Después de más de veinte años trabajando en el área de diseño y construcción arquitectónica, de interiores y mobiliario, tuve la oportunidad de trabajar como diseñador de producción para películas. La experiencia de hacer arquitectura para el espacio fílmico me llevó a conocer lo que antes ignoraba como espectador y a entender lo que es “la magia del cine”. En la creación de películas todo debe ser creíble y no necesariamente real, ahí radica esa magia. El cine nos permite viajar en el tiempo y crear mundos que en la realidad serían imposibles de lograr. Solo en el cine podemos ver La guerra de las galaxias o Parque Jurásico.
Toda obra cinematográfica comienza con el guion y el deseo del productor de llevarlo a la pantalla, y se desarrolla con el trabajo interdisciplinario entre el productor, el director y el diseñador de producción. Luego se van sumando el director de fotografía, el director de arte y el locador. El productor se encarga de conseguir los recursos económicos y facilitar lo requerido, el director aporta sus lineamientos, el diseñador de producción aporta la estética general de la película, el director de fotografía aporta la iluminación y explora visualmente los rincones del set, el director de arte es quien coordina todo el departamento de arte y el locador es responsable de buscar las locaciones bajo los lineamientos del diseñador de producción y del director. A medida que el proceso avanza se van sumando más profesionales al equipo: el diseñador de set, los dibujantes e ilustradores, el constructor, el decorador, el vestuarista, el utilero, el estilista… hasta formar el equipo completo del departamento de arte.
Trabajar en la creación de películas es muy exigente y requiere mucha comunicación y coordinación entre los integrantes del equipo, ya que generalmente se dispone de poco tiempo para lograr los resultados. En este quehacer, el trabajo en equipo es fundamental para tener éxito.
El profesional mejor entrenado para desempeñar la función de diseñador de producción es el arquitecto, ya que posee habilidades para imaginar y trabajar con el espacio, el cual es el elemento común entre el cine y la arquitectura. Además, está capacitado para desglosar, programar y presupuestar el conjunto de los escenarios. Esto no quiere decir que los estudios académicos en arquitectura sean suficientes para convertirnos en diseñadores de producción, pues también es necesario tener talento, oportunidades y entrenamiento cinematográfico. El diseñador de producción es el responsable de interpretar la visión del director y darle vida, en colaboración con todo el equipo de arte. Es un trabajo de mucho rigor para que todo encaje: espacios, decoración, vestuario y colores.
En la creación de los escenarios, al igual que en todo proceso creativo, la conceptualización del espacio juega un papel fundamental. Este proceso ayuda a definir las características básicas del espacio, como geometría, proporciones, estilo, tipos de materiales y decorados. Las pautas para este proceso de diseño las encontramos en la narrativa del guion y en los lineamientos del director.
Ruy Dos Santos obtuvo su título de arquitecto en la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña en 1995. Por más de veinte años se ha dedicado al diseño y construcción de proyectos arquitectónicos y de interiorismo. Tiene a su cargo un taller de ebanistería especializado en el diseño y construcción de mobiliario residencial y comercial. Su formación y experiencia laboral, junto con la coyuntura de un buen amigo director de cine, lo llevaron a formar parte del mundo cinematográfico. Hasta la fecha ha participado en diez producciones de películas para la industria del cine local e internacional. En la actualidad comparte su oficio como arquitecto con el mundo del cine como diseñador y constructor de escenografías, diseñador de producción, director de arte y de construcción.