El libro Choy León. Obras y proyectos, Works and projects constituye la primera monografía de arquitectura cubana. La publicación recoge la trayectoria de casi 40 años del estudio formado por José Antonio Choy y Julia León y sus aportes a la arquitectura cubana y latinoamericana.
La publicación Choy León. Obras y proyectos, Works and projects recorre la trayectoria del estudio cubano de arquitectura Choy León desde sus primeras obras en los años 80 hasta la actualidad a través de una recopilación de textos (en español e inglés) de importantes plumas –como Roberto Segre, Mario Coyula, Sergio Baroni y Eduardo Luis Rodríguez–; y un amplio número de fotografías, dibujos arquitectónicos, croquis e ilustraciones.
La dirección creativa estuvo a cargo de los mismos arquitectos con un proceso de elaboración de más de tres años y la cuidadosa edición de Claudia Acevedo y Carlos Cairo, de la mano con Aurelia, una editora con asiento en Panamá y que opera legalmente en Cuba. Un libro hermoso y valioso que nos permite apreciar en justa dimensión el valor de una trayectoria y una obra. El arquitecto y urbanista Cristóbal Valdez, estuvo a cargo de las palabras centrales de presentación del libro que se llevó a cabo en la Librería Mamey.
Formados bajo el paradigma de la arquitectura moderna en la Universidad de La Habana, de donde egresaron en 1974, Julia León y José Antonio Choy iniciaron su práctica profesional en Santiago de Cuba, ciudad natal de Choy, donde agotaron varios años de ejercicio para la arquitectura estatal enfocada en esos años en las construcciones utilitarias.
La arquitectura de Choy León, inspirada en los maestros de la arquitectura cubana como Fernando Salinas y Ricardo Porro, y desarrollada junto a un equipo de trabajo en el que participan jóvenes relacionados al diseño y a las artes en general, refleja una amplia visión sobre las dimensiones arquitectónicas, urbanísticas y culturales de la práctica de la arquitectura. Destacan entre sus obras y proyectos: Hotel Meliá, Santiago de Cuba (1991); Terminal de vuelos, Santiago de Cuba (1980); Centro Comercial La Puntilla, La puntilla, Miramar, La Habana (2002); Centro de Estudios Che Guevara, Nuevo Vedado, La Habana (2004- 2007); Estación Central de Ferrocarriles de La Habana (proyecto, 2014); Estación Terminal de Ferrocarriles de Santiago de Cuba (1997); Hotel Prado Malecón, La Habana (proyecto, 2011).
Biografías
José Antonio Choy López. Nació en Santiago de Cuba en 1949. Estudió arquitectura en la Universidad de la Habana, donde obtuvo el título de arquitecto en 1974. Ha recibido premios por su labor profesional entre los que se destacan el Primer Premio otorgado a la Terminal de Vuelos Ejecutivos en la Primera Bienal del Caribe (Santo Domingo 1991); el Primer Premio a la Terminal de Ferrocarriles de Santiago de Cuba en la IV Bienal del Caribe (Camagüey, 1997); y junto a Julia León el Premio Walter Betancourt al Hotel Santiago de Cuba en la IV Bienal de las Artes Plásticas de la Habana, así como otros premios de carácter nacional. Su labor profesional ha sido divulgada en importantes publicaciones, entre ellas la Revista Zodiac, Arquitectura Viva y Escala. Su obra plástica es una constante reflexión sobre el valor subversivo de la arquitectura y su entorno. Es miembro de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), de la Junta Directiva Nacional de la Sociedad de Arquitectura de la UNAICC y presidente del grupo cubano del DOCOMOMO. El arquitecto Choy es profesor titular de la Facultad de Arquitectura del Instituto Superior Tecnológico José Antonio Echeverría
Julia León Lacher. Nació en la Habana en 1948. Se graduó como arquitecta en la Universidad de la Habana en 1974. Por su labor profesional ha sido premiada en varias ocasiones. Se destacan entre ellas el Primer Premio en el Concurso de Proyecto de Viviendas Campesinas en 1981, el primer premio en el concurso para un Sistema de Viviendas Urbanas por medios propios en 1985. Obtuvo el Primer Premio Nacional por el Proyecto del Hotel Arena Real en Cayo Coco, entre otros. Su labor profesional ha sido divulgada en revistas nacionales e internacionales. Es miembro del Consejo de Redacción de la Revista Arquitectura Cuba.
El reverso enigmático de la arquitectura
Por: Arq. Cristóbal Valdéz
Es un honor y un privilegio para mí hacer esta presentación del libro que contiene las obras y proyectos de los arquitectos José Antonio Choy y Julia León. La fecha de la primera obra que aparece en el libro es la del Hotel Meliá, en Santiago de Cuba, que coincide con la fecha en que conocí a Choy y a Julia. Estando en una reunión en Santiago de Cuba, Roberto Segre nos presentó y visitamos esa edificación que estaba en proceso de terminación. Ahí inició una larga y profunda amistad que nos ha convertido en familia.
