Finisterre Capital

Las oficinas de Finisterre Capital se destacan por su diseño austero y elegante. La conceptualización se inspira en finis terrae y refleja armonía con la naturaleza. Materiales como la madera, el barro y el hormigón se fusionan y crean un interior flexible. El mobiliario va desde lo tradicional hasta lo moderno y está seleccionado con exquisitez, la paleta de colores aporta vitalidad. Una escalera escultórica de acero y madera añade espectáculo, mientras que la conexión con la naturaleza se logra en una terraza rodeada de vegetación. A pesar del programa arquitectónico denso, se crea un equilibrio que invita al descanso y encuentro.

La construcción se erige sobre un terreno de 723 metros cuadrados, con una ocupación del suelo que ronda el 50%. El diseño de las nuevas oficinas de Finisterre Capital abarca una superficie de 514 metros cuadrados distribuida en dos niveles. En el primer nivel se encuentra el acceso peatonal y vehicular, un área de estacionamiento, así como la recepción, una sala de espera de doble altura, oficinas con baño, cocina, servicios y una terraza. En el segundo nivel se destaca un amplio espacio de oficina abierta para trabajo colaborativo flexible, salas de reuniones ejecutivas, oficinas para gerentes, áreas de archivos y una kitchenette.

La esencia del proyecto encuentra su raíz en el nombre Finisterre, derivado del latín finis terrae, que se traduce como «fin o límite de la tierra». Este concepto invita a contemplar todo aquello que emana de la naturaleza: la tierra, los árboles, la luz, elementos que se manifiestan tanto en el interior como en la interacción con el entorno. Desde el interior, la naturaleza se presenta como lienzos que aparecen y desaparecen entre grandes ventanales y vanos de hormigón visto.

La elección de materiales para los interiores se centra en la madera, el barro y el hormigón visto. Los entrepisos metálicos o metaldeck, visibles y de doble altura, aportan un toque industrial al diseño. No obstante, la presencia de una iluminación natural eficaz atenúa la aparente frialdad de estos materiales y tiene como resultado espacios flexibles y fluidos.

El mobiliario está cuidadosamente seleccionado y abarca desde elementos tradicionales hasta piezas modernas, lo que crea una fusión armoniosa de estilos. Cada pieza, por su simplicidad y exquisitez, contribuye a la estética general del espacio. La paleta de colores desempeña un papel esencial al infundir vitalidad y jovialidad al interior. La elección meticulosa de tonalidades y matices no solo añade calidez, sino que también realza la personalidad del entorno, con lo que se transforma la experiencia del usuario y se refuerza la conexión armoniosa con la naturaleza que se manifiesta a través de los grandes ventanales.

La escalera escultórica que conecta los dos niveles merece una atención especial. El diseño de acero y madera crea un perfil central para las rampas y peldaños en voladizo y genera un cautivador contraste entre ligereza y solidez. A pesar de la aparente falta de contacto físico entre esta plataforma y la escalera, se refuerza una ilusión fascinante de levitación.

La doble altura o mezanine que alberga la escalera contribuye a acentuar su presencia y añade un toque de espectacularidad al conjunto. Este elemento arquitectónico no solo cumple su función práctica de conexión entre niveles, sino que se convierte en una obra de arte en sí mismo, que invita a quienes lo utilizan a experimentar una transición entre espacios que va más allá de lo funcional al incorporar un elemento escultórico que enriquece la experiencia estética del entorno.

Una terraza destechada ha sido diseñada alrededor de un imponente árbol adulto que ya existía en el lugar. Este oasis natural proporciona una oportunidad para la contemplación y la conexión con el entorno verde.

• Plantas arquitectónicas de primer y segundo nivel; secciones transversal y logitudinal; y elevaciones frontal y lateral