Space Continuum. La arquitectura doméstica de la República Dominicana “on my mind”

Un programa de becas para realizar estudios de máster en el extranjero ha propiciado que varios grupos de jóvenes arquitectas y arquitectos dominicanos cursaran el Máster de Arquitectura Avanzada, Paisaje, Urbanismo y Diseño de la Universitat Politècnica de València (MAAPUD); sumado a la llegada del resto de estudiantes procedentes de diversos países —la gran mayoría latinoamericanos—, ha hecho que compartir el tiempo de docencia-aprendizaje sea un momento de reflexión y debate inigualable.

Entrada con flores a vivienda vernácula. 1982. W. García

A lo largo de casi diez años, estos estudiantes de máster han ido realizando sus trabajos de fin de máster (TFM), siendo algunas de estas investigaciones supervisadas por los autores de este texto, profesores en el MAAPUD. En esos casos se planteó un trabajo y debate colaborativo entre investigadores y profesores, situación que a veces ha planteado un curioso dilema: la realidad que los estudiantes mejor conocían era la de su tierra natal, pero el debate teórico sobre algunos aspectos de esa realidad estaba produciéndose en Valencia, a una enorme distancia física. Sin embargo, una vez superadas las dificultades iniciales, esta peculiaridad favoreció un trabajo sistemático sobre archivos, referencias bibliográficas, noticias de prensa local y toma de datos vía encuestas que ha permitido una lectura particular —y ligeramente inusual— del tema investigado y que, visto en conjunto, ofrece algunas conclusiones singulares.

Una de estas investigaciones es la que presentó en 2013 la arquitecta dominicana Bianny Poueriet Galarza: Mecanismos de adaptación física y cultural de la vivienda popular dominicana,1 en la que estudió y analizó los mecanismos de adaptación al clima de diez viviendas populares de Enriquillo (Barahona, República Dominicana). El marco teórico del trabajo necesitó precisar qué se entiende por arquitectura vernácula, de cariz etnográfico,2 y cuáles han sido los principios tradicionales que han actuado en la configuración del espacio habitado. Además, tuvo que aclarar qué se entiende por arquitectura popular, definida como aquella que proviene del pueblo y que, por lo general, aprovecha mejor lo que tiene a su alcance.3 La arquitectura doméstica popular dominicana que esta investigación explora se inserta en este contexto de referencia.4

Vivienda popular dominicana

Según Poueriet, la vivienda popular dominicana da una respuesta arquitectónica a cada necesidad básica, siendo las necesidades de alimento y de higiene las que han tenido una mayor incidencia en la configuración de estos espacios domésticos. De una manera dispersa, las casas de los caciques tenían la cocina separada del resto de la casa y la higiene se resolvía en los cauces de agua próximos. En la época colonial, las salas de baño y cocinas se mantuvieron fuera de la casa. Según la autora, “El módulo que componen los servicios de cocina e higiene se constituye como el área de mayor tránsito de las viviendas rurales, en las zonas urbanas ya aparece el baño y la cocina adheridas a la casa. El barrio de Mejoramiento Social en 1946 se constituye como el primer proyecto de vivienda llevada a cabo por el Gobierno que posee los espacios de cocina y baño dentro de la casa”.5

Continuando con la descripción, cuando se detalla la calidad espacial de la casa se menciona la presencia de la galería como un espacio semipúblico, que filtra los ruidos y la brisa, y que proporciona sombra, así como la presencia de aleros y voladizos que arrojan sombra a las estancias. Además, las estancias disponen de mecanismos sofisticados para el control del clima y la mejora del confort, como son distintos tipos de lamas y rejillas en ventanas, tragaluces sobre las puertas que aumentan la superficie de ventilación, o cortinas interiores que controlan la privacidad, pero dejan pasar el aire. Las casas buscan el sol matutino y en la parte posterior disponen un patio con árboles que atenúa la incidencia del sol, y luego buscan proteger la vivienda por la noche. La puerta de acceso se dispone en la fachada más larga. El material más empleado es la madera y las casas muestran una sensación de provisionalidad y ligereza, “más vinculada a la dinámica productiva de la plantación que a la estabilidad institucional”.6

En el estudio pormenorizado de las diez casas seleccionadas en Enriquillo se evidencia la interrelación de la casa con su entorno inmediato, bien porque distribuyen su programa en distintos volúmenes externos —baño o cocina—, bien porque disponen espacios de transición interior-exterior, como la galería. El carácter semipúblico de estos dispositivos periféricos o externos, cocina y balcón, favorece el intercambio social entre las mujeres y el resto de la población. El balcón es un espacio privado abierto al público, mientras la cocina “se convierte en un área de encuentro social entre vecinos”,7 mostrando que la casa requiere, una vez más, un análisis de género.

