El poder de la arquitectura: un recorrido por la A’17

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Orlando fue la ciudad anfitriona de la conferencia de arquitectura del Instituto Estadounidense de Arquitectos (AIA). El tema de este año se centró en la capacidad de la arquitectura para anticipar, abordando cada día un aspecto distinto: anticipar las necesidades (diseño que cuida), anticipar los retos (diseño que supera) y anticipar los cambios (diseño que evoluciona). Fue una experiencia de tres días que la autora define como inspiradora.

Desde el 27 al 29 de abril, el American Institute of Architects (AIA) reunió en Orlando a miles de arquitectos, profesionales del diseño, académicos y estudiantes en su conferencia anual. Fue una experiencia de tres días de inmersión en el mundo de la arquitectura con charlas, talleres, exposiciones para inspirar y educar en torno al poder de la arquitectura para anticipar las necesidades, los retos y los cambios. Si tuviera que definirla en una palabra, diría que A’17 (como se conoce el evento) fue inspiradora, ya que me ayudó a reforzar la misión personal y profesional que he asumido. Esta crónica se estructura a partir del tema central sobre el que se enfocaban las presentaciones generales de cada día.

Anticipar la necesidad: diseño que cuida

No importa la escala, el diseño debe llevar dignidad, salud, cambio de uso, en fin, calidad de vida con la mejor solución en un contexto específico. Empezamos con una gran expectativa por lo importante de esa charla magistral en la que participarían como conferencistas Murphy, Kéré y Aravena, con los que me identifico por su forma de ver la arquitectura desde la óptica de la empatía y por la manera en que sus trabajos trascienden e influyen a miles. Con los tres tuve un momento de intercambio que atesoro y en el que les entregué sus regalos de Arquitexto.

Francis Kéré recordó que no importan las dificultades: si nos mueve la pasión por lo que hacemos, el resultado superará nuestras expectativas. Se trasladó de Villa Gando, en Burkina Faso (África), a Berlín para regresar con una propuesta radicalmente simple que resuelve de una forma sostenible las necesidades de educación en un contexto hostil. Cada recurso fue utilizado de forma creativa para preservar del calor, aprovechar el agua, sembrar árboles, tener luz natural y ventilación, y así diseñar un lugar propicio para que aprendan los niños. Se considera a sí mismo como un tipo con suerte por haberse educado fuera de Gando, y apuesta por un lenguaje arquitectónico híbrido; nuestra imaginación debe ser global, adaptable al contexto y a las necesidades de aquellos para quienes diseñamos.

Por su parte, Michael Murphy, conocido por su participación Arquitectura que sana en los TED Talks, advirtió sobre la responsabilidad que tenemos los arquitectos de comprender las implicaciones de nuestro trabajo cada día: «Como arquitectos, tenemos enorme poder. Intencionadas o no, las consecuencias de nuestras decisiones no pueden estar divorciadas de los efectos políticos y sociales que tienen en la gente. […] La arquitectura es social». Sus diseños para los hospitales de Butaro (Ruanda) y Haití logran espacios abiertos, mejor ventilados y con luz natural. «Simples decisiones de diseño pueden lograr un edificio que sana», dijo.

A Murphy le siguió Elizabeth Diller (Diller + Scofidio), responsable de la rehabilitación del High Line de la ciudad de Nueva York, una línea de tren abandonada que se convirtió en un parque de 1.5 millas de largo con un espacio público que transformó toda la zona a su alrededor. El proyecto trascendió sobremanera las expectativas para las que fue diseñado y se convirtió en un hito para Nueva York y todo el mundo. Nos dejó un interrogante: «Como arquitectos, alteramos el ciclo de vida de la ciudad, acelerándolo o desacelerándolo. ¿Cuál es nuestra responsabilidad en darle forma a las secuelas del cambio urbano y cómo nos hacemos aliados y no enemigos del tiempo y la forma?»

Llegó el turno del laureado arquitecto chileno Alejandro Aravena –Premio Pritzker 2016 y Premio Gothenburg 2017 al Desarrollo Sostenible–: «Lo más importante de lo que vamos a construir, es lo que no vamos a construir». Aravena resaltó la necesidad de crear espacios responsables para el crecimiento urbano y que la solución no consiste en ubicar familias en terrenos alejados de la ciudad porque no pueden costear sus viviendas. Es inevitable la migración a la ciudad, pero si se organiza y se crean las posibilidades con casas que puedan pagar, se evitan las viviendas pequeñas llenas de anexos, que terminan arrabalizadas, y se reemplazan por unas que estén preparadas para crecer según las posibilidades de la familia y reflejar su estilo y modo de vivir dentro de un entorno controlado. De una forma apasionada, dice: “La responsabilidad arquitectónica no es solo para satisfacer las necesidades, sino también los deseos”. Habló de la inclusión de la comunidad en el diálogo, para que la respuesta arquitectónica sea coherente con sus necesidades y el contexto.

Así transcurrían las mañanas, llenas de inspiración y energía. La audiencia, como una gran marea creativa, se dispersaba entre charlas, talleres, reuniones, premiaciones, tours educacionales y de diversión.

Llegó el momento más esperado del día, la conversación con la ex primera dama de los Estados Unidos Michelle Obama, que respondió las preguntas del presidente del AIA 2017 Thomas Vonier sobre temas como la importancia de la equidad social, el rol de la arquitectura en la ciudad y su capacidad transformara. Enérgica pero relajada y tranquila, Michelle Obama transmitía seguridad y empatía por las causas sociales: la educación de las niñas, la igualdad de oportunidades, educar desde pequeños para un futuro mejor. Exhortó a todos los arquitectos presentes a ser mentores en las universidades, con jóvenes arquitectos, enseñar al mundo qué es ser arquitecto. Habló además de su vida familiar y de su rol de madre durante los ocho años de gobierno, los ajustes para mantener la estabilidad familiar y los pies en la tierra.

