La Cliniquita

La Cliniquita es un proyecto de renovación que integra el diseño de interiores con el diseño gráfico a partir del desarrollo de la identidad de la marca.

El concepto es una clínica vista a través de los ojos de un niño. La diseñadora Michelle Urtecho propone un esquema geométrico basado en la curva, una paleta de colores alegres y una secuencia de espacios prácticos que, unidos al mobiliario, responden a los estándares de arquitectura para la salud. Freddy Jana desarrolla la marca y todo el diseño gráfico de manera inteligente y lúdica.

El proyecto consiste en la remodelación de lo que fue una vivienda y luego un consultorio odontológico (publicado en Arquitexto 19), y su conversión en un centro pediátrico que brinda una experiencia de bienestar a los más pequeños y a sus acompañantes. La idea que da origen al centro es lograr unos espacios prácticos y una imagen de carácter minimalista que reflejen la práctica innovadora del doctor Mena. El exterior tiene pocas intervenciones, se cambia el color a blanco, se coloca el letrero con el nuevo nombre y se rehace la jardinería. La transformación se hace en el interior de los espacios, que son el resultado de un concepto integral de diseño que parte del bienestar del usuario.

El diseño gráfico fue parte del proyecto desde un principio y se trabajó de la mano con los interiores. La intención es dar forma al proyecto visto desde los ojos de los niños, de ahí su nombre: La Cliniquita. Tanto la identidad como el interiorismo se inspiran en la curva. El logo resulta de la integración del nombre con un estetoscopio que une dos de sus letras, dando origen a la cara de un divertido personaje que luego encontraremos con diferentes expresiones, acompañando a los niños en todo el recorrido del centro.

La idea del centro pediátrico es crear un lugar donde el niño pueda obtener atención de diferentes especialidades. Por esto se han dispuesto cinco consultorios, una sala de audiometría y un área común para exámenes generales de peso y talla.

Desde el área de la entrada y recepción se percibe el carácter lúdico y de bienestar para los chicos a través de la claridad del espacio, los acentos de colores y la línea limpia del diseño del mobiliario y complementos. La curva, también presente en la arquitectura original del inmueble, se utiliza como elemento inspirador en el diseño interior. En el espacio predomina la geometría pura, con el color blanco referido a la idea de salud y limpieza. Se producen unos acentos en una gama de colores alegres pero suaves que estimulan en el infante el bienestar y la tranquilidad. El revestimiento del piso es una cerámica que simula madera y logra calidez, a la vez que aporta claridad a los espacios.

En la recepción se revisten algunas paredes y parte del mostrador con paneles de MDF ranurado. En otras paredes se utiliza una cerámica naranja. Estos revestimientos otorgan colorido y textura al espacio. La columna de la entrada se trabaja con el cielo raso, el cual se rebaja en capas para crear un ambiente juguetón con luces y cierto movimiento que recuerda a unas coloridas paletas. Las mesas de la sala de espera son unas simpáticas piezas redondas diseñadas por Urtecho para este proyecto, en ellas se utiliza un tope de acrílico como protección.

Cabe destacar el diseño de las puertas laminadas de los consultorios con colores distintos que otorgan personalidad a cada consultorio desde la entrada y resaltan elementos como la curva y la tipografía que unifican todo el proyecto. Los acentos de color que distinguen cada consultorio están presentes en diferentes elementos del mobiliario diseñado.

Este proyecto logra transmitir paz, tranquilidad y alegría de manera elegante, contemporánea y sobre todo juguetona al ofrecer espacios donde los niños se sienten parte de los mismos y los usuarios pueden desempeñar sus labores de una manera práctica, confortable y placentera.

• Planta arquitectónica