La República Dominicana en la Fitur 2024

Cada año, la expectativa en torno a la propuesta del stand de la República Dominicana en la Feria Internacional de Turismo (Fitur), celebrada anualmente en Madrid, aumenta gracias al excelente trabajo de diseño y montaje a cargo de la arquitecta Liza Ortega, quien supera con cada propuesta la anterior. Este año 2024 no fue la excepción al desarrollar una experiencia audiovisual basada en los pilares estratégicos del Ministerio de Turismo.

La arquitecta Liza Ortega, encargada del diseño del stand en los últimos dos años, afronta el desafío de representar la dominicanidad en una de las ferias más destacadas del mundo. En 2022, el país ganó el primer lugar con un stand acogedor que fusionaba la calidez de la madera natural y la vegetación con recursos audiovisuales. En 2023, el montaje se centró en el reciclaje de elementos existentes, incorporando una experiencia inmersiva: un cubo de 135 metros cuadrados con paneles LED y contenido 3D que destacaba el patrimonio turístico y cultural dominicano y se convirtió en un foco de atención para los visitantes de la feria.

UN PABELLÓN FUNCIONAL Y ATRACTIVO.

La propuesta de 2024 marcó una diferencia significativa. Desarrollada en uno de los pabellones del recinto ferial Ifema y utilizando el mismo espacio de años anteriores, el concepto se centró en crear una experiencia audiovisual con un mayor aprovechamiento de la tecnología. Se implementó un conjunto de pantallas suspendidas de las estructuras metálicas del pabellón. Esta solución ofreció mayor facilidad de ejecución y una economía de recursos, al reducir la cantidad de materiales desechados, con lo que la hizo más sostenible y respetuosa con el medioambiente.

La premisa central del diseño fue plasmar la visión del Ministerio de Turismo y generar una sensación de inmersión en todo el espacio, sin limitarse a un único volumen. Esto se logró mediante el uso de material audiovisual de alta calidad que posibilitó la presentación de una amplia variedad de imágenes en el mismo espacio.

El material audiovisual se dividió en cinco bloques temáticos correspondiente a los pilares estratégicos de la estrategia turística, que destacan los atractivos de la República Dominicana. Los temas abordados incluyeron: golf y turismo de lujo (complejos turísticos, cruceros y yates); cultura (arquitectura colonial, artesanía y gastronomía); deportes; promoción del turismo (diez millones de sonrisas); y recursos naturales (sol y playa, ecoturismo). La presentación comenzó con un bloque inicial que mostraba la bandera para resaltar la identidad del país. Este contenido audiovisual fue desarrollado por el experimentado productor Claudio Missiego.

Las pantallas LED sumaban un total de 200 metros cuadrados en la superficie de 1,114 metros cuadrados ocupada por el stand; su distribución, tamaño y formato respondió a un programa con requisitos funcionales determinantes. El 40% de la planta se dedicó al área de negocios, con espacio para 59 expositores y sus estaciones de trabajo, junto con una sala de prensa equipada para medios de comunicación, sala de directores y emisoras de radio para transmisiones en vivo. En esta edición, los espacios de oficina y las salas de reuniones para instituciones bancarias y complejos turísticos se concentraron en el segundo nivel (con 460 metros cuadrados), para brindar mayor privacidad y optimizar el nivel inferior para las áreas de negocios y promoción.

Se mantuvo el exitoso concepto de anfiteatro utilizado en ferias anteriores, con un papel protagónico. Al ubicarse en el centro del pabellón, este espacio circular y abierto sirvió como escenario para presentaciones artísticas, charlas sobre destinos turísticos, exposición de proyectos y conversatorios sobre gastronomía, arquitectura y cultura. Este anfiteatro fue concebido como un espacio social y orgánico, y fomentó el contacto directo con el público visitante.

El color azul asumió un papel protagónico, símbolo del mar y el agua, con un piso de acrílico brillante que aportaba luminosidad y reflejos en todo el estand. En los extremos se dispusieron mostradores, uno destinado a información y otro para degustación de comidas, café y bebidas. En el área de negocios, al fondo, los escritorios estaban confeccionados con acrílico y melamina.

Estas propuestas exitosas, fundamentadas en un sólido diseño y conceptualización, junto con una ejecución eficiente de la obra, demuestran que la República Dominicana utiliza la buena arquitectura y diseño como herramientas clave para su desarrollo a nivel local y su proyección a nivel internacional.