En armonía con la arquitectura, el interiorismo sutil, pero lujoso y de exquisito buen gusto de esta residencia se acentúa con los materiales de calidad y crea ambientes acogedores para una joven familia. Los complementos decorativos y las piezas de estilo contemporáneo reflejan un exquisito gusto, mientras los tonos cálidos contribuyen a crear una atmósfera familiar.
La casa de dos niveles está ubicada en un sector residencial de Santo Domingo caracterizado por una topografía irregular.
El lote está comprendido entre dos calles, lo que dio la ventaja de disponer un doble acceso, a pesar de que entre ambas calles hay una fuerte pendiente que alcanza entre 9 y 11 metros en los puntos más desfavorables. Esta condición representó una dificultad para los arquitectos, pero entendieron que, más que un obstáculo, podía ser una oportunidad para lograr un diseño interesante.
En el exterior la casa tiene una apariencia discreta, nada ostentosa, más bien de una geometría muy simple y de escala modesta. La entrada principal se desarrolla en el nivel más alto y a medida que se adentra en la propiedad se van descubriendo volúmenes y se empiezan a descifrar los distintos espacios y ambientes, los cuales se acomodan a la topografía del terreno (lo que simplificó los movimientos de tierra durante la construcción). En el segundo frente, que quedaría en la parte posterior, se dispuso un edificio de servicios (planta eléctrica, bomba de agua, depósito de basura, etc.) al que se le dio un tratamiento exterior adecuado para contribuir al entorno del barrio.
La entrada peatonal se comunica con el garaje (con capacidad para cuatro vehículos) y sirve por igual a los visitantes como a los residentes. Un pequeño patio interior techado y con entradas de luz da la bienvenida y conecta con los dos niveles de la residencia; en el nivel de llegada se organizan las áreas íntimas, mientras que en el inferior se encuentran las áreas sociales. En el vestíbulo se destaca la puerta de madera pivotante de un ancho generoso, cuyos paneles presentan una textura lineal, un recurso de diseño que se repite en varios elementos de la casa. Una vez dentro, un pasillo con una pequeña inclinación lleva de manera directa a las habitaciones y al estar familiar (ubicados en el nivel de llegada), mientras que una escalera de cierta importancia conduce al nivel inferior. Sobre la gran pared de doble altura revestida de losas de Porcelanosa (con textura tridimensional que imita un diseño geométrico de madera) se destaca una obra de Santiago Ydáñez, colocada sobre una consola de la firma Riva 1920, hecha con maderas recicladas de los puertos de Venecia, que constituye una verdadera escultura. En cuanto a la selección de piezas de arte, el concepto que primó era tener pocas, pero con una fuerte presencia. Así se integró también a este espacio una instalación de Patricia Castillo, Patutus, una especie de columpio trabajado con madera e hilos en apoyo al arte local.
En el inicio del recorrido del corredor de las habitaciones, un ventanal de vidrio fijo marca estratégicamente el lugar en el que se colocaría un futuro ascensor. El primer ambiente es el estar familiar dotado de una segunda escalera, más angosta y discreta, destinada a la circulación familiar y de servicio. Una serie de aberturas con ritmo regular colocadas frente a las puertas de las habitaciones secundarias proveen abundante iluminación natural. La distancia entre aberturas se optimizó para poner armarios que pasan desapercibidos. A lo largo del corredor, varios patinillos delimitados por unos calados de madera hasta el techo (inspirados en el juego de mesa Jenga) crean una interesante ilusión óptica: una especie de malla o filtro que permite entrever y deja pasar la luz y las brisas de un nivel a otro, al mismo tiempo que brinda protección a los más pequeños de la familia. La habitación principal está al fondo y aprovecha las mejores vistas. Los ventanales hacia el oeste están protegidos con celosías de aluminio para filtrar la incidencia de los rayos del sol, a excepción de la habitación principal.
Residencia SC (2021)
- Diseño arquitectónico: Sánchez y Curiel
- Colaboradores: Amanda Simó
- Área de construcción: 1,000 m2
- Área del solar: 1534.96 m2
- Diseño interior y decoración: Andrés Aybar
- Estructural: Reginald García, Heriberto Vásquez
- Eléctrico: Cadelec, Iván Cabral
- Sanitario: Adolfo Rodríguez
- Sistemas de a/a: Prieto Nouel
- Diseño de iluminación: Spectro Lighting
- Diseño paisajístico: Ana Portela, Lowell Whipple y Clara Portela, Estudio pwp
- Contratista general: Ingeniero Ramón Suárez
- Supervisión: José Yessid Ochoa
- Carpintería metálica: Grupo Jasaye (Hunter Douglas)