Luego de una recarga de energía positiva, la parada en la tienda de libros era obligatoria. Allí tuve uno de mis mejores momentos, me autografiaron los libros.

Anticipar el reto: diseño que supera

El segundo día comenzó con la entrega del premio de la AIA a los 25 años de arquitectura al proyecto de la Pirámide del Louvre de I. M. Pei (recogido por su hijo), por su respuesta arquitectónica contemporánea que respetaba el entorno histórico. A continuación, en la conferencia magistral del día, la Dra. Eve Edelstein, Dan Goods y David Delgado nos llevaron a tocar fondo con el proceso de Design Thinking (una herramienta para fomentar la innovación).

La Dra. Edelstein (del Laboratorio de Diseño Humano de Perkins + Will) nos retó a cambiar la forma en que diseñamos, y nos explicó que a través de la investigación y de la aplicación de los datos que esta arroja en nuestros diseños podemos transformar la vida de nuestros clientes. Habló del cerebro y de cómo está conectada la neurociencia con la arquitectura, de los avances que se han hecho en medir la influencia del diseño en la salud y el bienestar de las personas dentro del entorno construido… música para mí, a las 8:30 a.m.

Dan Goods y David Delgado (creativos y estrategas visuales del Jet Propulsion Laboratory de la NASA, ambos estudiantes de arte) nos llevaron por el mundo de las ondas espaciales y la comunicación satelital, diciéndole hola a Juno de camino a Júpiter, y nos exhortaron a diseñar estructuras para sentarnos a escuchar y hacer visible lo invisible (la llegada de datos de los satélites a las computadoras). «Amamos las grandes ideas. A veces estamos tan ocupados que se nos escapa la verdadera belleza que tenemos enfrente», afirman.

En la exposición de arquitectura, se mostraron desde los materiales tradicionales hasta las últimas aplicaciones de la tecnología y lo más reciente en software de diseño. Llamaban la atención frases como: «Quizá la solución no sea un edificio, sino una guagua», y para mi sorpresa se trataba de una marchanta “pimpiada” (en buen dominicano); o frases tan profundas como «El poder de nosotros», refiriéndose a la unidad del gremio y a la fortaleza de trabajar en un equipo multidisciplinario. Por doquier encontraba mensajes inspiradores que reforzaban lo maravilloso que es el mundo de la arquitectura.

Simultáneamente había conversatorios con estudiantes y arquitectos jóvenes que contaban sus historias de diseño, también talleres de capacitación para presentar nuevos materiales y tecnologías aplicadas. Terminé el día en una presentación de los proyectos de hospitales premiados en el 2016… ¡mucha información y pies cansados!

Anticipar el cambio: ¿qué sigue en arquitectura?

El día tres se dedicó a los proyectos habitacionales, en los que se resaltaba la necesidad de interacción y conexión social entre vecinos, repasando desde Le Corbusier hasta Aravena: propuestas de inclusión, donde la naturaleza y la unión con el hombre juegan un rol protagónico. Los proyectos escolares resaltaban la necesidad de rediseñar espacios para promover el aprendizaje contemporáneo y de la biofilia al mercadeo para arquitectos y las redes sociales.

La charla magistral de cierre se dividió en dos: un panel que contó con música desde hip hop a This girl is on Fire hasta música clásica. Michael Ford, Cheryl McAfee y Nóra Demeter nos explicaron que anticipar el cambio es entender a tus clientes. El mundo va cambiando muy rápido, nuestros clientes también, si no diseñamos para ellos la profesión desaparecerá. “La arquitectura debe ser la voz de los que no tienen voz en la sociedad. Lo que importa son las consecuencias de nuestros trabajos, extiéndeles la mano a los invisibles, a los silentes. Brinda apoyo a tu comunidad, diseña espacios de los que se sientan orgullosos. No seas parte de lo que ves, sé parte del cambio», fueron algunos de los postulados enunciados por la arquitecta McAfee. Mientras Demeter sostuvo: «Si no lo hace mejor, entonces no es arquitectura. El arquitecto es un proveedor de servicios […] La solución arquitectónica no puede ser genérica, tiene que ser personal, responder a las raíces culturales del lugar y transmitir el mensaje».

El cierre del evento estuvo a cargo de Amy Cuddy (psicóloga social y profesora de la Escuela de Negocios de Harvard) con la última charla magistral «Anticipar el cambio: diseño que evoluciona». La charla nos hizo darnos cuenta de lo que transmite nuestro lenguaje corporal a los demás (si nos gusta lo que hacemos, si estamos empoderados, si creemos en nosotros) y de como este indicador nos hace más competitivos a la hora de presentar nuestros proyectos, buscar trabajo, hablar con clientes.

Mi experiencia en la Conferencia A’17 estuvo llena de momentos memorables, de aprendizaje, de inspiración, de reforzamiento, de admiración, de agradecimiento y de un mayor compromiso conmigo, con mi país, mis estudiantes y todas las personas que mi práctica toque. Concluyo diciendo que el cambio es constante y va rápido, hay que sincronizar nuestra mente y nuestro cuerpo para afrontarlo, pero hay algo que nunca cambiará: solucionar las necesidades humanas. Debemos mantener viva la esencia de nuestra profesión, que es la de dar una respuesta personalizada y creativa a los problemas y retos que enfrentan los seres humanos a diferentes escalas, en un contexto específico, con la naturaleza de aliado, respetando y aprendiendo del pasado, para vivir en el presente y proyectar el futuro.

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