El diseño del nuevo hotel boutique Kimpton Las Mercedes de la Ciudad Colonial de Santo Domingo recupera el patio de la construcción principal, una estructura colonial del siglo XVI, y establece un diálogo mediante una sucesión de volúmenes en altura que, a su vez, generan nuevos patios. Este juego de volúmenes y patios permite alcanzar una altura equilibrada con relación a la planta, y evita al mismo tiempo una arquitectura masiva que proporciona al usuario una sensación de apertura, transparencia y conexión entre todos los espacios públicos. Las nuevas edificaciones articuladas a través de galerías mantienen la esencia del lugar, mientras que la conservación de las fachadas existentes respeta la escala urbana y revaloriza la arquitectura tradicional, lo que contribuye significativamente a la regeneración urbana del centro histórico.
Las instalaciones del hotel, diseñadas por Moneo Brock, se complementan con el diseño de interiores a cargo de Pepe Deudero y Linette Nardi, quienes logran un ambiente que equilibra funcionalidad y estética.
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El Hotel Kimpton Las Mercedes está ubicado en la Ciudad Colonial de Santo Domingo, es un exclusivo proyecto hotelero de un total de 130 habitaciones que combina una oferta vacacional y corporativa. Este emblemático hotel marca el debut en la República Dominicana de Kimpton Hotels & Restaurants, una de las marcas de lujo del prestigioso portafolio de IHG Hotels & Resorts. El proceso de diseño inicial implicó la creación de un boceto preliminar que incluía la idea de los patios, una piscina en la azotea, y un diseño que aprovechaba al máximo el potencial del salón de eventos, un espacio que inicialmente parecía difícil de desarrollar. La propuesta también integraba la cantidad de habitaciones solicitadas, el estacionamiento, los espacios de servicio, el restaurante y otros elementos. Este enfoque gustó y finalmente llevó a la contratación del equipo de Belén Moneo y Jeff Brock para llevar adelante el proyecto.
José Antonio González, representante de los propietarios en ese momento, desempeñó un papel clave. Su esfuerzo constante en adquirir estas parcelas para contar con un terreno más grande permitió que el proyecto tuviera una dimensión más amplia y una distribución óptima de los espacios. En total se adquirieron siete inmuebles: cinco en la calle Duarte y dos coloniales, sobre la calle Las Mercedes. De estos, se conservaron tres fachadas coloniales que estaban en buen estado, mientras que otros elementos, como una edificación moderna y un cuarto inmueble muy deteriorado, se adaptaron o reconstruyeron. La intención siempre fue recuperar y restaurar todo lo posible de la arquitectura colonial, y mantener el carácter histórico del lugar.
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La ubicación del hotel Kimpton Las Mercedes en la Ciudad Colonial de Santo Domingo presenta un desafío particular debido a la pendiente del terreno. La diferencia de nivel entre la calle Las Mercedes, donde está la entrada principal, y la calle Duarte se convirtió en un elemento clave del diseño del proyecto. La entrada principal sobre la calle Las Mercedes permite acceder a la recepción del hotel, y la segunda entrada sobre la misma calle da acceso al bar y el área de los restaurantes. En una segunda fase (actualmente en ejecución) se habilitarán dos accesos adicionales sobre la calle Duarte, uno de ellos con acceso directo al salón de eventos y a un estacionamiento subterráneo.
El diseño se desarrolla en torno a un patio de doble altura que conecta con la calle Las Mercedes en la parte más baja y se extiende hacia la ampliación del edificio en el nivel superior. Toda la primera crujía de dos niveles de los inmuebles coloniales se utiliza en ambos niveles para albergar áreas públicas: recepción, restaurantes con sus terrazas y salones. El jardín interior, amplio y despejado, actúa como el corazón del hotel al ofrecer a los huéspedes un oasis de tranquilidad en medio de la ciudad. Otras áreas sociales para los huéspedes como el bar y la piscina se ubican en el último nivel.
