Casa IG

La Casa IG está ubicada en Arroyo Hondo y es una residencia que resignifica una estructura preexistente mediante un rediseño integral de fachada e interiorismo.

La intervención conjuga materiales nobles —piedra, ladrillo y madera— con mobiliario a medida e iluminación estratégica, y genera espacios cálidos y atemporales.

La organización programática se despliega en tres niveles, desde un estudio ejecutivo hasta áreas sociales abiertas y terrazas, una arquitectura contemporánea que equilibra estética, confort y funcionalidad en cada detalle.

La Casa IG es el resultado de una intervención que parte de un planteamiento estructural y arquitectónico preexistente para transformarse en una propuesta de rediseño integral de fachada e interiorismo. Ubicada en el ensanche de Arroyo Hondo, en Santo Domingo, la residencia se erige como un ejercicio de resignificación: un diálogo entre lo existente y lo posible, entre la memoria de la estructura y la aspiración de un nuevo lenguaje arquitectónico.

La fachada establece el primer gesto de esta transformación. Desde la calle, el volumen se percibe sobrio, casi hermético, protegido por amplios antepechos revestidos de ladrillos que proporcionan intimidad al interior. Sin embargo, conforme se accede a la vivienda, esta solidez inicial se abre a un lenguaje moderno y cálido que aprovecha la volumetría original, potenciada con el uso de materiales nobles: piedra, bloques de ladrillo local y madera sintética. El resultado es un juego de texturas contrastantes que aportan riqueza visual sin sacrificar atemporalidad. En la fachada posterior, el diseño incorpora terrazas con amplios vuelos, jardineras y la piscina que refrescan y dinamizan la composición, y refuerzan la conexión interior-exterior.

Los recorridos interiores evidencian una estrategia de continuidad entre lo arquitectónico y lo decorativo. El proyecto no se limita a revestir espacios, sino que redefine su carácter a través de la integración de mobiliario a medida, iluminación estratégica y un cuidadoso uso de los materiales. Los planos arquitectónicos permiten entender con claridad esta organización: el nivel de llegada, destinado al garaje y a un estudio ejecutivo, mantiene una línea estética sobria con un matiz más funcional; el segundo nivel, concebido como núcleo social, se abre a dobles alturas y terrazas exteriores, lo que prolonga la vida interior hacia el patio; el nivel tres, reservado a los dormitorios y áreas privadas, refuerza la transición de lo público a lo íntimo.

La selección de las terminaciones revela la riqueza espacial de esta narrativa. En las áreas sociales, la amplitud de los ventanales y la doble altura generan transparencias que diluyen los límites entre interior y exterior. Los tonos neutros de los revestimientos se combinan con la calidez de la madera en pisos, techos y paredes, una atmósfera de elegancia contemporánea. Las escaleras, concebidas como piezas escultóricas, conectan visual y físicamente los distintos niveles y se convierten en protagonistas del recorrido.

El mobiliario cuidadosamente seleccionado o diseñado a medida, en conjunto con el diseño de iluminación, dialoga con el espacio arquitectónico y logra un balance entre elegancia y habitabilidad. Las áreas de estar, el comedor y las terrazas exteriores refuerzan la idea de confort residencial entendido como experiencia integral. No se trata únicamente de lujo visual, sino de la búsqueda de una comodidad esencial que enriquece la vida cotidiana.

La Casa IG trasciende lo puramente estético para convertirse en una experiencia habitable. “La arquitectura aquí no es solo envolvente espacial, sino un lenguaje contemporáneo capaz de conectar con sus habitantes”, afirman los diseñadores. Para ellos, el proyecto optimiza funcionalidad, estética y confort, al tiempo que refuerza la identidad de sus usuarios. “En esta obra, la dualidad de la arquitectura se manifiesta con claridad: ser gesto poético y, a la vez, respuesta funcional. Incluso cuando no se trata de una creación desde cero”. La intervención demuestra que la relectura de lo existente puede dar lugar a un nuevo paradigma residencial, cuando habitar se convierte en sinónimo de armonía, elegancia y pertenencia.

  • Plantas arquitectónicas amuebladas, baja y del primer y segundo nivel
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