Esta casa es uno de los proyectos más completos de Estudio 2.28, una firma mexicana de interiorismo. Las interioristas tuvieron la oportunidad de participar desde el inicio, tanto en la elaboración del proyecto arquitectónico como de iluminación, lo que permitió pensar cada espacio, decidir los acabados y detalles arquitectónicos, y mandar a producir tomando en cuenta las medidas caprichosas de la casa. De ahí que el resultado sea una obra impecable, con una atmósfera contemporánea y ambientes muy cálidos.
El terreno era muy complicado por su forma, y los dueños buscaban tener ciertas cosas en la casa que son las que definieron el proyecto arquitectónico elaborado por el arquitecto Alonso de Garay. Una cosa era que la naturaleza fuera una parte muy importante de la casa y que se viera por todas la ventanas; otra, que querían tener dobles y triples alturas. El arquitecto Alonso de Garay se encontró con un reto grande, pero el resultado fue increíble. Los interiores también presentaban varios retos, por ejemplo, que las medidas de los espacios no son convencionales y, por lo tanto, cada espacio se tuvo que pensar por separado pero a la vez considerando que todos se integraran y, por lo tanto, era muy importante lograr una armonía visual.
El estilo de la casa ya es muy definido, inclusive sin muebles. Los materiales que utilizaron son madera, herrería, hormigón y piedra. El mobiliario se pensó para cada espacio considerando los usos que se le iba a dar; ante todo, se quería lograr espacios muy aprovechables. Todos los espacios de la casa se usan habitualmente en la vida diaria y, por lo mismo, las interioristas querían lograr espacios cálidos que invitasen a estar ahí; todos tienen un hilo conductor en el estilo: predominan los colores sobrios, y las telas como lino, algodón, terciopelo y la piel hacen que los muebles sean muy acogedores.
Casi todos los muebles fueron fabricados en México para Estudio 2.28 por proveedores de muy alta calidad, gracias a lo cual los espacios resultaron tal como se habían imaginado. El espacio más imponente es la sala y el comedor. Aquí es donde se encuentra el juego de diferentes alturas, los ventanales y puertas corredizas inmensos que dan al jardín e integran la casa con el paisaje. Cuando una persona entra a la casa, se abre este escenario de volúmenes y mezcla de materiales, la escalera volada y las persianas de madera que hacen que se sorprenda.
“Cada espacio debe ser muy funcional y cómodo. Es importante lograr un balance entre comodidad y estilo. Esa es nuestra meta principal, que la gente que habita nuestros espacios se sienta a gusto y tranquila al estar ahí”, opinan las interioristas.
Los colores son muy importantes, porque todo lo que está dentro de la casa está dentro de ciertas tonalidades. Los muebles se mimetizan con su entorno de manera tal que no resalta nada en específico, y cada uno parece pertenecer al lugar. Los materiales naturales y los tonos que se eligieron combinan perfectamente.
La luz es uno de los factores más importantes. Tanto la natural como la artificial se pensaron desde un inicio.
El proyecto arquitectónico se hizo tomando en cuenta que la casa recibiera mucha luz natural en cada uno de los espacios y que no fuera una vivienda fría. La casa tiene muchos vidrios de grandes dimensiones y varios domos que permiten el paso de luz natural, y además tiene grandes persianas de madera que conforme transcurre el día van dejando pasar la luz en líneas muy interesantes a lo largo de la casa. De noche, cada espacio tiene una iluminación específica con detalles puntuales sobre elementos decorativos, muros bañados con luz para lograr texturas, y varios escenarios creados para diferentes usos de la familia. La iluminación fue creada por el despacho Luz en Arquitectura.
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