El Gobierno convocó a un concurso para el diseño del nuevo asentamiento del sector de La Barquita, en Santo Domingo Este, a partir de un plan integral que abarque la ribera del río Ozama y el emplazamiento en todas sus dimensiones: social, urbana y ambiental. Las soluciones al problema inmediato de las familias que viven en las zonas inundables serán articuladas en torno a un plan de manejo del parque ecológico Cachón de la Rubia. La noticia es esperanzadora, puesto que pareciera ser que finalmente el Estado enfrenta la deuda pendiente con la ciudad, el río y los asentamientos precarios que lo bordean. Sin embargo, ha suscitado muchas controversias. Se discute la conveniencia o no de reubicar a los moradores en el sitio; se cuestiona la ocupación del lote La Granja, aledaño al parque, especialmente por parte de los residentes de los barrios de la zona, lo que agrega un matiz social. Algunos técnicos sugieren que lo mejor es respetar la naturaleza del parque y potenciar su uso recreativo, otros critican que la iniciativa peca de querer resolver los problemas de la marginalidad urbana con megaproyectos, y no faltan los escépticos, ya que hubo muchas iniciativas se que quedaron en el intento. La problemática de la vivienda social y colectiva es, sin dudas, compleja y requiere de voluntad política, pero también de una planificación pausada que fomente la madurez de los conceptos y los replantee (alejándose de esquemas tradicionales). La Barquita representa una gran oportunidad para la ciudad, esperamos que el Estado, la Municipalidad y la comunidad así lo entiendan.
Román Batista, Director Ejecutivo de Ciudad Alternativa.
“Ante la ausencia de una política gubernamental de vivienda para los 4 millones de dominicanos que hoy viven en situación de pobreza y pobreza extrema, quienes no tienen acceso a una vivienda adecuada para llevar una vida digna; el proyecto de reubicación de la comunidad de La Barquita debe ser asumido como una oportunidad para ensayar una experiencia-modelo de solución habitacional. Para su éxito, el mismo deberá estar sustentado en la realidad socioeconómica, cultural, ambiental, urbana, organizativa y relacional de los actores claves, integrar a los afectados e involucrados para que sirva de plataforma al desarrollo de una acción concertada y planificada del proceso del proyecto, apoyado esté en el enfoque de participación”.
Emil Rodríguez Garabot, Consultor – Coordinación técnica del proyecto. Presidencia de la República.
“La vivienda social en República Dominicana tradicionalmente se ha venido desarrollando como proyectos políticos no articulados a una visión integral de construcción de ciudad, casi siempre indiferentes a una mejora de la realidad ambiental, social y de las dinámicas económicas locales. Este plan, que es parte comprehensiva de un eje de sostenibilidad del manejo del río Ozama se inicia en la búsqueda de la dignidad del ciudadano, sin importar su clase social. Si realmente abogamos por equidad y justicia espacial debemos comprender que la vulnerabilidad a la exclusión es algo que va más allá de los efectos por desastres naturales y más allá aun de la simple construcción de edificios”.