Texto: Carmen Ortega González
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Como parte de la visión de reconocer la contribución femenina al desarrollo de la arquitectura de la República Dominicana, Arquitexto puso en marcha un trabajo de investigación para por un lado, visibilizar y destacar figuras que, hasta hora y quizás por desconocimiento, no han tenido su merecido reconocimiento y, por otro, contribuir con la historiografía de la arquitectura dominicana. Entre 1938 y 1961 de 150 graduandos con el título omo ingenieros – arquitectos en la entonces única Universidad de Santo Domingo (hoy UASD), cerca de 30 fueron mujeres. Dar a conocer los aportes al ejercicio profesional de estas arquitectas pioneras dominicanas es el reconocimiento que queremos hacer en la conmemoración de este Día Internacional de la Mujer.
Aunque la participación de las mujeres en la arquitectura se remonta a finales del siglo XIX en Europa y América del Norte. Para principios del siglo XX en América Latina, España, y Brasil, su presencia en la historiografía universal de la arquitectura es escasa. En el Caribe, tanto en Cuba, en Puerto Rico como en República Dominicana las mujeres arquitectas hacen su aparición en los años 40. En Haití y Jamaica y otros países de la región es mucho más reciente.
Aun tomando en cuenta que en nuestro país la arquitectura es una profesión relativamente joven (menos de 100 años), y que las publicaciones periódicas o especiales, de arquitectura, empezaron hace apenas cuatro décadas, la presencia de las mujeres en la bibliografía dominicana es escasa. Existen pocos estudios que se refieran a la participación y las contribuciones de la mujer en la historia de la arquitectura dominicana, la cual ha sido amplia y en diversas áreas: investigación, docencia, urbanismo, gestión, paisajismo, entre otros.
En los años 90, la arquitecta Giovanna Riggio realizó una profunda investigación para su tesis de maestría (Mujer y arquitectura en el Caribe, UNPHU, 1998) que aportó importantes datos y nos inspiró a actualizar y profundizar en esta temática.
Ni arquitectas ni arquitectos
En el lapso transcurrido desde el período republicano hasta 1930 no existían ni arquitectas, ni arquitectos. La construcción estaba a cargo de individuos que habían aprendido el oficio de manera práctica, heredándolo de generaciones anteriores. A finales del siglo XIX surgen las cátedras de Agrimensura (1866), el título de Maestro de obras para fábricas urbanas (1887) y el de Ingeniero civil (1890) que más adelante, a mediados del siglo XX daría pie a la formación de la carrera ingeniero-arquitecto. Los primeros arquitectos y constructores del período republicano fueron extranjeros y dominicanos graduados en Europa o Estados Unidos. Las arquitectas no tuvieron ninguna participación en esta primera fase de ejercicio profesional ya que su formación se circunscribía a labores domésticas; fueron contadas las que tuvieron la oportunidad de alcanzar formación intelectual.
Entrado el siglo XX comienza la participación femenina en la educación superior diferente al magisterio y surgen las primeras organizaciones con ideas feministas que reclamaban mayor participación de las mujeres en la vida pública y se propugnó por la igualdad en la educación. Si bien en nuestro país, durante la tiranía (1930-1961), se enfatiza el rol de la mujer con la creación de las escuelas de vocacionales que hicieron más tangibles la educación diferenciada para hombres y mujeres: Escuelas de Economía Doméstica para señoritas, Escuelas de Artes y Oficios para varones y Escuelas de Sirvientas para las clases populares, las mujeres empiezan poco a poco a adentrarse en la educación superior y tomar participación en otras áreas fuera de la vida doméstica. Al terminar la década del 1940 se había creado la Escuela Nacional de Bellas Artes lo que permitió a un pequeño grupo de artistas plásticas destacarse dentro del ámbito artístico; en 1942 se concedió el derecho al voto femenino, y en la Universidad de Santo Domingo se habían graduado cinco doctoras en medicina, ocho cirujanos dentales, una ingeniera civil y tres ingenieras- arquitectas.
