El Museo Bellapart y la Agencia Bella realizaron la primera edición del Premio de Arte Juan José Bellapart con lo que reiteran su apoyo al arte contemporáneo dominicano. El estímulo a la creación, pero también la visibilidad e inserción social del arte, la jerarquización de los valores estéticos y la conservación del patrimonio se encuentran entre las funciones que cumplen los concursos de arte en la actualidad.
El Museo Bellapart es uno de los principales espacios dedicados a la divulgación de los valores artísticos de República Dominicana; ya solo por eso tiene un valor de contextualización para un concurso de arte como el que se ha realizado actualmente en sus salones, que subraya la importancia del mismo. Fundado en 1999 por el empresario catalán Juan José Bellapart, es un Museo dedicado al arte dominicano desde que existe como tal, es decir, desde el siglo XIX, en momentos posteriores a la Independencia de la República y, más específicamente desde la última década del siglo XIX, que es cuando el arte dominicano, al igual que el resto de Iberoamérica, se convierte sobre todo en la expresión de la identidad cultural de una joven nación. La colección está formada por dibujos, grabados, pinturas y esculturas que la familia ha estado reuniendo desde los años sesenta, que fue el gran decenio de la expansión de nuestro arte y del mercado del mismo, amparado por las condiciones socioeconómicas desarrolladas al final de la era de Trujillo.
Hay que decir que la institución tiene toda una trayectoria de mecenazgo y de colaboración con instituciones y apoyo a los estudiosos del arte nacional, y que su labor divulgativa se extiende más allá de las fronteras de la República, en especial por la serie de exposiciones internacionales, con el apoyo de actividades, paneles y conferencias en diferentes países de América y Europa, e incluso Japón, dedicadas a la obra del artista dominicano Jaime Colson, del que este museo posee la mejor colección existente.
Aparte de los artistas precursores y de Colson, el Bellapart posee importantes fondos y ha organizado exposiciones memorables de los artistas como Luis Desangles, Abelardo Rodríguez Urdaneta, Celeste Woss y Gil, Darío Suro, Yoryi Morel, Gilberto Hernández Ortega, Paul Giudicelli, Eligio Pichardo y Clara Ledesma.
El Museo Bellapart y Agencia Bella realizan ahora la primera edición del Premio de Arte Juan José Bellapart en la sede del Museo, abriendo sus puertas a las expresiones de arte contemporáneo, hecho que implica, en primer lugar, una contextualización histórica de las creaciones contemporáneas, y en segundo, la continuidad inscrita como empresa familiar en la labor de mecenazgo y el coleccionismo del patriarca de la familia, y la permanencia de su legado generoso de apoyo a la cultura e inclusión de la sociedad en el conocimiento y disfrute del mismo. También el enriquecimiento de una de las colecciones mejores disponibles al acceso del público interesado en nuestro arte.
Los ganadores de esta primera edición fueron Ezequiel Taveras Ripley, Inés Tolentino y Julián Amado Ortiz Pérez, tres artistas dominicanos con obras bidimensionales y tridimensionales. También, recibieron menciones de honor las obras de Guadalupe Casasnovas, Ángel Urrely y Nathalie Landestoy.
El jurado, compuesto por Fermín Ceballos, artista en ejercicio docente y egresado de la Escuela Nacional de Bellas Artes; Paula Gómez Jorge, historiadora de arte, investigadora y curadora, Presidenta y fundadora de la Asociación Dominicana de Historiadores de Arte, y quien escribe estas líneas puede dar fe de algunas cosas. Por ejemplo, del arduo trabajo realizado durante tres días, en los cuales se analizaron minuciosamente todos los trabajos expuestos para realizar una cuidadísima y exigente curaduría y, una premiación no menos rigurosa.
También fue notable la gran calidad técnica de una gran parte de las obras, lo que da fe de que vivimos un buen momento en la enseñanza del arte en nuestro país, puesto que es precisamente el oficio lo que puede enseñarse en las escuelas, en tanto que el talento solo puede ser estimulado, pero no creado por los maestros.
Por otra parte. Los premios merecidamente ganados por Inés Tolentino en Julián Amado Ortiz Pérez, así como la mención de honor no menos justa del trabajo de Ángel Urrely ejemplifican la calidad del dibujo de muchos de nuestros artistas visuales. En tanto que el trabajo de Guadalupe Casasnovas, muy especialmente, y el hecho de que un tercio de las premiaciones correspondiera a obras de tridimensionales, también otorgan credibilidad a ese sector de nuestra plástica en este momento. Lo mismo puede decirse de la cerámica, estupendamente representada en la muestra.
Cabe añadir que nos hemos puesto de acuerdo en admitir y premiar solo artistas con un estilo definido, pero que hubieran demostrado en plazos no mayores de 2 años de su obra reciente, versatilidad y capacidad de innovación suficiente como para demostrar que el arte contemporáneo no ha eliminado el valor de la creatividad como criterio de adecuación estética.
Hay que decir que para muchos la expresión arte contemporáneo es sólo cronológica y sus inicios fluctúan, en la opinión de los especialistas, desde mediados del siglo XX hasta sus últimas décadas, y su límite conclusivo en todos los casos es hoy y a esta hora y minutos. Otros lo identifican sólo por sus contenidos o por una estética que a veces limitan a la difuminación de los límites del valor de la autoría individual y la innovación, la aceptación de la cita, la apropiación, el arte conceptual objetual, conceptual y de acción. Nosotros tomamos un poco de todo ello, pero sin excluir los géneros tradicionales, pero renovados. Por ello, lo expuesto en el Bellapart, es sin duda arte contemporáneo, aunque se limite a ellos, aunque deje fuera a otros que sean muy significativos en el arte de hoy, pero menos aptos para formar parte de una colección permanente, sobre todo por su carácter efímero.
Hay que decir que uno de los objetivos del concurso ha sido ampliar los fondos de Museo, lo cual es muy de agradecer por parte de los amantes del arte, que van a seguir disfrutando de ellos, pero también por el arte contemporáneo en nuestro país, porque ingresando en una colección de tanto prestigio pasan a formar parte, desde ya, del canon, es decir del modelo para las generaciones futuras de la esencia de nuestro arte e identidad cultural.