Villa Farallones

La Villa Farallones es una obra de arquitectura residencial ubicada en el Casa de Campo Resort & Villas, en La Romana (República Dominicana). Posee una superficie de construcción cercana a los tres mil metros cuadrados frente al mar Caribe. El diseño de la firma Despradel Design busca maximizar las vistas al mar e integrar el paisajismo tropical con la vida interior. La propuesta tectónica se basa en amplios vuelos, techos inclinados y una piel de madera.

Los materiales como piedra, madera, mármol, hormigón y vidrio contribuyen a acentuar la calidad espacial de los ambientes. Todos estos componentes se integran para lograr una arquitectura que propone una elegante conversación entre lo tropical y lo contemporáneo.

El Casa de Campo Resort & Villas es una urbanización de segundas viviendas de alto estándar que data de los años 1970 en La Romana, costa sureste de la República Dominicana. Dentro del complejo, la Villa Farallones se ubica directamente frente al mar, sobre un acantilado, con unas vistas panorámicas impresionantes. Su orientación aprovecha al máximo el entorno. Los volúmenes perpendiculares están dispuestos de tal modo que casi todos los espacios logran contacto visual directo al mar. El proyecto cuenta con una residencia principal y una casa de huéspedes independiente. Desde el primer momento en que se ingresa a la residencia, las magníficas vistas panorámicas reciben al visitante y propician una conexión directa con la naturaleza circundante, enmarcada y potenciada por un cuidadoso diseño del paisajismo.

En el nivel de llegada se encuentran las áreas sociales, amplias salas de estar de techos altos y acogedoras terrazas. La pendiente del terreno permite desarrollar las habitaciones —dentro de la residencia principal—85 centímetros por debajo del nivel de llegada. Se destaca el amplio dormitorio principal con las mejores vistas y con jacuzzi y sauna. Todos estos espacios se comunican a través de pasillos abiertos que permiten al paisajismo tropical entrelazarse con lo construido. Como conexión entre los diferentes espacios, se crean unos espejos de agua que —aunados a la vegetación— acompañan al usuario en el recorrido. En uno de estos espejos de agua, contiguo a la entrada principal, se ha colocado una gran roca como escultura en un gesto que combina los conceptos de la obra: tropicalidad y contemporaneidad. La residencia cuenta, además, con áreas recreativas como un salón de billar, una sala de cine y un gimnasio. La cocina al aire libre se destaca como un espacio social donde se puede experimentar la gastronomía en un ambiente tropical. Uno de los espacios más distintivos de la Villa Farallones es su piscina infinita, situada sobre el acantilado, donde también se destaca la terraza al aire libre que tiene como fondo el mar Caribe.

La planta inferior se destina a las áreas de servicio, habitaciones para huéspedes y áreas sociales que tienen contacto directo con las áreas exteriores y su exuberante naturaleza gracias a la pendiente natural del terreno que es aprovechada en el diseño. Especial mención merecen todos los baños de la residencia, cuya disposición y distribución logra integrar la naturaleza como parte esencial de estos espacios.

La tectónica de la obra se desarrolla a partir de una estructura de hormigón de dos niveles, el primero de ellos escalonado, que se adapta a la topografía. Los techos inclinados a un agua, junto con la piel de madera seriada que recubre las fachadas del nivel superior, crean un contraste armonioso que ilustra tanto la contemporaneidad como la tradición arquitectónica del Caribe. Los planos seriados de madera que recubren los volúmenes superiores en su doble altura se presentan como filtros de la luz natural, protección frente al sol, y al mismo tiempo proporcionan textura y calidez a la obra. Esa piel actúa como mediadora entre el ambiente externo y el confort interno. Los amplios vuelos que se extienden sobre las terrazas reducen la radiación directa, protegen los muros y las superficies acristaladas, y crean sombras profundas que refrescan naturalmente el edificio.

Los materiales seleccionados para los revestimientos de pisos, techos y paredes —como la madera y las piedras caliza y Muskoka— acentúan el carácter tropical de la obra a la vez que brindan calidez a los espacios. Cabe destacar el diseño de iluminación que, con un marcado sello contemporáneo, resalta la presencia nocturna de los elementos arquitectónicos, paisajísticos y escultóricos más emblemáticos de la residencia.

El proyecto cuenta además con piezas de arte diseminadas entre los diferentes espacios que logran acentuar la elegancia. Esta residencia ejemplifica cómo en un contexto caribeño la arquitectura contemporánea puede desarrollarse acorde con la naturaleza y el clima, a la vez que brinda respuestas a las demandas de confort, estética y lujo modernas.

  • Plantas arquitectónicas de primer nivel y baja
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