La carrera de ingeniero – arquitecto y las mujeres arquitectas pioneras
En 1938 se crea la primera escuela de arquitectura del país en la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Santo Domingo. La titulación que se otorgaba era de ingeniero-arquitecto, con énfasis en las materias técnicas y científicas lo que originó una formación más de ingeniero que de arquitecto. Para 1936 y 1937 la Facultad contaba sólo con 24 estudiantes (23 varones y una hembra)–, siendo la primera egresada justamente una mujer, Francisca Angélica Romero Beltré quien que recibió su título el 28 de octubre 1941, en la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Santo Domingo. Según informes de su familia, Romero Beltré posteriormente viajó a Estados Unidos salió del país a realizar otros estudios y nunca regresó. A Romero Beltré le siguió Carmen María Tavares Vidal (25 de febrero de 1945) y Rosa Margarita –Margot–Taulé Casso (30 de mayo de 1949). Si bien ninguna de las dos primeras ejerció profesionalmente su titulación abrió las puertas y sirvió de ejemplo para otras mujeres interesadas en abrirse paso en la práctica de la arquitectura. Por su parte, Margot Taulé Casso se destacó como estructuralista y en el ámbito académico como profesora titular en la universidad estatal (la única en el ámbito docente hasta 1960) y, en la posteriormente fundada, Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña donde llegó a ocupar la posición de decana y rectora.
Entre 1941 y 1966, la población estudiantil femenina en la Universidad de Santo Domingo fue en aumento, de un 6% en 1936 a un 25% en 1966. En este período se estima que de un número aproximado de 150 ingenieros arquitectos, se graduaron alrededor de 30 ingenieras arquitectas. “Estas pioneras de la historia de las arquitectas dominicanas tuvieron que desempeñarse en un medio que no sólo era discriminatorio para las mujeres, sino que también lo era para todos los profesionales de la arquitectura” (Riggio, 1998). A pesar de esto y de que en esa época era infrecuente y débil la incorporación de las mujeres al trabajo retribuido, casi todas estas profesionales sirvieron al Estado Dominicano participando activamente en el importante proceso de construcción de obras públicas que se inicia en la década del cincuenta a raíz del gran auge económico e industrial que se verifica en ese período. Las arquitectas Nidia Miller, Tomasina Cabral (quien llegó a ocupar el cargo de subsecretaria de estado de Obras Públicas), Rhina González, Elena Vives, Mercedes Conde Pausas, Ketty Bisonó, Gretel Castellanos, Irma Guerrero y Lillia Gómez, entre otras, también realizaron innumerables aportes en el sector público y en el ámbito de la organización gremial, como Maricela Vargas e Isabel Ballester, destacadas por su labor en el Colegio de Ingenieros y Arquitectos (Codia) y primeras que ocuparon la presidencia de este organismo. Otras como Tomasina Cabral, Mercedes Conde Pausas y Maricela Vargas tuvieron además una destacada participación como activistas políticas en los convulsos años de lucha contra la tiranía.
No obstante esto, los nombres de estas pioneras no se citan entre el grupo reconocido como “primera generación de arquitectos dominicanos”. El único nombre femenino que se encuentra es el de Gloria Iglesias Molina, quien aparece como coautora junto a su hermano de Octavio Iglesias Molina del emblemático Edificio Saviñon (1946) en la calle El Conde y del Palacio de La Voz Dominicana (1951) –hoy estación televisora Radio Televisión Dominicana–. Hasta el momento, no se han encontrado registros de titulación o datos biográficos de ella, salvo algunas fotografías donde aparece durante la construcción del edificio de La Voz Dominicana, durante el montaje de la antena tele transmisora en la azotea (Rancier, 2017).
¿Cuáles son las historias de esas primeras arquitectas dominicanas? Esta es la pregunta que buscamos responder en la primera entrega de este trabajo en la conmemoración de este Día Internacional de la Mujer.
