Tiempos de COVID-19: la pandemia y su impacto en la arquitectura, la ciudad y el diseño

El brote del coronavirus que estalló en la ciudad china de Wuhan en diciembre de 2019 y que fue declarado pandemia por la Organización Mundial de la Salud en el mes de mayo de 2020 ha afectado a más de 3.3 millones de personas en todo el mundo. El nivel de contagio de la enfermedad ha provocado una crisis sin precedentes, sobrepasando la capacidad de atención de los sistemas de salud y llevando a las autoridades a tomar medidas extremas de aislamiento social para su prevención y contención.

Las actividades de las ciudades han cesado y nos hemos aislado en casa; los que hemos podido hemos volcado nuestra vida a la tecnología y hemos hecho más llevadera la cuarentena en espacios de trabajo remoto, de clases virtuales, de streaming, chats y redes sociales. El confinamiento nos ha llevado a depender de la tecnología para socializar: la vida se nos ha vuelto cuadritos en una pantalla con la cara de nuestros familiares, amigos y compañeros de trabajo. La relación entre el espacio físico y el virtual se ha hecho más patente que nunca.

Plaza de la Bandera, Santo Domingo. Foto: Moisés Arias

Algunos están utilizando la crisis actual para reevaluar cuestiones fundamentales sobre cómo están estructuradas las ciudades, las desigualdades entre la ciudad formal y la informal, la vulnerabilidad de la mayoría en las áreas metropolitanas, la deficiencia de los servicios públicos, los efectos del turismo y la migración, y el valor de lo hogareño, entre muchas otras cosas.

El curador de la Bienal de Venecia que debió realizarse en mayo de este año, Hashim Sarkis, lanzó de una forma casi visionaria una pregunta que trasciende todas las disciplinas: ¿Cómo viviremos juntos? En estas nuevas circunstancias el tema alcanza otra dimensión, al abrirse nuevas conexiones movidas por una solidaridad como nunca experimentada en el planeta. La disminución de la contaminación, los animales andando libremente en las ciudades o las aguas cristalinas de Venecia nos han cambiado la percepción que teníamos del mundo y nos hacen sentir esperanza de que otra realidad es posible, fruto de una nueva conciencia ecológica y basada en la coexistencia de los seres humanos y todas las demás especies.