Guajaca 95

El objetivo de este proyecto del Punta Cana Village fue diseñar y construir una vivienda unifamiliar, funcional y habitable, un hogar cómodo para una familia joven a partir de los lineamientos de la arquitectura moderna. Sin ventanas en la fachada delantera, a excepción del acceso principal, la casa cede parte de su lote a la calle, sin cercas ni muros. La solidez de la fachada frontal se contrapone a la fachada posterior, caracterizada por grandes aberturas. La estructura y la espacialidad se unieron para constituir una única unidad formal.

La presente obra es una vivienda unifamiliar diseñada para una familia joven, situada en el residencial Punta Cana Village. La casa está emplazada en un terreno de 36 x 36 metros y tiene la peculiaridad de que fue inicialmente diseñada para un lote rectangular de 36 x 18 metros, pero una vez construida se adquirió el lote contiguo al sur de la propiedad para ampliar el jardín.

El programa de áreas pedía organizar áreas sociales amplias e integradas; tres dormitorios con baño y vestidor, uno de ellos para visitas; una sala de estar vinculada al área íntima de los dormitorios como espacio para el compartir familiar; una sala de fitness y áreas exteriores equipadas con piscina y área de parrillada.

Uno de los principales criterios de diseño fue que la vivienda se abriera al patio en busca de privacidad. El estudio BestinPro propuso organizar el programa en dos bloques de hormigón, uno de doble altura, donde se desarrolla el área social, y otro de dos niveles, donde se resuelven las áreas de descanso. Longitudinalmente, la casa ocupaba el máximo ancho edificable del primer lote adquirido.

Las funciones programáticas fueron ordenadas situando al frente las áreas destinadas al acceso, la circulación, la cocina y el servicio. Esto contribuye al amortiguamiento sonoro entre la calle y el resto de los espacios que, por su función social, pudieron ser dotados de amplias aberturas hacia el espacio verde posterior y el cielo.

El acceso a la vivienda se hace por la fachada norte, donde un pequeño hall de entrada con un revestimiento de pared hecho con losas pulidas de coralina de diferentes formatos y colocadas en forma de puzzle invita a entrar al gran salón. Inmediatamente se puede observar a través de la fachada sur –totalmente acristalada– la interacción interior-exterior del área social, una de las principales peticiones del cliente. Desde esta área social se accede al entrepiso del segundo nivel por una escalera en vuelo que se apoya sobre la pared de hormigón visto y constituye el principal elemento decorativo del salón-comedor. Tanto la suite principal del segundo nivel como el dormitorio de visitas del primer nivel están provistos de amplias vistas al jardín.

El jardín es un área recreativa que contiene un área verde para juegos, una rampa de skate, una cama elástica para los pequeños y un quiosco moderno y funcional que se convierte en el alma social de la casa: diseñado con listones de madera, amplio y diáfano, sigue a juego con el diseño de la vivienda.

En general, el diseño buscó claridad de medios tectónicos, sencillez de construcción y pureza de materiales. La configuración estructural basada en el hormigón permitió organizar el espacio, hacerlo fluido, abrirlo y vincularlo al paisaje.