Apuntes para el siglo XXI ¿Qué arquitectura queremos? ¿Qué arquitectura tendremos?

La arquitectura dominicana se enfrenta a cambios importantes como consecuencia del crecimiento sostenido que experimenta la economía. Proyectos de gran escala se insertan en el territorio urbano provocando cambios significativos en zonas tradicionales y alterando aceleradamente sus esquemas arquitectónicos. Los arquitectos de la próxima generación tendrán la gran responsabilidad de responder a las demandas de localidades que cumplan con los criterios internacionales en aspectos de diseño, tecnologías, imagen, normativas e innovación, bajo la premisa de proteger los elementos simbólicos de la cultura dominicana representada en su arquitectura y en sus asentamientos.

Este ensayo sobre la arquitectura del siglo XXI está seguido de reseñas de proyectos arquitectónicos en desarrollo, algunos ya en ejecución, que sin dudas aportarán nueva cara al paisaje arquitectónico dominicano.

Ya que el perfil de las ciudades señala un incremento de construcciones cada vez más altas, los proyectos arquitectónicos desbordarán los límites de los lotes tradicionales

Habrá mucha arquitectura y muy diversa en el territorio nacional en los próximos años. El turismo seguirá demandando complejos hoteleros en las costas, habitaciones en las ciudades y locales para la oferta de servicios;9 la industria requerirá instalaciones cada vez más complejas; el comercio mostrará su dinamismo con locales mejor diseñados y ambientados; las instituciones públicas y privadas exigirán mejores condiciones para ofrecer servicios adecuados; la vivienda se transformará hacia patrones de densificación aún no alcanzados; todo el escenario local sufrirá, en definitiva, cambios significativos. ¿Cuáles serán las consecuencias de esta inevitable transformación de la arquitectura de la República Dominicana?

La sobrevaloración de la tecnología podría disminuir el interés por los aspectos arquitectónicos inherentes a la región tropical. Clima y territorio, temas que han formado parte de buena porción de la tradición arquitectónica local, se colocarían en un plano secundario. Los esquemas de respuesta al calor, la humedad, la incidencia solar, vientos dominantes, dependerán más de la tecnología que de las soluciones formales que la arquitectura local ha experimentado durante años, ya que la próxima arquitectura estaría más atenta a los efectos estéticos interiores que a su propia capacidad para promover alternativas climáticas.

El crecimiento económico dominicano se reflejará con fuerza en el territorio urbano. Más allá del surgimiento de un mayor número de proyectos importantes que demuestren un dinamismo comercial, la ciudad será víctima de transformaciones profundas. En este proceso, los sectores urbanos tradicionales serán intervenidos con estructuras de mayor tamaño y de uso de suelo corporativo o comercial, lo cual provocará la emigración de actividades de comercio minoritario vinculadas a la vecindad. La idea de barrio, referente de una tradición de vínculos sociales afianzados en la familiaridad, recibirá un impacto contundente.

Es probable que la nueva generación de arquitectos solo encuentre valiosos aquellos inmuebles que tengan significado desde una única posición estética y funcional. Bajo esta visión, preferirán conservar la arquitectura de mayor escala, en detrimento de pequeñas piezas que ahora establecemos como únicas e imprescindibles para la memoria arquitectónica dominicana. La valoración de la arquitectura históricamente reciente de valor histórico deberá defenderse ante el desconocimiento de su valor y el desapego que muchos arquitectos podrán sentir al respecto. Es importante evitar mutilaciones y desapariciones masivas de arquitectura de interés histórico, en especial aquella que pueda ser considerada como obstáculo para nuevas inversiones inmobiliarias especulativas.

Temas medioambientales, de seguridad y de sistemas de alta tecnología formarán parte de las ocupaciones de los arquitectos dominicanos de la próxima generación, apegados a nuevos programas de dibujo virtual manejados, probablemente, desde la óptica paramétrica.

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