Margarita Taulé Casso (1948)
Rose Margarite -Margot- Taulé Casso nació en Santo Domingo el 30 de agosto de 1920. Realizó sus estudios de 1940 a 1944. Recibió el título de Ingeniero Arquitecto en 1948. Fue la primera arquitecta colegiada. Se destacó como estructuralista, siendo responsable del diseño estructural del edificio del Congreso Nacional y de muchas de las obras de Henry Gazón, Guillermo González, Leo Pou y José Anatinio Caro Álvarez. Margot Taulé se incorporó en 1945 a la docencia académica y en 1956 ganó por oposición el nombramiento como profesora titular, siendo la única de las ingenieras arquitectas en la esfera docente durante el período 1930 – 1960. En 1966 se unió al Movimiento Renovador que fundó la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña, llegando a ser decana de las facultades de Ingeniería, de Arquitectura y Urbanismo y posteriormente, rectora en el 2002 conviertiéndose en la primera arquitecta que ocupó esos cargos.
Entre sus principales obras están: la Casa Munné o Casa Azul (1948), obra residencial representativa del movimiento moderno de Santo Domingo, situada en Gazcue. Junto a Henry Gasón Bona, el hotel Maguana en San Juan de la Maguana y en 1948 el hotel Matum en Santiago (originalmente hotel Marién). Otras obras son: la Casa Trullol (Av. Bolívar , 1947); Casa Flía. Mañón (Av.Bolívar, 1951); Casa de A. Santos (Av. César N. Penson, 1952); Casa de J. Acosta (calle Vega 73, 1954). Margot Taule figura como la asesora del desarrollo parcial urbano de la feria de laPaz y responsable del diseño estructural del congreso nacional dominicano. Murió el 11 de julio de 2008.
Isabel Ballester (1952)
Isabel Ballester se graduó de Ingeniero Arquitecto de la Universidad de Santo Domingo en 1952. Su proyecto de tesis fue una escuela residencial para ciegos. Eligió este tema, inspirada en el amor a la humanidad y con el deseo de que enriqueciera los archivos de la Universidad por su originalidad. En 1956 terminó el Curso de Viviendas en el Centro Interamericano de Vivienda y Planeamiento (CINVA) de Bogotá. De 1960 a 1968 trabajó en la Oficina de Planeamiento del Ayuntamiento del Distrito Nacional, con el urbanista Pablo Mella en proyectos de urbanizaciones de Samaná y Jarabacoa y se dedicó al ejercicio profesional privado. Destaca su participación en el ámbito de la organización gremial, siendo la primera mujer en ocupar la Presidencia del CODIA. Formó parte también del equipo editorial de dicha revista.
Se registró el 15 de abril de 1963 en el Colegio Dominicano de Ingenieros, Arquitectos y Agrimensores- Codia, con el número 284. Deste ese momento se integró a las actividades gremiales. Fue miembro de la Comisión Ayuda Mutua y de la Comision de Vivienda y Urbanismo, ocupó la presidencia del Núcleo de Arquitectura (1976) y, el año siguiente, fue electa como Presidenta de la institución, convirtiéndose en la primera mujer en ocupar dicho cargo. Participó en el surgimiento de los organismos de servicio a los colegiados como el Ises Codia (de seguridad social) y la Cooperativa de Ahorros y Creditos. Escribió varios artículos sobre el tema de las viviendas de bajo costo, junto a Ketty Bisonó su amiga y colega, y que fueran publicados en la revista Codia.
Nidia Miller (1954)
Nace en Puerto Plata en 1925. Recibió el título de ingeniero – arquitecto en 1954. Fue además, Maestra Normal de Segunda Enseñanza. Colaboró por muchos años en el Departamento de Recursos Hidráulicos de la UASD y se dedicó a la docencia. Para la constructora Elmhurst diseñó en los años 50, varias instalaciones en la Feria Ganadera, complejo que se inauguró en 1955. Otro de sus trabajos realizados antes de 1965 es la residencia ubicada en la Av. Máximo Gómez esq. Av. México en Santo Domingo que en la actualidad pertenece a la universidad UNAPEC. En 1967 obtuvo el segundo premio en el concurso Construcción Rural, trabajo que fue reseñado en la revista Codia No. 17.
