] que se combina con rayas de un tono distinto que ayudan a definir la circulación. Los cielos rasos también utilizan un patrón geométrico que combina espejos y madera, lo que trae luz a los espacios. El reflejo de lo que pasa debajo hace que este límite superior desaparezca y se crea una sensación de amplitud y de diversión al mismo tiempo.
La Bodega (2020)
- Ubicación: Gustavo Mejía Ricart 88, Santo Domingo
- Área de construcción: 2,200 m2
- Diseño arquitectónico y de interiores: Arq. Ramón Emilio Jiménez
- Contratista general: Inges
- Colaboradores: Arq. Roger Espinal, Arq. Joshua Mendoza
- Consultor estructural: Inges
- Consultor sanitario: Gamei
- Consultor eléctrico: Concivels Rubert Soto
- Consultor mecánico: Grupo Cemca
- Diseño de iluminación: Theo Kondos
- Diseño acústico: Stereoteke, Carlos Monagas
- Diseño de iluminación: Theo Kondos
- Diseño paisajístico: Noelia y José Then
- Contratista de terminaciones: Conalca, Ing. Martha Castillo
- Ebanistería: Maestri di Legno, Grupo ABZ
- Supervisión: Departamento de Desarrollo Grupo CCN