Muere Vittorio Garatti autor junto a Ricardo Porro y Roberto Gottardi de las Escuelas Nacionales de Arte de Cuba, obra excepcional de la arquitectura moderna cubana y latinoamericana. Sus aportes para la arquitectura son de gran relevancia para la cultura e historia cubana.
Nos ha abandonado físicamente el maestro del difícil “arte de la arquitectura”: Vittorio Garatti. Murió en Milán el 12 de enero a los 95 años. Sus enseñanzas y su legado trascenderán en el tiempo por dejar para Cuba y el mundo, una obra de valores imperecederos y aún inestimables, un tesoro espiritual para nuestra cultura tanto en el campo del urbanismo, la arquitectura de exposiciones y sus edificios para la enseñanza.
Dentro de esta herencia hay dos obras que iluminan el pensamiento del sencillo y modesto genio, el hombre que amó a Cuba y su proyecto de reivindicación revolucionaría de manera incondicional por encima de cualquier circunstancia que lo intentara denigrar. Estas obras son las Escuelas de Ballet y la Escuela de Música del célebre conjunto de las Escuelas Nacionales de Arte.
En mi opinión, son tres los pilares de su pensamiento creador que distinguen e iluminan estas excepcionales obras: el uso del paisaje, el empleo de la tradición y el arte de su arquitectura.
El manejo del paisaje en estas dos escuelas no se reduce a la simple cuestión de integración o no al contexto; es una profunda indagación sobre el destino de la arquitectura y el sitio donde se ancla, un diálogo provocador y subversivo de “el arte con la realidad del lugar”. La Escuela de Ballet se sumerge poco a poco en el bosque en un acto al mismo tiempo de aniquilación y resurrección. Al preguntarle a Vittorio porqué escogió este difícil terreno al lado del río, me respondió “porque quería que la arquitectura fuera devorada por el paisaje”. Música es una serpiente que interminablemente corona una suave colina, el famoso “gusano” que hace inconmensurable el paisaje y nos deja confundidos en relación ¡a la escala y al tiempo!
La tradición como savia nutricia de la arquitectura es otro valor nunca antes tratado tan radicalmente en nuestra arquitectura contemporánea. Solo por mencionar dos ejemplos y hay muchos, los abanicos de los arcos de las cúpulas de Ballet tomados de la arquitectura colonial de Trinidad, alcanzan una expresión inusitada y sorprendente al cambiar sus dimensiones. En ambas escuelas, el uso del ladrillo en las superficies y en las bóvedas de herencia catalanas y valencianas cobran una plasticidad de actualidad y vigencia proyectadas al futuro.
Por último, Vittorio nos demostró que la arquitectura en su condición de arte mayor no puede hacer concesiones con ningún otro atributo que le pueda estorbar su libertad. Nos enseñó que los aspectos funcionales, estructurales o de otra índole deben supeditarse al disfrute de la arquitectura como arte, imponiendo a veces una manera diferente en el uso funcional de la misma. Así sucede con la espectacular aula de coreografía de la Escuela de Ballet que impone y propone una mirada múltiple y diferente a las formas de concebir las coreografías del ballet tradicional.
La herencia de la obra de Vittorio Garatti entraña entre otros muchos valores, habernos mostrado el verdadero espíritu y excelencia de la buena arquitectura, la poesía y la lírica que se esconde en el misterio “de lo cubano” expresado magistralmente en sus propuestas que ¡nunca morirán!
Vittorio Garatti
Nació el 6 de abril de 1927. Se graduó en Arquitectura en 1957 en el Politecnico di Milano, donde Ernesto Nathan Rogers fue una de sus más grandes influencias. Vivió y trabajó en Venezuela hasta 1961. En Venezuela trabajó en el proyecto del Banco Obrero dirigido por el arquitecto Carlos Raúl Villanueva, donde conoce a Roberto Gottardi, y ejerció la docencia en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Central de Caracas. En 1961 se muda a Cuba y permanece hasta 1974. Fue profesor de Diseño y Composición Arquitectónica (1961-1967), así como de Urbanismo (1968-1974) en la Facultad de Arquitectura (CUJAE) de la Universidad de La Habana. En 1961 es cofundador del Instituto Cubano de Planificación Física y comienza sus estudios de planificación para el desarrollo urbano y territorial.
Junto con Ricardo Porro y Gottardi diseñó las Escuelas Nacionales de Arte en La Habana. En 1963, diseña el conjunto de la Escuela Técnica de Agricultura André Voisin en Guines, la primera intervención de viviendas prefabricadas en Cuba. En 1966-67, con Sergio Baroni y Hugo d’Acosta, diseñó el pabellón cubano en la Expo de Montreal de 1967.
Desde 1968 participó en el diseño del plan de la ciudad de La Habana (con Jean-Pierre Garnier, Max Vanquero, Eusebio Azque), el departamento residencial Este de La Habana, la Plaza de la Revolución (con Eusebio Azque) y el nuevo puerto. En 1974 se ve obligado a abandonar el país acusado de espionaje, lo que él atribuyó a una conspiración de la CIA que intentaba expulsar a los profesionales extranjeros que colaboraron con el régimen cubano. De vuelta en Italia, se convierte en un profesional autónomo y profesor adjunto en la Facultad de Arquitectura del Politécnico di Milano. Murió en Milán el 12 de enero de 2023.
Para conocer más de su obra puedes ver el documental «Espacios Inacabados» de Alysa Nahmias y Benjamin Murray.
Unfinished Spaces – official trailer (Espacios inacabados) from UNFINISHED SPACES on Vimeo.