Elena Vives (1956)
Elena Adela Vives Mota de Rodríguez nació en 1934. Se graduó de ingeniera-arquitecta en la Universidad Autónoma de Santo Domingo el 10 de octubre de 1956. Laboró en la sección de diseños de la Secretaría de Estado de Obras Públicas, desde el año 1958 hasta el 1960. Fue miembro de la Sociedad Dominicana de Orquideología y del Instituto de la Familia. Incursionó en la labor editorial, en los que se encuentra el testimonio Añoranzas del grupo de la Pasteur del libro Gazcue: Jardin Urbano de Marcelle Pérez-Brown, y Arte, sacro colonial en Santo Domingo (Fundación de la Zona Colonial y Banco Popular Dominicano, 2002). Falleció en el año 2011 en la ciudad de Boston.
Rhina González (1957)
Nació en Salcedo en 1934. Recibió el título de ingeniero – arquitecto en 1957. Trabajó durante varios años en la Sección de Diseños de Obras Públicas y posteriormente se dedicó al ejercicio privado de la profesión como arquitecta asociada en la firma Rodríguez González, que fundó con su esposo el ingeniero Virgilio Rodríguez Echavarría. Entre los principales trabajos realizados se encuentra el diseño de los edificios de la Universidad Dominicana O & M en Santo Domingo (modificaciones y adiciones al edificio existente) y el nuevo edificio de esa institución, ubicado en la calle San Luis en Santiago; la capilla del Colegio Marillac, en la avenida San Martín en Santo Domingo, varias instalaciones de la antigua fábrica Metaldom; y numerosos proyectos residenciales uni y multifamiliares. Murió en el 2020 en Santo Domingo.
Mercedes Conde Pausas (1958)
Mercedes Conde Pausas nació en San Francisco de Macorís el 14 de junio de 1921. Contrajo matrimonio con Aris Isa Dajer y procreando a: Antonio Isa Conde y Narciso Isa Conde. Antes de casarse interrumpió sus estudios de bachillerato en la Escuela Normal de su pueblo natal para retomarlo quince años después (1951), graduarse con notas sobresalientes de bachiller en 1953 y cursar de inmediato los estudios universitarios en la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Santo Domingo (Promoción 1953-1958), convirtiéndose en la primera ingeniera – arquitecta de la Provincia Duarte. Para el sustento de su familia y costear sus estudios, instaló una pensión de estudiantes en la Zona Universitaria, allís se hospedaron Minerva y María Teresa Mirabal y Tomasina Cabral, heroínas del Movimiento Clandestino 14 de Junio.
Laboró en la sección de diseños de la Secretaría de Estado de Obras Públicas, desde 1958 a 1960 e ingresó como miembro Nº. 256 del Codia. A pesar de las limitaciones para las mujeres y la vida política convulsa de la época no solo diseñó innumerables obras sino que asumió su dirección y construcción sobre el terreno. Entre ellas algunas restauraciones de edificaciones coloniales en el centro antiguo de la capital. En su retiro se dedicó a labores artísticas, a satisfacer sus inquietudes intelectuales, a su amor por las flores y a tareas de hogar. El Colegio Dominicano de Ingenieros, Arquitectos y Agrimensores, Codia, reconoció el 11 de junio de 2010 sus aportes profesionales y políticos a la democracia. Falleció el 26 de mayo de 2012 en Santo Domingo.