Inspirado en la experiencia previa con la Casa Velázquez (Arquitexto 119), el proyecto adaptó la idea de patios privados para integrarlos con las habitaciones y maximizar la vida interior del hotel, especialmente porque muchas habitaciones no tienen vistas directas a la calle. Los patios de estilo tropical, junto con balcones amplios y grandes ventanas, buscan conectar el diseño con la arquitectura tradicional de la Ciudad Colonial, en la que las ventanas balconeras tienen un gran valor. Esto permite que los huéspedes disfruten de vistas variadas, desde la vegetación cercana de las plantas bajas hasta panorámicas abiertas desde las habitaciones superiores.
Una de las ventajas del diseño es que incluso las habitaciones que miran hacia el interior del hotel, como las que están sobre el salón de eventos, ofrecen una experiencia atractiva. Esta disposición fue un reto, tanto desde el punto de vista estructural como acústico, pero permitió aprovechar de manera eficiente el espacio disponible y crear áreas valiosas y sorprendentes. En el centro del salón de eventos se ha incorporado un lucernario que permite la entrada de luz natural y añade luminosidad y amplitud al espacio. Belén Moneo expresa su satisfacción con el resultado: “Creo que será muy útil y que el complejo contribuirá a dinamizar la Ciudad Colonial y apoyará su transformación, un objetivo que perseguimos desde hace años».
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El diseño del hotel Kimpton Las Mercedes se desarrolla en cinco plantas. La primera planta se encuentra a la altura de la calle Las Mercedes y se extiende hacia el fondo de la parcela, donde se ubican las áreas de servicio, como las cocinas. Un aspecto clave del diseño es la manera en que el nuevo edificio se retranquea sobre la calle Duarte, lo que permite que la volumetría se integre de manera respetuosa al entorno urbano de la Ciudad Colonial. La altura del edificio varía según el desnivel del terreno: mientras que desde la calle Duarte el acceso está a la altura del cuarto piso, en todo momento se cumple con la normativa y se respeta el número de plantas permitidas hacia cada calle.
El diseño arquitectónico del hotel buscó combinar modernidad con la esencia del entorno al utilizar la tipología original de las galerías del edificio. Se priorizaron espacios ventilados y abiertos, reinterpretados con un enfoque contemporáneo. El cerramiento con celosías juega un papel esencial en este equilibrio: las horizontales, inicialmente pensadas de madera, se hicieron con aluminio pintado con un acabado que imita su apariencia, ofrecen calidez visual y mayor durabilidad. Las barandillas de lamas verticales de cristal verde aportan ligereza y transparencia, y se integran de forma armoniosa con el lenguaje general de las fachadas. Las celosías tamizan la luz y permiten el flujo de la brisa, conectan de manera natural con la arquitectura colonial, y logran lograr un equilibrio entre lo moderno y lo tropical.
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La vegetación es un elemento clave del diseño, con la intención de crear un patio frondoso y permitir que las plantas trepen por la galería. El color verde de las lamas fue elegido para complementar la vegetación circundante y crear un ambiente fresco y natural. Esta paleta contribuye a tamizar la luz de forma suave y a generar un entorno acogedor que se integra con el paisaje natural y la arquitectura histórica de la Ciudad Colonial. Las fachadas de las habitaciones, aunque discretas, resaltan por sus balcones con revestimiento de cerámica, que proporcionan pequeños espacios exteriores y refuerzan la conexión entre el interior y el entorno natural.
El cielo raso de los pasillos del hotel está hecho de madera, una solución que ofrece un acabado cálido y funcional, ya que facilita el acceso a las instalaciones al ser desmontable y fácil de reinstalar. Este detalle se complementa con el revestimiento de cerámica de barro de tono beige de las paredes, que se integra de manera armoniosa con el travertino local de los suelos, lo que crea una paleta de colores suave y acogedora. La cerámica mallorquina, utilizada de forma innovadora como revestimiento de paredes, aporta un toque distintivo al diseño.
La elección de los azulejos fue un trabajo conjunto con el equipo de interiorismo, especialmente en la zona de los ascensores, donde se optó por una cerámica esmaltada mate que aporta un acabado moderno y elegante. En los pasillos, las paredes se diseñaron para no llegar hasta el techo, lo que permitió incorporar una iluminación tenue, ideal para crear un ambiente agradable por la noche. Este sistema regulable permitió controlar la intensidad y evitar que la luz resultara demasiado fuerte.
