Explorar la historia viva: las ruinas de la Vega Vieja

Las ruinas de La Vega Vieja representan un lugar de conexión con nuestras raíces y herencia cultural. Esta ciudad de primicias de la época colonial fue fundada por el almirante Colón en 1494 y declarada monumento nacional por su relevancia histórica y testimonio tangible. Situada en la Ruta de la Fe, no pierde la esperanza de ser rescatada y puesta en valor.

La que hoy conocemos como la ciudad de la Concepción de La Vega ha sido testigo de varios emplazamientos desde su fundación. El primero fue el del propio almirante Cristóbal Colón en su segundo viaje. Según conferencia impartida por el ingeniero César Arturo Abreu, desde La Isabela, primer asentamiento urbano de la isla Hispaniola, Colón ordenó y realizó varias excursiones exploratorias y el establecimiento de una cadena de fuertes para atravesar la isla. En una de esas expediciones, el 8 de diciembre de 1494, dejó establecido el fuerte de La Concepción, muy cerca del asiento, aldea o yucataque de Guarionex, cacique de Maguá, en un lugar llamado Guarícano. El fuerte surgió de una alianza coyuntural entre el Gran Almirante y el cacique, pacto que se fortaleció con el casamiento de un indígena, hijo adoptivo de Colón, y una hija de Guarionex, así se llevó a cabo la primera «alianza de sangre» en el Nuevo Mundo. (Abreu, 2011). Un año más tarde se fundaría Santo Domingo, la otra ciudad que existió en la isla durante la primera etapa del período colonial.

Según Pauline M. Kulstad (2013), se han determinado tres fundaciones distintas en el sitio de La Vega Vieja antes del terremoto de 1562. La primera fue la fortaleza de La Concepción (1494-1495), construida con madera por orden del propio almirante (Cohen 1997:3; Incháustegui 1955:51). Formó parte del conjunto de seis fortalezas o casas-fuertes establecidas por Colón para controlar las áreas ricas en oro de la isla (Cassá 1978:41). Sin embargo, debido a incidentes entre taínos y españoles, al año siguiente se tuvo que reubicar la fortaleza (Deagan y Cruxent, 2002b). La nueva fortaleza fue construida por Bartolomé Colón, razón por lo cual se conoció como fortaleza de Bartolomé. Estaba hecha de tapia y duró 17 años (Cohen 1997:4; Las Casas, en Rueda, 1998:511; Marte, 1981:68).

LAS RUINAS DE LA VEGA VIEJA, UNA DE LAS PRIMICIAS DE NUESTRA ISLA

El asentamiento se elevó a categoría de villa en 1508. Los restos de la fortaleza que hoy en día se encuentran en La Vega Vieja son del tercer fuerte, construido con ladrillos en 1512 (Deagan y Cruxent, 2002a:285; Marte, 1981: 68, 86, 90).

Se han identificado dos áreas de ocupación arqueológica con el nombre de La Concepción: el sitio donde estuvo la ciudad entre 1512 y 1564, ahora conocido como Pueblo Viejo o La Vega Vieja, abandonado luego de un terremoto en 1562; y el área a orillas del río Camú, donde está ubicada actualmente la ciudad de La Vega, hacia donde se mudaron definitivamente los habitantes de La Vega Vieja en 1564.

El sitio de La Vega Vieja se encuentra a 8 kilómetros al norte de la ciudad actual. Hasta el momento no se han encontrado planos o mapas coloniales precisos del sitio (Pimentel, 1997), lo cual ha dificultado todo el trabajo arqueológico del lugar y ha provocado la necesidad de utilizar información arqueológica-histórica para poder recrear un posible trazado del sitio. Esto no se debe considerar como algo raro, puesto que ha ocurrido en muchos de los sitios españoles de principio de la época colonial (Pérez Montás, 1984: 65).

CUATRO EDIFICACIONES HAN SIDO IDENTIFICADAS FÍSICA E HISTÓRICAMENTE

Son muchos los historiadores que destacan los eventos y primicias que en la época colonial dieron fama a La Concepción de La Vega y que, sin duda, avalan su importancia histórica para los dominicanos y para el mundo: las primeras minas, las primeras monedas acuñadas, se elaboró azúcar, se firmó el primer tratado de paz, se establecieron los primeros mercaderes europeos, se planificaron las calles en un trazado hipodámico, la primera ciudad en adoptar esta forma de desarrollo urbano en el Nuevo Mundo.

En cuanto a la fe: funcionó el primer obispado, se ofició la primera misa nueva, se cristianizó y bautizó el primer indio, con lo que se dio inicio a la enorme tarea de evangelización emprendida por fray Ramón Pané desde la Hispaniola hacia el resto de las naciones americanas.

