El Premio Pritzker de Arquitectura

Los arquitectos catalanes Rafael Aranda, Carme Pigem y Ramón Vilalta, de RCR Arquitectes, recibieron el Premio Pritzker de Arquitectura 2017, el más alto honor de la arquitectura. En su trabajo se destaca la unión del paisaje y la arquitectura para crear edificios que están íntimamente conectados al lugar y tiempo.

Rafael Aranda (1961), Carme Pigem (1962) y Ramón Vilalta (1960)

Este año, tres arquitectos catalanes, Rafael Aranda, Carme Pigem y Ramón Vilalta, recibieron el más importante galardón de la arquitectura, el Premio Pritzker de Arquitectura. Los tres han trabajado juntos desde 1988, año en que fundaron la firma RCR Arquitectes (las iniciales de sus nombres). Su trabajo demuestra un compromiso firme con el lugar y su narrativa, ya que crea espacios que son capaces de dialogar con sus respectivos contextos.

Es la primera vez que el Pritzker honra tres arquitectos y la segunda vez que los laureados proceden de España (el primero fue Rafael Moneo, que recibió el premio en 1996).

BODEGA BELL-LLOC (PALAMÓS, 2007)

Los arquitectos, desde su localidad, suscitan la identidad universal a través del uso creativo de materiales modernos, como el acero y el plástico reciclados. Según Glenn Murcutt, miembro del jurado, su trabajo demuestra que la homogeneidad de un material puede proveer simplicidad y una increíble fuerza a un edificio. «La colaboración de estos tres arquitectos produce arquitectura de un carácter poético y atemporal que refleja un gran respeto por el pasado, y al mismo tiempo proyecta claramente que es del presente y el futuro».

LABORATORIO BARBERÍ (OLOT, 2008)

Laudo del jurado (Fragmentos)

De forma admirable y poética, sus obras cumplen los requisitos tradicionales de la arquitectura de la belleza física y espacial junto con la funcionalidad y la artesanía, pero lo que más los distingue es su enfoque, por el cual crean edificios y lugares locales y universales al mismo tiempo. Al establecer su oficina en su ciudad natal de Olot, en la región catalana del noreste de España, resistieron el llamado de la metrópolis y permanecieron conectados con sus raíces. En el tiempo que han estado juntos han desarrollado un verdadero trabajo en equipo en el que ni una parte ni la totalidad de un proyecto puede atribuirse a un socio. Su enfoque creativo es una mezcla constante de ideas y un diálogo continuo.

LES COLS (OLOT, 2011).

Todas sus obras tienen un fuerte sentido de lugar y están fuertemente conectadas con el paisaje que las rodea.

La ubicación de los edificios, la elección de los materiales y las geometrías utilizadas siempre están destinadas a destacar las condiciones naturales e incorporarlas al edificio, como la Bodega Bell-Lloc (2007), en la localidad de Palamós, cerca de Girona (España), un edificio incrustado en el suelo que refiere al suelo en que se cultivan las uvas, a las bodegas oscuras y frescas necesarias para el añejamiento del vino, al color y el peso de la tierra.
La carpa del restaurante Les Cols, en Olot (2011), que crea un espacio para comer al aire libre y para eventos, es otro ejemplo de la fusión del paisaje con materiales modernos mínimos para crear un lugar útil y popular.

EL PETIT COMTE KINDERGARTEN EN COLABORACIÓN CON J. PUIGCORBÉ (BESALÚ, 2010).

En otras obras, como su propia oficina (2007), una antigua fábrica de fundición de metales construida a principios del siglo XX, la yuxtaposición del pasado y del presente se realiza de una manera muy considerada, clara y respetuosa. Así como el exterior y el interior están estrechamente entrelazados en sus obras, también lo están lo nuevo y lo antiguo. Todo lo que podía permanecer del edificio industrial original se dejó «tal cual».

Otra palabra que viene a la mente al hablar de RCR Arquitectes es «comunidad». Tanto en el luminoso y colorido colegio infantil de Besalú, en Girona, como en el Petit Comte Kindergarten (2010), la Biblioteca Sant Antoni-Joan Oliver y el Centro de la Tercera Edad y los Jardines Cándida Pérez de Barcelona (2007), los que habitarán los edificios son el centro de sus preocupaciones. Esto es evidente al ver el colorido de los tubos que definen el exterior de la escuela que es para la creatividad, la fantasía y el disfrute de los niños.

ROW HOUSE (OLOT, 2012).

La biblioteca también actúa como una entrada a un patio interior. El centro de la tercera edad mira hacia este espacio donde interactúan los niños, los asistentes a la biblioteca, los vecinos y las personas mayores.

Los arquitectos también han abordado importantes obras fuera de Cataluña. El Museo Soulages (2014) de Rodez (Francia), por ejemplo, alberga las obras del pintor abstracto Pierre Soulages y forma una simbiosis con el artista, que parece pintar con luz.

Cada vez más personas temen que, debido a esta influencia internacional, vamos a perder nuestros valores, nuestro arte y nuestras costumbres locales.

Rafael Aranda, Carme Pigem y Ramón Vilalta nos dicen que es posible tener ambas cosas.

Por estas razones, ejemplificadas en todo su trabajo construido, y por su capacidad para expresar lo local, pero también lo universal, uniéndonos unos con otros a través de la arquitectura, Rafael Aranda, Carme Pigem y Ramón Vilalta reciben el Premio Pritzker de Arquitectura 2017.

Biografía (Resumen)

Rafael Aranda (1961), Carme Pigem (1962) y Ramón Vilalta (1960) estudiaron arquitectura en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura del Vallès (ETSAV) en 1987, y al año siguiente fundaron su estudio, RCR Arquitectes, en su ciudad natal, Olot (Girona). Para ellos, el éxito temprano llegó con la victoria en 1988 en el concurso para un faro en Punta Aldea, patrocinado por el Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo de España. Su diseño ponderaba la esencia de la tipología, un enfoque fundamental que resonaría en todas sus obras futuras. Aranda, Pigem y Vilalta han recibido numerosos galardones y participado en importantes exposiciones, como el Salón Internacional de Arquitectura de París, la Bienal de Arquitectura de Venecia, el MoMA de Nueva York y la galería MA de Toto en Tokio, entre otros.

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