Senda

Inspirado en la emblemática obra «Hay un país en el mundo» del poeta dominicano Pedro Mir, el restaurante Senda del Cayo Levantado Resort invita a sus comensales a embarcarse en un recorrido por la gastronomía y la cultura dominicanas. Concebido por el estudio Bosques Urbanos como un viaje a través de la geografía de la isla, cada área del restaurante está inspirado en un paisaje distintivo del país.

Un aspecto destacado del proyecto es el notable trabajo llevado a cabo por artesanos dominicanos, quienes aportaron su talento y creatividad para dar vida a este restaurante único de Cayo Levantado.

Dedicado a la cocina local, Senda honra su nombre con un diseño interior que construye una narrativa visual que envuelve al visitante en una experiencia sensorial enriquecedora. El concepto se desarrolla como un recorrido por diversas zonas de la isla, desde el valle hasta la montaña, la playa y el bosque seco, captura el espíritu de cada región y lo plasma a través de materiales, texturas, formas y colores. El recorrido por Senda comienza en un túnel de treinta metros cubierto de vegetación, con iluminación tenue y sonidos del campo que preparan al visitante para una experiencia inmersiva. Durante el trayecto se presentan esculturas y arte dominicano inspirados en la cultura taína y popular, un primer acercamiento a la riqueza cultural del país.

En la entrada, los huéspedes son recibidos por una serie de tótems o pilares de alfarería que filtran parcialmente la vista hacia el salón. Al cruzar los pilares de alfarería, el visitante entra al salón principal, donde el mármol portorro de Samaná, extraído de Las Galeras, es el protagonista. El piso se destaca con una alfombra central de vetas espectaculares complementada en los extremos con un diseño en forma de tablero que mezcla mármoles portorro y crema marfil. La pared de fondo, revestida de mármol portorro y muros verdes, resalta sus tonos negros y dorados.

El mobiliario del salón principal combina sillas de diversos estilos y mesas de madera con pedestales, adornadas con detalles según la zona temática: chapas de Larimar en «la playa» y de cuerno en «el campo», con marquetería de hueso en los bordes. El bar, pieza central, representa la ciudad y se destaca por un coronamiento de pajilla que funciona como lámpara y repisa para bebidas. La barra de ónix y los paneles de madera curvos con chapitas de hueso completan su diseño.

La vegetación es un aspecto central del diseño y rinde homenaje a la naturaleza de la isla. En la zona de la montaña, el peñasco usado como exhibición de alimentos está enmarcado por plantas. Macetas de cerámica dominicana con árboles de plátano, una lámpara colgante y paneles de techo en tejido de lila de agua añaden un toque artesanal y orgánico al ambiente. Además, las columnas interiores están revestidas con azulejos de cerámica verde y apliques de bronce en forma de hojas de grayumbo, árbol autóctono. Las lámparas colgantes, con pétalos de resina y ámbar, y el techo de madera white wash con paneles de ratán enmarcados con cedro natural también hacen referencias a la flora local.

Al finalizar la noche, los comensales son invitados a salir a la terraza, un espacio que evoca el suroeste de la isla, con su suelo rojo y el profundo azul del mar. La piedra coralina del piso garantiza una transición armoniosa desde el interior. La iluminación ambiental, provista por lámparas y apliques de cerámica dominicana, añade un toque artesanal. A ambos lados, los baños con revestimiento exterior de losas en relieve con motivos florales de tonos terracota están enmarcados por jardines de plantas autóctonas del bosque seco. La estructura de celosía o trelliage sigue el estilo arquitectónico victoriano del hotel y permite filtrar la luz natural y crear efectos de luces y sombras que enriquecen la experiencia. El mobiliario de ratán se mantiene, con tapizados de tonalidades similares a las del interior y algunos toques de estampados.

En resumen, el restaurante Senda del Cayo Levantado Resort constituye un homenaje a la riqueza cultural y natural de la República Dominicana. La fusión de diseño y gastronomía, junto con los detalles cuidadosamente seleccionados, produce un recorrido sensorial que transporta a los comensales a través de los paisajes y tradiciones de la isla.

  • Planta arquitectónica amueblada y elevaciones interiores
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