La activa vida socioeconómica y política que registró la villa en sus primeros años la convirtió en el principal asiento de los colonizadores del Nuevo Mundo y punto de partida para la exploración de nuevas tierras, lo que llevó a que, en 1518, el Consejo de Procuradores de la isla propusiera La Concepción de La Vega como capital de la colonia.

Se permitieron varias excavaciones arqueológicas desde que por la Ley N.º 293 del 13 de febrero de 1932 fueran declaradas las ruinas como monumento nacional y nuevamente mediante la Ley N.º 492 del 27 de octubre de 1969, y su tutela y protección estatal quedó a cargo de la entonces Oficina de Patrimonio Cultural.

Mediante el Decreto 2841-1976, el entonces presidente Joaquín Balaguer declaró varios inmuebles de utilidad pública e interés social, para ser destinados a la continuación de los programas arqueológicos “para la puesta en valor de la Villa de la Concepción de la ciudad de La Vega”. El año siguiente, con el Decreto 2924-1977 se declaró parque nacional histórico el área donde se realizaban las excavaciones, por lo que su vigilancia fue traspasada a la Dirección Nacional de Parques. La Ley 64-00 la incorporó al Sistema Nacional de Áreas Protegidas.

Cuatro años más tarde, la Ley Sectorial de Áreas Protegidas N.º 202-04 dispuso de forma expresa que su administración recayera en la Secretaría de Estado de Cultura (hoy Ministerio de Cultura) a través de la Oficina de Patrimonio Cultural, su original ente rector.

A pesar de los trabajos realizados en las primeras dos décadas (de 1976 a 1996) bajo la dirección del arquitecto local José González, todavía la mayor parte del asentamiento del siglo XVI yace bajo las tierras de los residentes locales. Otros muchos se sumaron a la búsqueda arqueológica y dejaron al descubierto la parte central de la ciudad: una de las torres de la fortaleza, una posible casa de fundición, cimientos de casas y un acueducto (Deagan y Cruxent, 2002a: 278; Pérez-Montás, 1984: 82). Se escribieron varios artículos y libros sobre los hallazgos antes de que las excavaciones a gran escala terminaran en 1994 (ver Pérez Montás, 1984; Torres-Petitón, 1988, Ugarte, 1981).

Se plantearon varios modelos de lo que pudo ser el desarrollo urbano, y fueron confirmados los límites establecidos por Pérez Montas.

Los resultados del sondeo también parecen sugerir que la ocupación de la Concepción de La Vega Vieja fue del mismo tamaño, o hasta más grande, que la de Santo Domingo en la misma época (Deagan, 1999; Woods, 1999:17)
Cuatro edificaciones han sido identificadas física e históricamente: la fortaleza, el monasterio de San Francisco, la catedral y el complejo aljibe-acueducto. Otros rasgos están presentes físicamente y documentados arqueológicamente, pero carecen de identificación histórica, tal como el voluminoso montículo encontrado en el lado sur de la plaza principal en el Camino Aljibe, mientras que hay otras edificaciones (tales como el hospital) mencionadas en las fuentes históricas, pero que no han sido identificadas arqueológicamente.

El monasterio de San Francisco fue uno de los edificios más completos que sobrevivieron al terremoto de 1562 (Charlevoix, 1977:399). Estas ruinas se encuentran a aproximadamente mil metros de lo que se considera el centro de la ciudad (Cohen, 1997). Hoy día es casi imposible identificarlo por la cantidad de maleza que cubre la zona. Lo mismo ocurre con el aljibe y su camino de acceso. En la catedral, los árboles se han enraizado haciendo una extraña simbiosis que amenaza con exterminar lo poco que queda en pie, a pocos metros de restos de piedras y abundante basura.

En diciembre de 2017, el Comité Dominicano del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos) dio a conocer una lista de 12 monumentos y sitios del patrimonio cultural dominicano que se encuentran en peligro, y entre estos están las ruinas de la villa de La Concepción de La Vega.

PATRIMONIO CULTURAL EN PELIGRO

Probablemente, el mayor reto lo constituye el frenar la presión del desarrollo inmobiliario y las construcciones ilegales realizadas en el área arqueológica que han impactado importantes vestigios. Asimismo, sigue indefinida el área catastral de más de 84 hectáreas que conforma el parque, de la cual menos del 2.5% ha sido legalmente adquirido por el Estado, mientras el resto sigue en manos privadas. Este es un aspecto vital para la protección, control y supervisión por parte de las entidades que tienen que velar por la conservación de nuestro patrimonio.
Desde la sociedad vegana, muchos dolientes han levantado su voz y aún siguen esperanzados en que se produzca el anhelado rescate. Sugerencias, recomendaciones, propuestas de proyectos y de un nuevo museo se han planteado ante las distintas autoridades; pero indiscutiblemente, la falta de una gestión estratégica-sostenible y la voluntad del consenso entre los principales actores son más limitantes que la tan manoseada excusa de escasez de recursos económicos.

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