Centro Cortés

Este proyecto se materializa a partir del trabajo conjunto de la división de branding del Grupo Diseño República, que tuvo a su cargo el concepto, el contenido y la curaduría de la exhibición, y de la arquitecta Liza Ortega, de Ortega Arquitectos, que realiza una obra de carácter industrial y contemporáneo. En esta obra se refleja el legado de cuatro generaciones de una empresa chocolatera que desde 1929 forma parte de la gastronomía de la familia dominicana.

Esta empresa familiar apasionada por la educación, la cultura y el chocolate quiere dar a conocer el desarrollo de este producto desde la siembra del cacao hasta el empaque, pasando por toda la historia de la marca desde su fundación. Es así como surge el centro de visitantes Cortés, que brinda una experiencia multisensorial a través de la museografía.

La experiencia museográfica refleja esta unión entre el diseño de la marca y la arquitectura de interiores. Se crea así una narrativa que acompaña la experiencia multisensorial del recorrido. Los textos fueron escritos por el publicista Freddy Ortiz y el guión, por la actriz Karina Ubiñez.

El proyecto está conformado por una estructura metálica cubierta de aluminio compuesto. La concepción inicial estuvo a cargo de la empresa García Goico, luego Liza Ortega desarrolló el proyecto. Desde el exterior, el predominio del color amarillo intenso hace referencia a la marca. Los vuelos de Densglass y las columnas metálicas inclinadas otorgan contemporaneidad a la composición. El centro se encuentra sobre la carretera Duarte, desde la cual se puede observar la escultura de Luis Rivas que da la bienvenida a los visitantes.

En el interior del centro se unen historia, gastronomía y diversión. Desde la recepción se percibe el carácter industrial de la obra a través de las terminaciones como el piso de cemento pulido y las paredes con pañete visto. La exhibición está pensada para que se pueda apreciar el chocolate con los cinco sentidos. Se cuenta la historia de los diferentes procesos por los que pasa el cacao hasta convertirse en chocolate a través de un llamativo despliegue de imágenes y textos sobre paneles acrílicos grabados e iluminados; añaden interés a la muestra los suvenires [memorabilia] de las paredes, los exhibidores y las máquinas antiguas.

Cabe resaltar el diseño de iluminación que destaca los diferentes elementos de la museografía a la vez que reafirma el ambiente industrial con distintos tipos de lámparas.

El diseño de los baños también tiene un carácter industrial. Las particiones son de cristal sobre el cual se colocan fotos históricas de la empresa. Los lavamanos confeccionados especialmente recrean los bidones en los que se guarda el chocolate. Las paredes están revestidas de ladrillo y cerámica blanca brillante de un mismo formato.

El último espacio de la experiencia es el Choco Lounge, el restaurante del proyecto. Para el piso de este espacio se ha elegido uno de los modelos de mosaico hidráulico de Aguayo con el color amarillo de la marca en combinación con el azul claro, para tener un elemento de contraste.

El área de exhibición y el Choco Lounge se pueden unir abriendo una puerta corrediza, lo que confiere flexibilidad al espacio y permite realizar diferentes tipos de actividades. El recorrido termina en una terraza de carácter tropical en la que se pueden realizar diferentes actividades en el exterior.

Con esta obra, Cortés Hermanos reafirma su compromiso con la educación y la cultura del país ofreciendo un lugar que une historia, gastronomía y diversión de la mano de una propuesta de arquitectura y museografía de gran calidad, que sin olvidar su esencia industrial ofrece un producto de marcada contemporaneidad.

• Planta arquitectónica, elevaciones frontal y lateral
• Sala de Proyecciones