En los últimos años, el Comité Ejecutor de Infraestructuras en Zonas Turísticas (Ceiztur) del Ministerio de Turismo ha trabajado con la asesoría de la Dirección Nacional de Patrimonio Monumental del Ministerio de Cultura para dedicar esfuerzos a la restauración y revitalización de diversos monumentos y espacios públicos de la Ciudad Colonial de Santo Domingo. Estos lugares han permanecido sin conservar durante muchos años y son esencialmente monumentos patrimoniales e históricos, como la Puerta de la Misericordia, que presentaba un deterioro inmenso debido a la falta de mantenimiento y conservación.
La Puerta de la Misericordia se llamó originalmente Puerta de la Sabana y Puerta Grande, y fue la primera entrada a la Ciudad de Santo Domingo que conectaba al oeste con Güibia y el Fuerte de San Gerónimo. Forma parte del sistema amurallado de la Ciudad Colonial —construido por Rodrigo de Liendo en 1543— y es el segmento más antiguo del sistema de defensa. En este lugar histórico tuvo lugar el impetuoso trabucazo de Ramón Matías Mella que dio inicio a la independencia dominicana en 1844. La puerta fue tapiada por los franceses en 1808, y en 1886 el Ayuntamiento la abrió al tránsito para comunicar con la entonces incipiente Ciudad Nueva. En las inmediaciones de la puerta había una picota donde se ejecutaba a los criminales condenados al último suplicio. El nombre calle La Misericordia fue oficializado por resolución del ayuntamiento en 1859 en memoria de que después del terremoto del año 1842 los fieles acudían a ese lugar a implorar clemencia. Más tarde se construyó encima de la antigua picota una ermita de madera que se llamó iglesia de la Misericordia, que a su vez dio nombre a la plaza de la Misericordia. El cambio de nombre a calle Arzobispo Portes tuvo lugar en 1914, en honor del destacado prelado dominicano Tomás de Portes e Infante.
El conjunto monumental está conformado por una puerta grande central, de 6.66 metros de ancho y 12.50 metros de altura, flanqueada por dos puertas más pequeñas de 4.50 metros de ancho y 6.50 metros de altura aproximadamente, de grandes jambas de piedra bajo arcos rebajados que se extienden a manera de bóvedas en todo el espesor del muro. En las puertas laterales había grandes torreones elípticos como sistema de defensa, de los que actualmente quedan solo los cimientos.
La restauración de la primera puerta de la ciudad
El primer paso de la Dirección Nacional de Patrimonio Monumental en el proceso de intervención consistió en llevar a cabo un levantamiento de las patologías presentes en la muralla, la plaza y el entorno (luego de investigar los documentos históricos). Este proceso permitió determinar los puntos más vulnerables que requerían restauración e intervención. Entre las principales amenazas que afectan a la muralla, destacaba la contaminación y la suciedad del entorno, que ocasiona la formación de una costra negra en la piedra y manchas en el pañete. Además, se descubrieron problemas de humedad, eflorescencias, alveolización y desintegración volumétrica.
Los criterios de restauración se basaron en investigar las causas de las patologías aplicando biocida sistémico de contacto, limpieza manual de la piedra con limpiador tipo alcalino y con cepillo de cerdas suaves en áreas de costra negra y eflorescencias. Además, se llevó a cabo la remoción completa del pañete con el fin de consolidar internamente la muralla. Se procedió a aplicar un nuevo pañete homogéneo de cal y arena, de color terracota, abarcando casi la totalidad de la superficie de la muralla. Durante este proceso se dejaron al descubierto los portales de las tres puertas y la sección central de la puerta principal hasta las dos puertas laterales del lado oeste para mostrar el sistema constructivo de sillares de piedra. Estos sillares fueron consolidados mediante la aplicación de lechada de cal.
La intervención de un hito histórico, la plaza
En la búsqueda de revitalizar una plaza que fue escenario de eventos trascendentales durante la independencia se ha diseñado un espacio público centrado en el usuario como un espacio de integración espacial urbana. Se ha creado una plataforma única para la plaza utilizando adoquines grises que marcan la antigua muralla y se corresponden con el lenguaje característico de las calles de la Ciudad Colonial. La ampliación de la plaza en el lateral sur, específicamente en la calle Palo Hincado, ha permitido extender el espacio público hasta las tres puertas al eliminar estacionamientos frente a la franja de los portales.
Este nuevo diseño se destaca por su iluminación y por emplear ladrillos cerámicos rojos dispuestos en hileras con un entramado único en la Ciudad Colonial. La muralla ocupa un lugar prominente y propone un espacio accesible con mobiliario urbano e iluminación renovada. Se llevó a cabo una renovación del paisajismo liberando la muralla de una palma que representaba una vulnerabilidad estructural al exponerla.
Restauración de la Puerta de la Misericordia (2024)
- Dirección: calle Palo Hincado, Ciudad Colonial de Santo Domingo
- Diseño arquitectónico: Pamela Martínez Jiménez y Juan Mubarak
- Conservación de monumento: Pamela Martínez Jiménez y Mauricia Domínguez
- Coordinación de proyecto: Yamilé Rodríguez Asilis
- Supervisión general: Dirección Nacional de Patrimonio Monumental, Ministerio de Cultura
- Instalaciones técnicas y supervisión: Comité Ejecutor de Infraestructuras en Zonas Turísticas, Ministerio de Turismo
- Contratista general: Consorcio Valdez & Maceo, Ana Valdez
Tirso Cabral - hace 5 días atrás -
saludos soy un apasinado de la ciudad colonial y ligo mucho el turismo con el patrimonio, por casualidad de la vida tendran alguna grafica de las puertas de galindo y las de san lazaro