La presentación de un portafolio o dossier para concursar, ser seleccionado o presentar una exposición individual o colectiva es hoy en día un requisito obligatorio.
El dossier contiene, además de las obras terminadas, series o proyectos a ejecutar, la justificación conceptual, los criterios del artista o del colectivo de artistas y obras o series anteriores como referencia. Deben presentar posibles esquemas museográficos, programas educativos y, en algunos casos, costos directos e indirectos de la presentación final. El dossier tiene que causar buena impresión sin la intervención del autor o autores.
En noviembre y diciembre del 2011 se celebró en La Paz (Bolivia) y Santo Domingo (República Dominicana) un visionado de portafolios de fotografía auspiciado por la AECID (Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo) dentro del marco del prestigioso festival PHotoEspaña 2012 y a partir del programa de visionados de portafolios Trasatlántica. Este visionado hizo una convocatoria general en todo el mundo y más de cuatrocientos fotógrafos presentaron sus series fotográficas para optar por uno de los veinte espacios disponibles en ambas ciudades. Un jurado internacional seleccionó a los participantes, que durante dos días mostraron sus trabajos a siete visionadores.
Aunque ambos encuentros tiene visionadores internacionales, hay diferencias notables. El visionado de Trasatlántica, dirigido a fotógrafos jóvenes, era más intimo, más informal. Los visionadores no esperaban portafolios elegantes o impresiones impecables. Se concentraban en las ideas y conceptos de las series y aceptaban y promocionaban la experimentación con otros medios. Desde el inicio, tal vez debido a la edad, había una camaradería y un intercambio constante de ideas entre los participantes.
En FotoFest Meeting Place, la mayoría de los participantes eran fotógrafos con más años de experiencia y se miraban con recelo. Los portafolios físicos eran impecables y lujosos. Las impresiones eran perfectas, con calidad museo. La fotografía tradicional, análoga, era presentada por sus autores con orgullo y cierto aire de superioridad. Miraban con desdén a los que se atrevían a presentar sus portafolios de manera electrónica (computadoras o tabletas). Las discusiones sobre las diferencias entre la fotografía análoga (verdadera) y la fotografía digital (falsa) eran el tema más popular en los salones de espera.
Así como entre los participantes y visionadores había diferencias notables sobre la definición de la fotografía, los coleccionistas, generalmente sentados como observadores junto a los galeristas, se interesaban solamente en trabajos impresos o revelados de alta calidad de manera tradicional. Eran totalmente indiferentes a videos y nuevos medios tales como presentaciones digitales o impresiones no tradicionales.
Estas dos experiencias son una muestra más de la existencia de dos tendencias muy definidas en la fotografía contemporánea: la fotografía como fin en sí mismo, tradicional, que acepta la fotografía digital pero con formatos análogos, y la fotografía como herramienta de expresión, en la que la idea es más importante que el medio empleado. El mundo, para los tradicionales, se divide en fotógrafos y artistas-fotógrafos. Lamentablemente, los grandes coleccionistas de fotografías, los que tienen poder adquisitivo, parecen estar de acuerdo con ellos.
Esquizofrenia Tropical
La artista visual dominicana Guadalupe Casasnovas fue seleccionada entre más de cuatrocientos fotógrafos de todo el mundo para participar en la exposición fotográfica colectiva Esquizofrenia Tropical. La muestra fue organizada por el Instituto Cervantes en colaboración con la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, dentro del marco del prestigioso festival PHotoEspaña 2012 y a partir del programa de visionados de portafolios Trasatlántica, realizado en diciembre de 2011 en Bolivia y la República Dominicana.
Esquizofrenia Tropical es un conjunto de catorce ensayos fotográficos, en su mayoría creaciones de jóvenes autores, que muestran la bipolaridad en la que vive Latinoamérica en los últimos tiempos, entre la tranquilidad que da el desarrollo económico y la persistencia de numerosos dramas sociales.
“La exposición lleva al espectador por dos caminos: en medio de la sala, el espectáculo, la escala gigante de unas megaurbes desenfrenadas; en los extremos, un paseo por la América Latina más intimista, sea en paz o en guerra”, afirma el comisario de la exposición, el brasileño Iatã Cannabrava. Entre ambos conceptos, gigante e intimista, Cannanbrava sitúa los trabajos de Guadalupe. “No se trata de buscar respuestas, sino de presentar puntos de vistas particulares, de jóvenes artistas, que amplían el espectro de la imagen que tenemos de nuestro continente.”
La exposición se exhibirá del 7 de junio al 16 de septiembre en la sala de exposiciones de la sede central del Instituto Cervantes, en Madrid.