Durante la obra se realizaron ajustes para adaptarse a los requerimientos de Kimpton, que solicitó más suites de las que se habían planificado originalmente. Esto implicó la fusión de algunas habitaciones de las plantas superiores para crear suites más amplias y mejorar la oferta de hospedaje. Las terrazas de las plantas altas ofrecen vistas privilegiadas de la iglesia Nuestra Señora de la Altagracia, lo que añade un valor especial a la experiencia de los huéspedes.
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En el diseño del salón privado del restaurante, el interiorista Pepe Deudero propuso la idea de una cúpula para compensar la ausencia del techo original. A partir de su propuesta, el equipo de arquitectura diseñó una estructura de cuatro bóvedas de ladrillo entrelazadas, en armonía con el estilo colonial del edificio. La bóveda fue realizada in situ por expertos mexicanos utilizando técnicas tradicionales.
El proyecto también incluye detalles contemporáneos que contrastan de manera elegante con los elementos originales de la arquitectura. La conservación de los elementos históricos del proyecto fue un aspecto primordial del proceso. A través de un minucioso proceso de restauración se conservaron huecos y puertas, para así mantener la mampostería original de la época colonial. En cuanto a la escalera, Belén Moneo enfatizó la importancia de mantener su esencia original, e insistió en que se utilizara madera. La nueva escalera se fabricó con roble, al igual que las terminaciones de madera utilizadas en las plantas superiores. Además, se diseñó una barandilla que aporta un toque elegante al conjunto.
Belén Moneo destaca su satisfacción con varios aspectos del proyecto, especialmente la forma en que la volumetría del edificio se integra de manera sutil y respetuosa en la ciudad, gracias a su diseño escalonado. También resalta el papel del patio interior, que aporta una sensación de apertura y tranquilidad al espacio. Además del salón de eventos, el hotel ofrece una amplia variedad de espacios y servicios como restaurantes, terrazas, bares, piscina, gimnasio y salones de eventos, diseñados de manera funcional para atraer distintos tipos de usuarios y contribuir a la revitalización de la Ciudad Colonial. Por último, Moneo subraya la importancia de las galerías con celosías, que actúan como la fachada principal del hotel y combinan modernidad y tradición.
INTERIORISMO
El diseño interior del hotel Kimpton Las Mercedes se enriqueció con elementos arquitectónicos originales del edificio, lo que influyó significativamente en el concepto final. Según los interioristas Pepe Deudero y Linnette Nardi, el proyecto les resultó especialmente emocionante debido a las características únicas del edificio, con su historia, la magia de sus construcciones y el juego de volúmenes de los patios interiores, que incluían la vegetación preexistente. Esta particularidad del lugar ofreció un diálogo enriquecedor con cada espacio, lo que generó una sinergia especial combinado con su amor por la República Dominicana, su historia, su cultura y su geografía. Cada encuentro y visita al edificio permitió escuchar y entender cada rincón y conectarlo con las experiencias dominicanas propias.
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El diseño se inspiró en elementos locales: los campos de caña de azúcar se reflejan en la entrada del vestíbulo, la vegetación exuberante se representa en el salón de estar, y el merengue se evoca en la barra del bar con un diseño en forma de acordeón. Al mismo tiempo, se respetaron y destacaron las características originales del edificio, como las paredes coloniales a la vista, los arcos, el pozo y las vigas de gran altura. Estos elementos pedían ser resaltados para aportar su carácter y belleza a cada espacio, lo que facilitó el proceso creativo. Los interioristas se apoyaron en talleres locales y en materiales con un carácter único. Entre los materiales seleccionados se destacan el acero corten, la madera, el cobre, el vidrio soplado, el macramé, la hilería y fibras naturales; cada uno aporta un toque de autenticidad y conexión con la artesanía local.
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Para lograr un equilibrio entre el lujo y modernidad del hotel Kimpton Las Mercedes y la necesidad de conservar su carácter patrimonial, los interioristas Pepe Deudero y Linnette Nardi se centraron en una cuidadosa selección de colores, piezas decorativas y mobiliario. Optaron por una mezcla de líneas simples y modernas con muebles de época en áreas específicas que destacan los elementos originales del edificio. Esta combinación permitió resaltar cada muro y detalle conservado y darles un papel protagónico en el diseño sin perder la esencia contemporánea del hotel.