Me llamó la atención en ese momento la imagen de esta edificación rescatando el ingenio de caña como elemento importante en el imaginario de los santiagueros y de todos los cubanos. Pero no fue una casualidad el manejo de este concepto, sino que ha sido una constante durante todo el proceso de las obras que Choy y Julia han realizado. La relación con el entorno edificado, el medio ambiente y la memoria de los sectores sociales se leen en cada una de sus obras. Es una integración y un compromiso con el contexto. Puede ser en Santiago de Cuba, La Habana o Cayo Coco, o fuera de Cuba, en Valencia. Este libro recoge de una forma excepcional y claramente estos conceptos de respeto e integración con el entorno.
Estos conceptos se reafirman con el respeto por lo construido, como lo demuestran sus intervenciones en el Banco Financiero Internacional, la embajada de los Países Bajos, el Hotel Riviera, la Estación Central de Ferrocarriles y la Galería de Arte Villa Manuela, para mencionar solo algunas.
Es importante resaltar que en las obras de Choy y Julia el dialogo con el arte está presente. Las esculturas de Alberto Lescay, Guarionex Ferrer, Rita Longa y José Villa Soberon y las pinturas de Julia Valdes, Roberto Fabelo, Enmanuel Pozo, así lo atestiguan, uniéndose en una simbiosis elegante en el disfrute del espacio creado.
El libro, en su composición, textos y obras refleja un esmerado cuidado. Sin embargo, los dibujos, entre lo abstracto y lo figurativo, son sobrecogedores. Además de su quehacer arquitectónico José Antonio Choy ha desarrollado una expresión única a través de sus dibujos que ya han recorrido Cuba, el Caribe, Latinoamérica, Estados Unidos y Europa.
Repasar este libro, algunas de sus páginas fueron escritas en mi casa, me trae a la memoria otros aspectos que no se leen en él, y es todo lo que hay detrás de ese trabajo que hace aún mayor estos brillantes resultados. Los que hemos estado cerca de Choy y Julia, hemos sido testigos de la estoica lucha en defensa de sus principios de la arquitectura.
Es muy fácil hacer algo innovador y claudicar ante el poder cuando este se opone a la innovación. En la historia reciente de Cuba, luego de las Escuelas de Artes de Ricardo Porro, Vitorio Garatti y Roberto Gottardi, vino un período sombrío donde la prefabricación y la repetición fueron las normas dominantes en el diseño arquitectónico. No es hasta finales de los años 80 y principios de los 90 cuando se inicia un nuevo movimiento creativo, con una nueva visión arquitectónica de gente joven. Es aquí donde aparecen Choy y Julia, dos jóvenes arquitectos, retando lo común, lo fácil, lo cómodo. Desde ese momento se inicia una lucha soterrada de los mediocres y conformes contra esta nueva visión. Esta lucha, que ha sido una constante en toda su carrera, ha hecho que, a pesar de ganar premios internacionales, algunas de sus obras más importantes no se hayan ejecutado o ellos han tenido que hacer subterfugios inteligentes para que se concreticen.
Hay una canción de Carlos Varela que para mí revela esta situación de Choy y Julia y que me voy a permitir parafrasearla:
«No se supo de qué barrio, pero cuando todo estaba oscuro ellos llegaron bajo la luz del alba. Y con su creyón dibujaron señales en los muros y quisieron pintar lo que sentían sus almas. Y pintaron y pintaron por todas partes miles de peces de un solo color y llenaron las calles con su grafiti de ilusión.
Cuando amaneció flotando la ciudad inundada de dibujos, nadie entendió quienes se atrevieron a tanto. Unos se fueron buscando y otros iban borrando los muros y ellos siguieron y hasta pintaron los autos. Y pintaron y pintaron por todas partes miles de peces de un solo color y llenaron el asfalto con su grafiti de ilusión.
Por eso fue que trataron de borrar sus edificios, muros y vidrieras y hasta una luna que un niño dibujó en la acera. Desde entonces prohibieron dibujar lo que sentía el alma para cuidar y encadenar la calma. Y como no le dejaron sitio se rayaron sus cuerpos con un tatuaje de ilusión.»
Quiero resaltar además de la excelente calidad de los trabajos de Choy y Julia, la fortaleza de mantener sus ideas y conceptos arquitectónicos, a pesar de todos los obstáculos y privaciones a los cuales han estado expuestos, y como dice Nelson Herrera Ysla, el sentido de la espera que han desarrollado para no ser silenciados.
Quiero agradecer a Roberto Segre, Fernando Salinas, Mario Coyula, Sergio Baroni, Roberto Gottardi, Eliana Cárdenas, Rafael Calventi y Emilio Brea que, con la presencia de sus espíritus, comparten con nosotros este gran día.
Mis felicitaciones, porque es fundamental que este libro llegue a nosotros como la muestra de un trabajo creativo, serio, sin dobleces, a pesar de los pesares. Es un documento importante para la historia de la arquitectura cubana, caribeña y latinoamericana.