Tomasina Cabral (1958)
Tomasina Altagracia Cabral Mejía nació en Salcedo el 31 de diciembre de 1935. Realizó sus estudios básicos y secundarios en Salcedo graduándose de Bachiller en Ciencias Físicas Matemáticas en San Francisco de Macorís en 1953. Obtuvo el título de ingeniera – arquitecta en la Universidad de Santo Domingo en 1958. Su actividad profesional estuvo, por algunos años, condicionada por su actividad política. Perteneció al movimiento clandestino 14 de junio desde su fundación en 1959, por sus ideales y participación activa en la lucha por los derechos humanos fue arrestada varias veces durante el régimen de Trujillo y exiliada tanto a Argentina como a Estados Unidos. Con la caída de la dictadura, retornó al país en 1962, integrándose a las labores del Movimiento 14 de junio, del cual fue miembro de su comité central cuando fue convertido en partido político. Más adelante, en 1978, se convierte en la primera mujer Subsecretaria de Estado de Obras Públicas. En la administración pública desempeñó también los cargos de Directora de Concursos de la Secretaría de Estado de Obras Públicas y Directora de la Oficina Nacional de Planificación. Trabajó en el ejercicio privado en colaboración con el ingeniero S. Sturla. Fue miembro de la Comisión de Pensiones del CODIA. En 2018, el Senado de la república le otorgó un reconocimiento como símbolo de la resistencia por la paz y la democracia, combatiente por el retorno de la constitucionalidad, ejemplo de dignidad humana y pureza moral para presentes y futuras generaciones.
Ketty Bisonó (1961)
Ketty Bisonó nació en Santo Domingo en 1941. Graduada con el título de ingeniero – arquitecto en la Universidad de Santo Domingo en 1961. Posteriormente trabajo por varios años como Encargada del Departamento de Arquitectura y Urbanismo de la Secretaría de Estado de Obras Públicas. Ejerció su práctica privada a través de la Constructora Bisonó, fundada por su hermano del ingeniero Rafael Vitelio Bisonó. Entre sus principales trabajos de diseño se encuentran: Edificio de apartamentos María Carola, calle Víctor Garrido y la urbanización El Café, en Santo Domingo (1995).
Al considerarse deudora de su país y del esfuerzo de los académicos que incidieron en su formación, enfocó su trabajo hacia la vivienda social. Su primer diseño fue una vivienda para el que ella considera el mejor de los profesores José Ramón –Moncito– Báez Lopez Penha, una distinción que recibió cuando estaba terminando la universidad y que ella califica como la mayor recompensa que le dio la universidad. Es miembro fundador de la Sociedad de Arquitectos de la República Dominicana.
“El trabajo que una realiza, define a la persona. Si trabajas mal serás insuficiente; si trabajas para la mediocridad, serás mediocre; si trabajas para la excelencia, poco a poco la edificación interna de tu yo real despierta a la excelencia. El trabajo edifica al humano.” Ketty Bisono (2022)
Grethel Castellanos (1962)
Nació en Santo Domingo en 1941. Egresada de la Universidad Autónoma de Santo Domingo como ingeniero – arquitecto en 1962. De 1964 a 1965 realizó una maestría en urbanismo en la Universidad Degli Studi Di Roma (Italia); en 1965 un postgrado en Desarrollo Urbano y Regional en el Instituto del Urbanismo de Paris; en 1968 realiza un postgrado en Planificación de Desarrollo Regional y Urbano en Rotterdam (Holanda); estudios de postgrado en Madrid (Integración de la Dimensión Ambiental en la Planificación, Formulación y Evaluación de Proyectos, CIFCA 1977), Santiago de Chile (CEPAL 1979) y en Caracas (Planificación Regional del Desarrollo, OEA 1980). Ha de destacarse su labor como analista del sector vivienda y desarrollo urbano (Secretariado Técnico de la Presidencia, 1965-1969), Especialista del Depto. de Regional y Urbana de la Oficina Nacional de Planificación (Onaplan, 1969-1976), Encargada de la Unidad de Estudios Ambientales (Unidea) y Directora del Departamento de Planificación Ambiental del Sectec desde 1979 a 1982.
Trabajó como consultora, coordinadora o directora en importantes proyectos de ordenamiento y conservación (Parque Nacional de Montecristi, Monumento Natural Loma Isabel de Torres). Autora de varias monografías (Lineamientos para una Estrategia de Desarrollo del Ecoturismo en Dominicana, 1994; Dominicana: Sensaciones y Colores, 1995). Entre las consultorías se destacan: Informe de la Prosperidad en la Cuidad de Santo Domingo (ONU – Hábitat, 2011), Propuestas para el Plan Estratégico de Desarrollo de la Mancomunidad del Gran Santo Domingo (2011) y el Plan de Gestión Ambiental para el proyecto inmobiliario turístico Cap Cana en Higüey, entre otros.