Trabajar en un edificio histórico presentó múltiples desafíos. Sin embargo, todos los involucrados en el proyecto, desde arquitectos e ingenieros hasta colaboradores y propietarios, así como el apoyo del área de patrimonio, compartían la comprensión del valor histórico del edificio. “Este enfoque común permitió abordar cada reto con conciencia, respeto y cuidado. La conciencia de la importancia de esta joya arquitectónica fue fundamental para superar los desafíos, aunque implicó una responsabilidad constante y un proceso exigente para todos los miembros del equipo”, expresan los diseñadores.
La paleta de colores se centró en tonos neutros, tierra y una variedad de verdes, inspirados en el paisaje dominicano. Estos tonos reflejan la naturaleza exuberante del entorno sin perder la elegancia. A esta base se añadieron destellos de colores vibrantes que evocan la alegría y la vitalidad propias de la cultura dominicana, crean un equilibrio entre lo local y lo internacional, y ofrecen a los huéspedes una experiencia auténtica y contemporánea a la vez.
El diseño de las habitaciones fue un trabajo colaborativo entre el equipo de arquitectura y el de interiorismo. Belén Moneo estableció algunos aspectos fundamentales del espacio, como la altura de los techos, para dar una sensación de mayor amplitud, a pesar de que las habitaciones no eran muy grandes en superficie. También se aseguró de coordinar las instalaciones para optimizar el espacio disponible y garantizar una buena iluminación natural, con ventanas grandes.
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Una de las propuestas iniciales fue el uso de cristal en la separación del baño, lo cual fue un punto de discusión con los propietarios hasta que se aceptó. El equipo de interiorismo tomó esta idea y la llevó más allá, eliminando algunas puertas para dar mayor fluidez al diseño interior. Además, mientras el equipo de interiorismo se encargó de detalles como la elección del lavabo y el diseño del cabecero, elementos como las luces colgantes y la disposición de algunos muebles, como las butacas, fueron sugeridos inicialmente por Belén. El diseño interior también incorpora detalles como los mosaicos de cemento pintado, que aportan un toque distintivo y se combinan de manera armoniosa con la coralina.
Otro aspecto que destacar es la utilización de piezas artesanales y obras de artistas dominicanos, como Ada Balcácer, Orlando Menicucci, José Cestero y García Cordero. También se integraron piezas únicas, como la obra Disciplina de Natalia Ortega, la creación de Yuly Monción que homenajea a Fefita la Grande, y el tributo a Las Mercedes de Pepe Deudero. Cada pieza y detalle se seleccionó con la intención de dejar una huella de la identidad dominicana en los diferentes espacios del hotel.
Además, se prestó especial atención a la transición entre la estructura original y la nueva edificación, teniendo en cuenta la integración de ambos estilos para mantener la armonía en el recorrido de los huéspedes a través del hotel. Este enfoque, sumado al trabajo meticuloso de los equipos de arquitectura, ingeniería, paisajismo y la constante colaboración de los propietarios, permitió atender cada detalle con un cuidado especial y garantizar una experiencia auténtica y memorable para quienes se hospedan en el hotel.
KIMPTON LAS MERCEDES (2024)
Dirección Calle Las Mercedes, Ciudad Colonial, Santo Domingo Cliente Megeve Investment Office Operador IHG Área total de construcción 6,380.10 m2 Área del lote 3,700 m2 Diseño arquitectónico Belén Moneo y Jeff Brock Equipo de arquitectura Javier del Pozo, Federico Pérez, Laura Cerpa, Peter Rae, Laura Alonso, Francisco Blázquez, Yaiza Camacho, Maite Rodríguez, Enrique González, Miguel de la Ossa Aparejador Aparejadores ACC (Aníbal Calvo) Diseño de interiores Pepe Deudero y Linette Nardi Consultores. Estructural Calter Ingeniería Eléctrico Estel Instalaciones de ingeniería Engineers Assesors (Engass) Diseño iluminación CA2L Diseño paisajístico Estudio PWP, Lowell Whipple, Ana Portela y Clara Portela Contratista general Constructora Aybar