El paralelismo entre los procesos de producción y realización cinematográfica y de una obra de arquitectura es la clave para entender la relación entre ambas disciplinas: arquitectura y cine. Este enfoque es muy útil cuando se utiliza como herramienta pedagógica en las aulas y para transmitir el mensaje de que, al igual que en el cine, los avances técnicos deben utilizarse a favor de los usuarios, y más a favor de las ideas que de las formas, para lograr una mejor producción arquitectónica.
Hace más de treinta años, en octubre de 1987, en la primera etapa de la hoy tan conocida publicación El Croquis, escribí mi primer texto sobre esta preocupación que no me ha abandonado desde entonces, llevándome incluso a titularme como guionista de cine y TV. El texto llevaba como título “El extraño paralelismo entre la creación cinematográfica y la creación arquitectónica”. Recuerdo haber comenzado el artículo con una dedicatoria expresa a Fernando Lara y Diego Galán (el primero llegó a ser muchos años después director general de Cinematografía y Teatro en España, el segundo dirigió durante más de una década la etapa más gloriosa del Festival Internacional de Cine de San Sebastián). Los dos firmaban semanalmente la columna dedicada a la crítica cinematográfica de la revista Triunfo, que dirigía Eduardo Haro Tecglen, y fueron quienes a decir verdad me abrieron las ventanas del balcón desde donde las películas se veían convertidas en cultura.
Hoy he comprobado que lo que une y traza ese paralelismo entre arquitectura y cine es realmente cómo se gesta el proceso, cómo se produce y se realiza en los dos casos: en una obra de arquitectura o de actuación sobre el territorio y, de una forma casi idéntica, en una película, en un documental o en una serie.
Recientemente dediqué tiempo y energías a preparar un ciclo de conferencias para la Universidad de Buenos Aires para profundizar este paralelismo. Acudiré a ese contenido a lo largo de este texto. Acabé por confeccionar un cuadro sintético comparativo entre los pasos de ambos procesos y una serie de imágenes en tres columnas de los hitos arquitectónicos, cinematográficos y de trascendencia histórica en la humanidad que se sucedían año tras año. Desde finales del siglo XIX, en París comienzan a proyectarse películas en el boulevard des Capucines, y a principios del siglo XX, en Viena se inaugura el pabellón de Joseph Olbricht para la Secesión. El cine nace en París, una forma artística que se convertirá en la cultura del siglo XX, y en Viena la arquitectura –naciendo de nuevo– se despega de todo lo que había sido hasta entonces en el mundo occidental: reiteración.
Muchas reflexiones sobre cine y arquitectura están dedicadas, bien a cómo puede utilizarse el primero como modo de difusión y conocimiento de la segunda, bien al modo en el que esta última supone una especie de “fondo escenográfico” para las secuencias de algunos filmes memorables o de interés para el cinéfilo. Pero este punto de enfoque de paralelismo de procesos que mantengo sobre ambas disciplinas es mucho más útil si es que puede convertirse en una herramienta pedagógica en las aulas, que yo mismo he tratado de aplicar en mis clases de proyectos durante el tiempo en el que estuve enseñando en ellas.
Antonio Vélez Catrain cursó sus estudios de arquitectura en España, donde obtuvo su título en 1969. Fue por más de treinta años profesor de la Escuela de Arquitectura de Madrid. Ha sido además profesor invitado de las Universidades de Columbia y Southern California (USC), del Politécnico de Milán y del de Delft. Ha pronunciado conferencias en centros académicos y culturales de varios países europeos, latinoamericanos y de Estados Unidos. Posee una amplia labor editorial: artículos para la prensa diaria de Latinoamérica y Europa, es fundador de la Revista A&V y fue corresponsal en Madrid de la revista Casabella. Su pasión por los concursos de arquitectura lo ha llevado a participar con distintas funciones en varios de estos proyectos en Latinoamérica y Europa. Varias de sus obras han sido publicadas en las más prestigiosas revistas del sector. Después de realizar un diplomado en Guion de Cine y Televisión, ha escrito varios guiones para largometrajes y series de TV. Su entusiasmo por el tema de la relación entre la creación arquitectónica y la cinematográfica ha quedado plasmado en muchas de sus conferencias y publicaciones.