De alguna manera, la autora deja entrever la necesidad de la relación continua entre los espacios privados de los dormitorios, el espacio semiprivado comunitario o salón, el espacio semipúblico de la galería o el patio posterior y el espacio público próximo a la casa. La autora muestra el espacio doméstico popular dominicano como un espacio complejo cuyo buen funcionamiento requiere una cierta continuidad espacial de la sección, en la que los espacios de transición —y las características de dichas transiciones— ganan importancia.

Ilustración de Samuel Hazard, postal antigua y foto de archivo

La vivienda social en Santo Domingo

Continuando con esta mirada sobre lo doméstico, la arquitecta Ysabel de León Cabrera presentó su investigación “Dis-Urban-Topías. Promoción de vivienda social en Santo Domingo”8. En su investigación, la arquitecta De León documenta el uso de desalojos en Santo Domingo durante los gobiernos de Trujillo y Balaguer como herramienta de la reforma urbana de la ciudad y como mecanismo de control de la población pobre. El estudio hace hincapié en que los desalojos forzosos, además de constituir una violación de los derechos humanos, afectan gravemente a todos, pero en particular a las mujeres, ya que en sociedades patriarcales con roles de género definidos, el hecho de perder la casa no solo supone el estar expuestas a mayor violencia —de todo tipo— sino también el perder “su” comunidad de apoyo, e incluso la forma de ganarse la vida, generalmente fundamentada en actividades de la economía informal que se llevan a cabo dentro del vecindario o en otras partes accesibles de la ciudad.

Foto: Viviendas populares en Enriquillo. TFM de Bianny Poueriet, UPV (2012)

Esas redes ocasionales de apoyo doméstico, de lavado de ropa en los cauces de agua, de cuidado de niños y niñas, de ocio y de apoyo afectivo se configuran precisamente en el ámbito de lo colectivo, extendiendo el ámbito de lo doméstico más allá de los límites definidos de la casa. La constancia de la existencia de dichas redes necesarias y los espacios en las que estas se desarrollan nos plantea la necesidad de comprender y diseñar, no solo lo que denominamos vivienda adecuada sino el entorno urbano y social en el que dichas viviendas se subsumen. Es decir, se plantea la necesidad de estudiar los espacios de transición entre las distintas estancias, la calidad de dichos lugares, su interrelación y la continuidad de estos.

Como vemos en esta investigación particularizada para Santo Domingo, en el caso de la vivienda precaria, la configuración, calidad y continuidad de los espacios intermedios es indispensable para la supervivencia. Pero se puede observar que dicha necesidad es clara y notoria, en todos los casos, como Gehl ya ha puesto de manifiesto en diversas ocasiones,9 siendo la noción de continuidad espacial o reintegración edificio-ciudad-territorio, ya explicada por Zevi en los años 70, una condición de la arquitectura en distintas épocas de la historia.10

Cabe recalcar que dicha noción de continuidad espacial, defendida por afamados arquitectos, ha sido construida de facto por mujeres, pues, como hemos visto, es una necesidad fundamental en los entornos de precariedad, donde las mujeres siempre son mayoría, por motivos sobradamente conocidos. Pero, además, cabe destacar que el trabajo específico realizado por las arquitectas a lo largo de la historia, particularmente en el ámbito de lo doméstico, ha sido desacreditado o ignorado. Dicha exclusión ha sido puesta de manifiesto por Susana Torre, en sus escritos y conferencias, entre los que destacamos el catálogo de la exposición dedicado a arquitectas norteamericanas11 y, más recientemente, desde 2015, por el trabajo realizado por el colectivo Un día, Una Arquitecta,12 que no solo pone el foco sobre este punto, sino que ha publicado más de ochocientos perfiles de arquitectas, algunas de ellas, arquitectas dominicanas.