Irma Celeste Guerrero Mark (1964)
Irma Celeste Guerrero Mark nació el 25 de noviembre del año 1934 en San Pedro de Macorís. Terminó el bachillerato con mención en ciencias naturales en su pueblo natal. Se graduó de ingeniera-arquitecta en la Universidad de Santo Domingo el 14 de diciembre de 1964 mediante una investidura especial. Contrajo matrimonio en el año 1969 y procreó tres hijos, una de ellas es arquitecta. En marzo de este mismo año, debido a un contrato laboral, la Arquitecta Irma Guerrero partió hacia Puerto Rico en donde vivió durante siete años y diseñó una gran cantidad de proyectos antes de volver a la República Dominicana. En su trayectoria profesional, trabajó en el Ministerio de Obras Públicas, en la firma Vencedor Development Corporation, en la oficina de Francisco Maíz del Toro y como práctica independiente en la Constructora LAR. La arquitecta Irma Guerrero desarrolló principalmente viviendas unifamiliares en Puerto Rico y República Dominicana. Su estilo modernista se destaca por el uso de formas geométricas, grandes volúmenes y techos inclinados.
Diana La Paix (1964)
Diana La Paix nació el 3 de abril de 1940 en San Juan de la Maguana. En 1957, se graduó de bachiller en Ciencias Físicas y Matemáticas en el Instituto de Señoritas Salome Ureña en Santo Domingo. Ingeniera – arquitecta egresada de la Universidad de Santo Domingo en1964. Su experiencia profesional incluye importantes aportes en las áreas de obras públicas, destacándose en el diseño de viviendas económicas para el Instituto Nacional de la Vivienda de la República Dominicana, y en la División de Diseño y Edificaciones, de la Oficina de Obras Públicas de San Juan, Puerto Rico. Además, fue encargada del Taller de Proyectos de Técnicos Proyectistas Asociados.
La arquitecta La Paix ingresó al cuerpo docente de las Escuelas de Diseño y de Arquitectura y Urbanismo en el 1973, donde impartió las asignaturas de Geometría Descriptiva y Perspectiva y Sombras. Doña Diana como le llaman respetuosa y cariñosamente sus estudiantes, empezó a ocupar importantes cargos directivos, a partir de la década de los ochenta. Entre lo más importantes están: Coordinadora de la Escuela de Arquitectura para el Rediseño curricular (1989) y Coordinadora docente para la Oficina de Planificación Sectorial de la Facultad de Ingeniería y Arquitectura (1990), en la UASD. En el año 1991 fue nombrada directora de la Escuela de Diseño de la UNPHU, posición que ostentó durante 20 años.
La Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU), a través de la Facultad de Arquitectura y Artes y su Escuela de Diseño, reconocieron a la Ing. Arq. Diana La Paix de Read, como directora Emérita de la Escuela de Diseño.
Es justamente por el trabajo meritorio que han realizado éstas y muchas otras arquitectas que la capacidad de la mujer dominicana para realizar aportes en esta profesión ha dejado de ser cuestionada. Ser mujer y arquitecta en el República Dominicana ha pasado de ser un logro que sólo alcanzaban mujeres extraordinarias a entenderse como una profesión que podemos ejercer, que los obstáculos que debemos enfrentar son superables y que nuestra mirada puede aportar mucho más a la comprensión y el desarrollo de la cultura arquitectónica del país.
Equipo de investigación: Leyda Brea, Mizoocky Mota, Carmen Ortega González y Michelle Valdez
Colaboración: Estudiantes de la asignatura Historia de la Arquitectura Dominicana bajo la dirección de la profesora Teresa Raulina Capellán. Universidad nacional Pedro Henríquez Ureña septiembre – diciembre 2022.
Diana La Paix - hace 2 años atrás -
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