El conjunto de espacios laborales que brinda el proyecto de coworking Spirit fue concebido con el bienestar y la productividad como eje del diseño.
Es un conjunto de espacios polivalentes cerrados o abiertos que posibilitan diversas maneras de relacionarse, permitiendo al usuario aislarse o encontrarse según sea necesario, en despachos privados o áreas colaborativas, áreas de descanso o recreación, al mismo tiempo que comparten un conjunto de servicios complementarios y de apoyo. La biofilia expresada a través de la vegetación, los materiales naturales y las piezas artesanales y de producción local es un elemento esencial para la creación de ambientes cálidos, inspiradores y llenos de encanto, que fomentan la eficiencia, la creatividad y la innovación en el trabajo.
En los últimos años, la tendencia de reestructurar los espacios de trabajo ha generado un boom de creatividad para diseñar la manera en que se organizan los espacios de uso laboral, y así surge la tipología del coworking. El coworking es un conjunto de espacios de trabajo compartidos, destinado especialmente a emprendedores y empresas emergentes del sector tecnológico y de servicios, que funciona como una especie de club con membresías, creado con la intención de formar comunidad, desarrollar sinergia entre individuos de diversas disciplinas y en los que los verbos vivir y trabajar coexisten armónicamente.
Los conceptos del diseño arquitectónico y de interiores desarrollados se basan en la visión del proyecto Spirit: el bienestar es integral y se puede trabajar, crecer y vivir en balance y plenitud. Gracias a la unión de talentos de la dupla de arquitectos Jordi Masalles y Liza Ortega, esos valores abstractos se convirtieron en una realidad tangible, un espacio acogedor y bien pensado.
El encargo de diseño parte de la rehabilitación del icónico edificio comercial de la tienda La Isla, muchos años referente del sector comercial mayorista y de retail gracias al trabajo tesonero de su fundador, Arnol Nader, y su familia. La obra realizada por el ingeniero-arquitecto Asis Arbaje en 1975 (se tiene información de que el arquitecto Nani Reyes participó en el diseño), cuenta con un excelente emplazamiento en el corazón del polígono central de Santo Domingo.
En el interior se eliminaron divisiones innecesarias, se mantuvo el pavimento original, un hermoso piso de terrazo (de ejecución italiana) vaciado en sitio, con perfiles de aluminio dispuestos en un patrón de líneas diagonales. Los pavimentos de las áreas adicionadas se combinaron con pisos distintos que armonizan con el terrazo. En el primer nivel se incorporaron huecos de viga a techo que aportan luz natural a los espacios perimetrales. Se retiraron los falsos techos y se dejó al descubierto las losas tipo waffle, las cuales fueron pintadas de color marrón casi negro, lo que permite aprovechar toda la altura del espacio y potenciar la espacialidad. Las instalaciones permanecen vistas y se recurre a una estructura metálica como soporte de la iluminación y a ductos aéreos para canalizar los datos y la electricidad. El piso y techo constituyen el lenguaje del proyecto, lo que le otorga fuerza, carácter y noción de temporalidad al interior.
El edificio cuenta con dos accesos; el principal, en la calle Presidente González, da acceso a la recepción, y uno privado, desde el estacionamiento, que da acceso directo al núcleo de circulación vertical. En conceptos espaciales, los requerimientos programáticos se basan en el desarrollo de oficinas privadas y espacios abiertos, y una serie de servicios comunes. A diferencia de la tipología tradicional de estas franquicias, todos los salones cerrados se organizaron en la periferia; de esta forma se permite aprovechar el espacio central de doble altura para las oficinas compartidas.
La intervención en el gran espacio central es de carácter escenográfico, en el que la ancha escalera que conecta con el segundo nivel se convierte en un actor principal. Su pavimento se readecuó con un revestimiento de ecocemento que, junto con las barandas de cristal, le da un toque contemporáneo y de actualidad. La pintura mural, realizada por la artista visual puertorriqueña Vero Rivera con trazos dorados sobre fondo oscuro, invita a que este espacio se convierta en algo más que un lugar de paso, haciendo del acto de subir y bajar un evento muy especial.
Uno de los aspectos más sobresalientes del proyecto es el marcado aporte a la industria del diseño local a través de la incorporación de diseñadores y productos locales, mobiliario hecho a la medida y piezas artesanales muy interesantes, todo cuidadosamente seleccionado para lograr ambientes que enriquezcan la experiencia de trabajo. Entre estos se destacan las lámparas de la colección Jacintas de Michelle Urtecho, realizadas por artesanas con los tallos de las lilas de agua; apliques de pared de neón de la marca Vainillas de Marolyn Medina; muebles de Arte Nativo, mesas de madera natural de AltaVista Nature; jardineras y estructuras colgantes de hierro fabricadas por Al Ferro; mesa de conferencia con encimera de mármol y madera laminada fabricada por Deco Mármol; sillas Acapulco, usadas tipo columpio, de la Fundación Corazón a Corazón; plafón de hilo tejido por los mismos arquitectos; y mesas y bancadas de madera de Arte Nativo y Mavedi.
Spirit (2020)
- Ubicación: Av. Tiradentes esquina Presidente González, Santo Domingo
- Propietarios: Carlos Valiente, Arlina Suárez, Kheiry González y Vanessa Masalles
- Área total de construcción: 2,219.00 m2
- Área del solar-lote: 1,818.00 m2
- Diseño arquitectónico: Jordi Masalles y Liza Ortega
- Empresa: Jordi Masalles y Asociados
- Diseño de interiores: Liza Ortega y Jordi Masalles
- Colaboradores: Marcos Domínguez, Laura Núñez, Amelia Pepén y Ravel Núñez
- Consultores: Eléctrico Symantel, Hache de Los Santos
- Sanitario: Piccini Services
- Sistemas de a/a: Yaryura
- Contratista general: Jordi Masalles y Asociados, Liza Ortega Arquitectos
- Supervisión: Ivanna Dalmau, Sarah Lockhart, Sandy Fernández y María Cuadra
- Supervisión externa: Ing. Israel Medrano