Dichos trabajos arrojan luz sobre la labor específica de las arquitectas, poniendo de relieve la necesidad de la continuidad del espacio entre la vivienda y los espacios para otros usos, tal y como ya planteaba Dolores Hayden en 1980, cuando se preguntaba cómo sería una ciudad no sexista,13 es decir, aquella que hace posible el trío casa-trabajo-cuidado. En ese trabajo, la autora destaca el edificio Nina West Homes,14 una pequeña promoción de vivienda con pequeña guardería donde las mujeres tejen redes de apoyo entre ellas para poder trabajar y cuidar sus niños. Este planteamiento holístico lo podemos ver también en el trabajo de Denise Scott Brown cuando plantea su sistema de análisis FFF (Form, Forces, Function), para analizar el entorno de la tienda de comestibles de los padres de Venturi en una calle de Filadelfia,15 para el que estudian todo y, en particular los espacios de transición. Y también lo podemos encontrar en el planteamiento de Atxu Amann16 sobre nuevas domesticidades, en el que la casa ha dejado de ser lo que era, sea lo que sea que fuese, encontrándose ahora no solo con una nueva configuración sino dispersa en la ciudad, por lo que los puntos de unión entre espacios —es decir, entre usos— cobran una mayor importancia y necesitan una mayor atención.

Es pues, ese espacio continuo que denominamos space continuum,17 de vital importancia para las mujeres, el que se pone de manifiesto en las dos investigaciones realizadas a distancia por estas arquitectas dominicanas. El primer trabajo expone que no puede entenderse la sostenibilidad del hábitat humano y de la casa sin conocer las condiciones del entorno físico y social, entendiendo los mecanismos de control del clima como espacios de transición entre los distintos ámbitos de la casa y su entorno. La segunda investigación expone que la vivienda adecuada no es la casa aislada, ya que las personas dependen de su entorno urbano y social para vivir y, en el caso específico investigado, para sobrevivir. Por tanto, proponer nuevas promociones de vivienda sin atender el contexto socio-urbano es ineficiente y, por ende, insostenible desde cualquier punto de vista. Ambos trabajos muestran que dicho continuo espacial supone un elemento fundamental en la emergencia del entorno en el que vivimos, entorno mucho más amplio que lo construido.18

Cabe destacar que, a pesar de la distancia física que separa la República Dominicana de Valencia, esa no es la única distancia que separa el proceso de investigación de la realidad investigada. Hay muchos tipos de distancia y es, precisamente, la mirada desde el cuidado, desde lo cotidiano, desde la memoria, por lo general asumida por las mujeres, la que puede acercarnos a una realidad más compleja. Es precisamente esa mirada la que es urgente para transformar el lugar en el que vivimos. No podemos seguir sin abordar ese problema.

LA NUEVA BARQUITA, SANTO DOMINGO NORTE (2016)

1 Trabajo inédito defendido el 18 de septiembre de 2013 en la ETS de Arquitectura de la Universitat Politècnica de València. Tutoras: Marilda Azulay Tapiero y Eva M. Alvarez Isidro.
2 Paul Oliver, Encyclopedia of Vernacular Architecture of the World (Cambridge: Cambridge University, 1997).
3 Luis M Feduchi, Itinerarios de arquitectura popular española (Barcelona; Labor: Blume, 1974).
4 Victor. Durán Núñez, Arquitectura popular dominicana (Santo Domingo: Amigo del Hogar, 2009).
5 Bianny Poueriet Galarza, “Mecanismos de adaptación física y cultural de la vivienda popular dominicana” (Universitat Politècnica de València, 2013), p. 41.
6 Poueriet Galarza. p. 57
7 Poueriet Galarza, p. 41. Citando Historias para la construcción de la arquitectura dominicana, 1492- 2008. (Santo Domingo: Grupo León Jiménez, 2009).
8 Ysabel Cristina de León Cabrera, ‘Dis-Urban-Topías. Promoción de vivienda social en Santo Domingo’ (Universitat Politècnica de València, 2018). Tutores: Eva M. Alvarez Isidro y Carlos J. Gómez Alfonso. Esta investigación se detalla en el artículo “Eternas damnificadas” recogido en esta selección de artículos.
9 Jan Gehl y otros, La humanización del espacio urbano: la vida social entre los edificios (Barcelona: Editorial Reverté, 2015).
10 Bruno Zevi, El lenguaje moderno de la arquitectura : guía al código anticlásico, arquitectura e historiografía (Barcelona: Poseidón, 2008).
11 Susana Torre, Women in American Architecture : A Historic and Contemporary Perspective : A Publication and Exhibition Organized by the Architectural League of New York through Its Archive of Women in Architecture (New York: Whitney Library of design, 1977).
12 Ines Moisset y Cecilia Kesman, “Un día, una arquitecta” <https://undiaunaarquitecta.wordpress.com/>.
13 Dolores Hayden, “What Would a Non-Sexist City Be like? Speculations on Housing, Urban Design, and Human Work”, Signs., 5.3 (1980), 170-187.
14 AA. VV., ‘Women In Architecture’, Architectural Design : A.D., XLV.8 (1975), p. 497-498.
15 Denise. Scott Brown, Urban Concepts : Rise and Fall of Community Architecture. (New York: St. Martin’s Press, 1990). p. 31 y ss.
16 Atxu Amann Alcocer, “El espacio doméstico : la mujer y la casa” (Nobuko, 2011).
17 Eva M. Álvarez Isidro y Carlos J. Gómez Alfonso, “La incorporación de la perspectiva de género en el Plan General Estructural de Castelló: objetivos, método, acciones y hallazgos”, Hábitat y Sociedad, 2018, 201-219. p. 214.
18 Alex Arteaga, Fundació Mies van der Rohe, y Sound Installation Transient sense – Alex Arteaga, Transient Senses – Alex Arteaga an Inquiry into the Emergence of Sense In/with the Barcelona Pavilion of Mies van Der Rohe, 2016.

