Casa Mella-Russo

La iniciativa surge por su motivación de retribuir a la Ciudad Colonial por la formación humana y espiritual recibida, ya que ahí fue donde vivió y creció junto a su madre, la escritora Yolanda Russo, quien le inculcó el amor por las artes. La sede del proyecto es una casa colonial del siglo XVI de la calle Duarte esquina Arzobispo Nouel, cercana a la catedral, con alto valor histórico y arquitectónico.

La consolidación del inmueble fue un proceso de cinco años en el cual participó un equipo multidisciplinario de arquitectos, arqueólogos, restauradores, ingenieros, museógrafos, diseñadores y curadores, entre muchas otras profesiones y oficios. Este largo proceso permitió que la idea original evolucionara y se convirtiera en un proyecto cultural más amplio, incluyendo no solo la exhibición de arte dominicano moderno y contemporáneo, sino también piezas arqueológicas, objetos antiguos, piezas de cerámica precolombina y elementos arquitectónicos de diversos estilos que fueron recuperados durante la intervención. La vivienda pasó de ser recipiente a ser una parte importante de la muestra expositiva.

El programa de áreas se desarrolla en tres niveles. En el primer nivel, las dos crujías originales de la casa colonial se utilizan como sala de exhibición de la colección permanente y sala de exposiciones temporales, mientras que el martillo construido en época posterior conforma el espacio de la recepción —que se integra visualmente con una biblioteca especializada en temas de arte— y un patio adecuado para la realización de actividades diversas completa el nivel. Un sótano aloja la segunda sala de exhibición de la colección permanente, diversas áreas de apoyo y de servicio (una oficina, el depósito de obras de arte y una pequeña cocina). En el tercer nivel, una sala privada y una pequeña terraza puede ser utilizada para reuniones más íntimas.

Durante el proceso de consolidación se determinó que la casa data de 1538. Los primeros residentes de los que se tiene registro son la familia Bernal, que en el siglo XVIII formaba parte de la élite criolla. En el siglo XIX la casa tuvo varios usos, incluyendo almacén de la iglesia, antes de ser adquirida por el militar haitiano José Guirado y su esposa Juana Quintanó. A finales de ese siglo fue adquirida por el destacado comerciante Arturo Damirón Rodríguez. A partir de ahí, la propiedad pasa a manos de diversos empresarios hasta 2016, cuando es adquirida por la familia Mella Russo. En ese momento la edificación albergaba un taller de orfebrería. Con el paso del tiempo, la configuración original fue objeto de múltiples intervenciones y mutilaciones.

El proceso de rescate se enfocó en descubrir las distintas facetas del inmueble, recuperar su forma original y sus elementos de valor patrimonial, y devolverle su esplendor. Llegar a la estructura colonial original fue un largo proceso. Los trabajos comenzaron con el desgaje del cemento y el metal en busca de la roca original. Se demolieron los entrepisos que en su momento habían ampliado la superficie útil aprovechando los altos techos. Asimismo, se demolió una edificación de dos niveles de hormigón armado que se había levantado en el patio. Se encontraron vestigios de yeso y cal, y tragaluces de madera en los dinteles de las puertas, propios del período republicano.

• Planta y secciones