A 20 años de levantado, el edificio Banreservas de la Charles de Gaulle mantiene su elegancia y muestra de una gran sensibilidad urbana, se orienta hacia el peatón y recupera la importancia tipológica del banco como entidad institucional con importante presencia urbana. A través del lenguaje moderno, Carlos Jorge define el hacer arquitectura como menos importante que el hacer ciudad. La edificación jerarquiza la imagen de veracidad, de confianza y transparencia y establece un escenario flexible a la entidad bancaria consciente de su doble naturaleza –privada y pública–.
De una forma que podría resultar casi pedagógica, el arquitecto Carlos Jorge nos habla no sólo de esta obra sino de su forma de construir arquitectura. Sin darse cuenta nos hace partícipes de ese entramado de ideales que lo mueven a ver el hecho arquitectónico como un instrumento para “hacer ciudad”. “La arquitectura del edificio es menos importante que la arquitectura de la ciudad”, nos explica. Carlos Jorge nos habla de su identificación con el movimiento moderno desde temprana edad, de los años en que sus tardes dominicales consistían en dar un paseo por la zona de la Feria y el Malecón, y apreciar el antiguo Hotel Jaragua (ya demolido), o por la calle el Conde y admirar el edificio Copello, obras que en su momento marcaron la imagen de modernidad de Santo Domingo.
Los años de práctica profesional lo han llevado a tomar posición por ese lenguaje moderno adaptado al Caribe, desarrollado por González, Caro, Lluberes, los Hermanos Pou y muchos otros maestros y pioneros de la arquitectura moderna dominicana; un legado arquitectónico que por un momento se descartó y se empezó a destruir. Jorge insiste en la permanencia del valor de la forma sobre el de otras pretensiones ornamentales.
Con esta sucursal de Banreservas el edificio recupera la importancia tipológica del banco como entidad institucional y deja de ser un simple local comercial con una estructura indiferente y una presencia casi anodina en términos urbanos. En este sentido, Banreservas de la Charles de Gaulle es una inversión importante. Sin embargo, también introduce cambios en la imagen tradicional, en la que los bancos eran una caja fuerte, completamente cerrados y con muy poco que enseñar (la sucursal principal de esta institución en la calle Isabel La Católica es un buen ejemplo).
El proyecto se ubica en la esquina sur de un terreno de 3,440 m2 en la avenida Charles de Gaulle de Santo Domingo Este, una zona periférica de la ciudad que posee una gran intensidad de actividades. La implantación del edificio se hace de manera respetuosa, denotando una gran sensibilidad urbana. El edificio está orientado principalmente al peatón. La fachada principal aprovecha toda su longitud para crear, con la colaboración de los árboles –palmeras– adyacentes, una plaza pública o paseo a lo largo de la avenida. Este gesto también tiene una razón práctica, nos explica el arquitecto, ya que la gran mayoría de los clientes acceden a través del transporte público.
Los 1,542 m2 de construcción se organizan dentro de una estructura porticada de dos niveles, en la que el segundo nivel funciona como mezzanine creando un espacio de doble altura a lo largo de toda la fachada frontal. La planta rectangular del edificio se desarrolla en forma paralela a la calle e integra la única función del programa: la actividad bancaria. Este ordenamiento refleja la forma alargada del solar, utilizando al máximo las posibilidades ofrecidas por los límites físicos del terreno. Es así como el estacionamiento se ubicó en el lateral y el autobanco, de manera muy acertada, en la parte posterior, liberando el frente del edificio de cualquier tipo de tránsito vehicular.
La planta resultante ofrece además dos entradas con el mismo nivel de importancia, una hacia el estacionamiento y otra hacia la esquina, que favorece la llegada de los peatones. Estos vestíbulos de entrada se presentan como volúmenes adosados a la estructura principal, espacios de doble altura con cierre de cristal que alojan los cajeros automáticos. El nivel bajo contiene las zonas públicas. Debajo del mezzanine están las áreas de caja, organizadas en un mostrador continuo; mientras las estaciones de servicio al cliente, que consisten en un sistema modular de oficina, ocupan todo el espacio de la doble altura. El mezzanine de la planta superior contiene otras oficinas administrativas del banco que no guardan relación directa con la sucursal bancaria. La comunicación entre los dos niveles se realiza a través del núcleo de comunicación que se encuentra ubicado en el vestíbulo que da hacia el estacionamiento. Se facilita de ese modo el acceso de los empleados.
El diseño de la fachada de cristal establece una fuerte relación del interior con el exterior; está protegida por grandes paneles compuestos por perfiles angulares de metal dispuestos horizontalmente a modo de celosías, que tamiza la luz natural. Esta integración hace del interior un gran atrio con vocación pública. La fachada posterior, en contraste con la principal, es un plano hermético en el que solo destaca el pañete ranurado en forma de cuadrícula y la marquesina de las instalaciones del autobanco. Este muro respalda el volumen frontal.
En resumen, la sucursal recupera la importancia tipológica del banco dentro del paisaje urbano. El edificio está orientado al peatón. La hilera de palmeras y jardineras bien cuidadas y la generosidad del ancho de las aceras convierten este tramo de la avenida en un agradable paseo.
Banreservas Charles de Gaulle (2001)
- Ubicación: Santo Domingo Oeste, R. D.
- Año inicio / término obra: 2001 / 2003
- Área total de construcción: 1,542 m2
- Diseño arquitectónico: Arq. Carlos Jorge
- Colaboradores: Arq. Felipe Branagan, Arq. Bienvenido Contreras
- Diseño estructural: Ing. Rafael María Piña
- Diseño eléctrico: Ing. Héctor Martínez, Ing. Rafael Sánchez
- Diseño sanitario: Ing. Alejandro Martínez, Ing. Elizabeth Freeman
- Diseño Sistema: A/A Ing, Carlos José Socías
- Diseño interior/decoración: Arq. Kathryn Subero, Livia Russo