Referencias

AA. VV., “Women in Architecture”, Architectural Design: A.D., XLV (1975).
Álvarez Isidro, Eva M., y Carlos J. Gómez Alfonso, “La incorporación de la perspectiva de género en el Plan General Estructural de Castelló: objetivos, método, acciones y hallazgos”, Hábitat y Sociedad, 2018, 201-219.
Amann Alcocer, Atxu, “El espacio doméstico: la mujer y la casa” (Nobuko, 2011).
Arteaga, Alex, Fundación Mies van der Rohe, y Sound Installation Transient sense – Alex Arteaga, Transient Senses – Alex Arteaga an Inquiry into the Emergence of Sense In/with the Barcelona Pavilion of Mies van Der Rohe, 2016.
Azuela, Antonio, Emilio Duhau, y Enrique Ortiz, “Evictions and the Right to Housing : Experience from Canada, Chile, the Dominican Republic, South Africa, and South Korea” (Ottawa: IDRC Books, Les Éditions du CRDI, 2000).
Durán Núñez, Víctor, Arquitectura popular dominicana (Santo Domingo: Amigo del Hogar, 2009).
Feduchi, Luis M., Itinerarios de arquitectura popular española (Barcelona: Labor, Blume, 1974)
García-Germán, Jacobo, Estrategias operativas en arquitectura. Técnicas de proyecto de Price a Koolhaas (Buenos Aires: Nobuko, 2012).
Gehl, Jan, Enrique Peñalosa, Julio Pozueta, Jorge Sainz, y María Teresa Valcarce, La humanización del espacio urbano: la vida social entre los edificios (Barcelona: Editorial Reverté, 2015).
Hayden, Dolores, “What Would a Non-Sexist City Be like? Speculations on Housing, Urban Design, and Human Work”, Signs, 5 (1980), 170-187.
De León Cabrera, Ysabel Cristina, “Dis-Urban-Topías. Promoción de vivienda social en Santo Domingo” (Universitat Politècnica de València, 2018).
Moisset, Inés, y Cecilia Kesman, “Un día, una arquitecta”, 2015 <https://undiaunaarquitecta.wordpress.com/>.
Moré, Gustavo Luis, Esteban Prieto Vicioso, Eugenio Pérez Montás, y José Enrique Delmonte Soñé, Historias para la construcción de la arquitectura dominicana, 1492-2008, Grupo León (Santo Domingo, 2008).
Naciones Unidas, ed., “Desalojos Forzosos”, Derechos humanos. Folleto informativo Num. 25, 2015, 64 <https://www.ohchr.org/Documents/Publications/FS25.Rev.1_sp.pdf>.
Oliver, Paul, Encyclopedia of Vernacular Architecture of the World (Cambridge: Cambridge University, 1997).
Poueriet Galarza, Bianny, “Mecanismos de adaptación física y cultural de la vivienda popular dominicana” (Universitat Politècnica de València, 2013).
Scott Brown, Denise, Urban Concepts : Rise and Fall of Community Architecture. (New York: St. Martin”s Press, 1990), y Form, Forces and Functions in Santa Monica. (University of California School of Architecture and Urban Planning, 1966).
Torre, Susana, Women in American Architecture : A Historic and Contemporary Perspective : A Publication and Exhibition Organized by the Architectural League of New York through Its Archive of Women in Architecture (New York: Whitney Library of Design, 1977).
Zevi, Bruno, El lenguaje moderno de la arquitectura: Guía al código anticlásico, arquitectura e historiografía (Barcelona: Poseidón, 2008).

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