“Estoy aquí, pero no soy yo” es la exposición individual que el artista visual dominicano Franz Caba presentó en Lucy García Gallery. Esta muestra, dotada de gran contemporaneidad, contó con 23 obras, entre pinturas e instalaciones, donde Caba se basó en su punto de vista y desnudó nuestra identidad caribeña y dominicana.
La exposición individual “Estoy aquí, pero no soy yo”, presentada por Lucy García Gallery en el Museo Fernando Peña Defilló, contó con la curaduría de Orlando Isaac y de Alex Martínez Suárez. Las 23 obras de arte contemporáneo ocuparon todos los espacios del Museo, honrando así la visión del maestro de la pintura dominicana Fernando Peña Defilló, quien siempre estuvo dispuesto a mostrar su apoyo a talentos emergentes en el arte nacional.
Entre paisajes contemporáneos de nuevos símbolos que forman parte de nuestro vivir, Caba fue capaz de transportarnos a una experiencia llena de ficción y enlazada a una realidad latente de cómo somos y en qué creemos.
Cabe hacer notar que esta exhibición es el inicio de un propósito de alianzas entre Lucy García Gallery y los distintos espacios culturales del país, con el interés de crear una relación de crecimiento para los artistas comprometidos con su oficio; así como, la búsqueda de difundir la elevación de una cultura de apreciación y valoración a nuestro arte local, con una mirada internacional.
Metáforas de un territorio insular
Orlando Isaac y Alex Martínez Suárez, curadores
“El Caribe no es un lugar idílico, no para sus nativos”, Derek Walcott, Las Antillas: Fragmentos de la memoria épica (1992)
El Caribe es dueño de toda una estructura primitiva desde los tiempos en que nuestros aborígenes migran en canoas o cayucos a través de este mar de corrientes alternas que dramatizan los azules, cuando el mar es pura candela.
De nuestros antepasados nativos, esclavizados y mestizados, hemos heredado la inquietud de querer escapar de sus límites geográficos. Un sentimiento de deseo y una necesidad de salir, de descubrir, de revelarse, de buscar y de encontrar razones para estar aquí y allá; de bordar y de abordar el imaginario de estas tierras, convirtiéndonos en cartógrafos por naturaleza al proyectar y trazar mapas en busca de conexiones propias.
Actualmente, Franz Caba, arquitecto y artista autodidacta, se encuentra navegando en la llamada arqueología digital a través de Google Search, construyendo narrativas imaginarias de un pasado reciente; atravesando estas aguas en limusinas funestas, edulcoradas con flores endémicas e importadas, para desembarcar en una jungla de bonsáis de varilla y cemento, tatuados con calcomanías al más puro estilo de Lolo Jackson.
Con un carácter autobiográfico, a través de “Estoy aquí, pero no soy yo”, Caba lleva a cabo un recorrido por singularidades que viene escogiendo con cautela, para insertarlas en contextos contrapuestos que nos hacen presenciar episodios bizarros de su cotidianidad, en la que a veces figura como foto cronista y otras veces como un simple voyeurismo.
En este cuerpo de trabajo ha dejado atrás los nudos familiares y las depresiones tropicales, para centrarse en la identidad popular dominicana, siendo consciente de una dimensión espacial mayor: el contexto caribeño. Ha destacado con rigor el elemento que nos une como instancias flotantes, el cual es el mismo que nos separa: ese manto azul infinito que importantísima en su obra para hacernos partícipes de un proceso de búsqueda de identidad. Así nos ha llevado en su viaje interno para reflexionar sobre estar dentro, fuera, de frente y de espaldas al mar; de estar aquí y de no ser parte de esto.
Con la serie “Estoy aquí, pero no soy yo”, Franz ha construido metáforas desde su propia geografía, llevándolo a plasmar cielos y mares renacentistas en una mixtura de un Caribe pop que también deja rastros y pinceladas impresionistas. Es un universo de contradicciones escenográficas, donde la ficción y la fantasía dominan la narrativa y se entrelazan con historias de arraigo y herencia de la región. Por ejemplo, vemos cómo, desde el aspecto formal, la representación de sus palmas no buscan una figuración real, sino que se asemejan más bien a suvenires playeros destinados a los gift shops, gestos que se relacionan al trueque o intercambio que históricamente ocurre en nuestros territorios desde los tiempos de la Colonia, pero que en la contemporaneidad ocurre incluso hasta con nuestros propios cuerpos.
En esta producción de extrañas y diversas naturalezas, Caba ha problematizado temáticas, tales como: la migración, la insularidad, la identidad, la ignorancia, la fe, los espacios marginados, la virilidad, la ludopatía, la explotación del turismo y la desigualdad social.
Refiriéndose constantemente a un cuerpo que habita en el Caribe y a cómo la isla lo aísla, ese cuerpo no aparece representado como tal, sino a través de elementos que se relacionan con él, creando a veces símiles con faunas exóticas que protagonizan escenas de alusiones ambiguas.
A pesar de que tampoco ha aparecido la ciudad como aquel espacio donde ocurren muchos de estos acontecimientos, se dejaron ver arquetipos arquitectónicos y objetos referenciales en entornos urbanos. A través de esos paisajes se han hecho sentir los murmullos, el dembow, la bachata y demás sonidos de la urbe. Son esos que en la oralidad popular-urbana se pasean como una guagüita anunciando los propios títulos de sus obras, como La mentira dura hasta que la verdad llega, Se acabó lo que se daba y No es lo mismo llamar al diablo. Ahí queda evidenciada, mediante signos, una perenne banda sonora urbana, un canal de las tantas inconformidades que se gritan en nuestras periferias.
Su narrativa también trajo en esta muestra otros protagonistas que tejieron historias inesperadas, tales como: la silla plástica, un objeto servil con una carga simbólica más allá de un producto industrial y que en nuestro medio toma una connotación que hace referencia a la convivencia social y al ocio. También aparecen elementos como el coco y la palmera, símbolos de identidad del territorio del disfrute y el hedonismo.
El sugerente lenguaje con el que Franz Caba reflexiona sobre relevantes temáticas sociales deja en evidencia el compromiso de una pujante generación del arte contemporáneo dominicano. Él asume ese compromiso con independencia, carácter e ingenio, ante las absurdas y complejas situaciones que muchas veces damos por sentado en nuestro entorno, pero que merecen ser objeto de introspección como sociedad.
Franz Caba (Santo Domingo, 1991). Arquitecto y artista visual multidisciplinario y autodidacta, cuyo trabajo se enfoca en el dibujo, la pintura y la instalación. Considera su trabajo como un ejercicio íntimo, donde explora las problemáticas acerca de la identidad, la vulnerabilidad y el cuerpo. Fue partícipe en la residencia artística Caribbean Linked V, durante el 2018, y su trabajo ha sido exhibido en la República Dominicana y en Aruba. Recibió el primer premio en el Concurso de Arte Premio Diario Libre de Arte Contemporáneo 2015 y su participación ha sido seleccionada en diversos concursos en el país, entre estos: el 28 Concurso de Arte Eduardo León Jimenes, en el 2021. Franz Caba aborda y reflexiona sobre las problemáticas del producto identitario; los imaginarios surgidos a partir de nuestro pasado colonial; y la mirada a nuestro territorio turístico, considerado como un paraíso caribeño.